Solo una empleada

La Horrible Visita

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-Deberías fijarte mejor por donde caminas empleaducha de cuarta. -dijo la rubia, ojos azules algo molesta.

-Disculpe no la ví. -se disculpó Karol.

-Torpe y ciega a la vez... Qué se puede esperar de la servidumbre ¿No?-Dijo fulminándola con la mirada y retirándose del lugar.

Karol se quedó parada allí viendo como la rubia desaparecía de su vista, la verdad es que no le calló bien y no la iba a tragar. Tenía que aguantarse las ganas de gritarle porquerías en la cara y de darle un buen golpe en la boca para que se quedara callada, todo eso debía sacárselo de la mente, porque si lo hacía estaría de patitas en la calle, eso era algo seguro, aun no entendía como podían ser tan malas ganas y no poder tratar a las personas bien, que acaso no les enseñaron educación.

Karol soltó un suspiro y fue en busca de Sole para ir a dejarla al colegio.

Cuando la encontró la niña estaba sentada en el lago con agua verdosa, tiraba pequeñas piedrecitas en él, a Karol le dió un poco de pena la escena, aquella pequeña nunca salía, siempre con su cuadernos y sus marcadores para dibujar, no recibía visitas de amigos ni ella los visitaba, su niñez no la estaba viviendo al máximo como debería de hacerlo y ella se haría cargo de que aquella niña no se aburra mucho y disfrute.

-Hola Sole -dijo ella acercándose a la pequeña.

-Ah... Hola Karol-saludó un poco desganada.

-Estas lista para que te valla a dejar al colegio?-preguntó la muchacha.

-Karol, no tengo ganas de ir -dijo la pequeña.

-Tienes que ir pequeña, o sino tu mamá y papá se enojaran -advirtió.

-Ellos siempre salen, ni se enteraran de que faltea clases. Por favor Karol-rogó Sole.

-Tienes que ir nena, si vas cuando vuelvas te llevo a un parque y jugamos, luego comemos un rico helado.¿Te parece?

-¿Me lo prometes?-preguntó una muy entusiasmada Sole, con los ojos completamente iluminados de alegría.

-Te lo prometo.-dijo Karol con una sonrisa en su rostro.

-Okey, vamos que llegaremos tarde -añadió la pequeña.

Cuando Sole y Karol entraron al comedor para ir al colegio, Ruggero le habló a Sole.

-Sole, ¿Estás lista?, te iré a dejar al colegio-avisó éste buscando la llave de su auto en el mueble.

-Karol me irà a dejar, se lo pedi ayer -dijo la pequeña al momento en que agarraba a Karol de la mano.

-Tienes que caminar mucho, te vas a cansar.-advirtió su hermano.

-Entonces dale las llaves de tu auto a Karol y ella me lleva -dijo la pequeña tranquilamente.

Ruggero miró a Karol, algo molesto

-¿Sabes manejar?- preguntó.

-Si-asintió Karol.

-Pobre de ti, si viene con una rasguñó o lo chocas, porque... -Karol lo interrumpió.

-He entendido..tendré cuidado. Más aun si voy con Sole.- dijo ella mirándolo a los ojos.

-Adiós Sole. Estudia mucho. - dijo éste y se retiró del lugar.

Karol metió a Sole en el auto y colocó su cinturón de seguridad, luego se sentó en el asiento del piloto, el auto era de color negro, se veía que le costó mucho dinero, puso las llaves y al instante este ya estaba encendido, salió de la casa de los Pasquarelli.

Minutos después llegó al colegio de Sole, se despidió de ella y se fue a la casa de nuevo, el auto no sufrió daños, ni ralladuras, lo dejo donde lo saco y entró a la casa.

Karol buscaba a Ruggero para entregarles lasllaves, pero no lo encontraba por ninguna parte. Seguramente había salido o se encontraba en el baño... 0 sino?.. Okey ya sabía donde encontrarlo... pileta.