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𝐇𝐎𝐖 𝐓𝐎 𝐆𝐄𝐓 𝐀𝐖𝐀𝐘 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐌𝐔𝐑𝐃𝐄𝐑

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Tom no podía evitar sentirse por encima de todos los presentes en el Gran Comedor. En realidad, así se sentía la mayoría del tiempo. Sólo que esta vez, las miradas estaban posadas específicamente en él, en el pesado objeto en sus manos y en su deslumbrante y altivada sonrisa. Su cuerpo vestía la mejor túnica de su colección y por supuesto llevaba su pelo prieto y ondulado tan pulcro y prolijo como le gustaba. De su pecho resplandecía la pulida insignia de prefecto en plata y verde haciendo juego con el gran trofeo que sujetaba firmemente entre sus dedos.

Próximo al Director Dippet, Tom se encontraba parado cual rey a punto de ser coronado siendo atestiguado por los alumnos de las cuatro casas. Desde detrás de su atril, el mago anciano anunciaba la noticia que todo el mundo anhelaba por conocer.


Aquella mañana había sido atormentadora. Casi todo estudiante en Hogwarts sabía de los rumores acerca de una alumna de Ravenclaw que había sufrido de una trágica muerte. Y no era para menos, dado que una ronda de misteriosos ataques en el castillo habían dado lugar a dos alumnos petrificados. Las voces corrían con la noticia a la velocidad de la luz llenando a los adolescentes de miedo y muchas preguntas subyacentes.

¿Y quién estaba detrás de todo eso? La cabellera ondula ónice, por supuesto.

Luego de haber estudiado con cuidado su libro de magia oscura, Tom llevó a cabo su malicioso plan para alcanzar la eternidad absoluta. Al ser heredero de Slytherin, decidió continuar los deseos y ambiciones de su antecesor. En otras palabras, purgar el colegio de los indignos, de los sangre impura. Y, en simultáneo, realizar el ritual que haría su alma desprenderse de su forma física para aferrarse al objeto requerido.

La primera vez no había resultado nada fácil. Comenzando con una visita a su familia, Tom había logrado predisponer de un anillo que perteneció a su tío materno, también descendiente de Slytherin, no sin antes ver cómo la luz abandonaba el brillo de sus ojos luego de propinarle el maleficio asesino.

Con todas sus capacidades mágicas a flor de piel, marchó exitoso con su nuevo accesorio adornando su pálido dedo anular. El ritual para su creación lo devastó físicamente, pero allí estaba él, caminando con sus pocas energías hasta la mansión de su padre muggle.

Tom no tenía realmente un motivo para ir. Siempre se consideró a sí mismo como un ser de pocos sentimientos y emociones. Sin embargo, su mente se congraciaba con la simple idea de ver a su progenitor retorcerse del dolor que podría infringirle. Quería ver el sufrimiento poseer su cuerpo en todas las formas posibles, sintiendo que de esa manera podría compensar, en cierto modo, las frías noches de soledad que había pasado en el orfanato preguntándose si su padre volvería por él.

𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐇𝐈𝐆𝐇𝐍𝐄𝐒𝐒 | Tom RiddleWhere stories live. Discover now