Capítulo 12

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El capítulo es corto, pero intenso. Os lo juro. 

Disfrutadlo.


Me dejé caer sobre el banco, suspirando sonoramente. Daysi no había asistido al instituto por lo que estaba sola. Había intentado llamarla como mínimo diez veces y todas me mandaba al buzón. ¡Hasta me había colgado una sin siquiera responder!

Al minuto después, Elena se dejó caer a mi lado, sonriendo ampliamente.

De verdad no entendía como es que esta chica seguía teniendo tanta energía después de trabajar, estudiar, bailar, entrenar y atender a su novio.

―Hey ―le sonreí forzadamente.

―Anderson ―murmuró, pasándome lentamente una hoja celeste cielo―. Las competencias son esta semana, chica, y de verdad que te necesitamos ahí. Mira... María, la que te estaba remplazando se fue de la ciudad y ahora no tenemos a nadie que haga las volteretas. Daniela dijo que no bailaría si tú no estabas para darnos apoyo o para bailar con nosotras. Y... te necesitamos, de verdad.

Le di un vistazo a la hoja donde decía que las competencias finales serían este viernes a las once de la noche en el salón de baile privado que Jeanine Henterman había costeado para el instituto. Iban a haber famosos directores y dirigentes de teatro.

―Esta sería tu oportunidad para Broadway, Anderson. Estará Buzz Stewart, Hailey Dunkelman y Nick Davis ―sus ojos brillaban de ilusión mientras decía esos nombres que yo conocía perfectamente.

Hailey y Nick eran unos mellizos muy famosos que conquistaban los escenarios cada vez que se subían a uno a bailar. Y ambos habían creado su propio teatro de baile, donde todos los años contrataban a la mejor bailarina de diferentes ciudades. Aunque... la posibilidad de que seleccionaran a una chica de una ciudad simple era baja, la idea de bailar en unos de sus teatros me hacía ilusión. Demasiada ilusión.

―Mira... sé que te da miedo que pase lo mismo que...

―¿Qué canción? ―pregunté, interrumpiéndole.

Attention de Todrick Hall.

―Es buena...

―¿Y...?

―Lo haré ―susurré, aun dudando en que si había tomado la decisión correcta o no.

―¡Genial! ―chilló teniendo las intenciones para abrazarme, pero se detuvo―. No te abrazaré porque... ya sabes, no quiero que te pongas incómoda.

―¿Has sabido algo de Daysi? ―pregunté, rascándome el cuello con preocupación.

―¿Daysi? No. De hecho, como hace una semana vino a pedir sus notas, creo que dijo algo que se iba a mudar de ciudad o que... se iba a cambiar de instituto. No lo sé, no recuerdo bien, la verdad.

―¿Cambiar de...? ¿Qué?

―Así es ―asintió con la cabeza, cogiendo su bolso de encima de la banca con rapidez―. Bueno, seguiría conversando aquí, pero... mi novio me está esperando afuera del instituto para ir a cenar.

―Oh ―murmuré, sin saber que decir.

―Mañana a las cinco de la tarde te esperamos en el salón de la calle Higgins. Espero localices a Daysi antes de que se escape con su novio a algún lado ―bromeó, guiñándome un ojo―. ¡Gracias, Anderson!

Y se fue, meneando la mano en forma de despedida.

Mascullé una palabrota al sentir mi móvil vibrar dentro de mi bolsillo. Debía ser mamá. Siempre me llamaba a esta hora para que recordara tomarme la medicación. Y como siempre yo le colgaba. Pero hoy era la madre de Daysi. Kydna.

Iker Henterman (En edición)Where stories live. Discover now