Compartiendo Sueño

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Así estuvieron por mucho rato, no les importaba nada más que ellos.

Adoraban besarse uno al otro, simplemente el momento era perfecto para ellos. Pero el miedo rondaba por el aire, él tenía miedo de enamorarse y de sufrir desilusiones. Pero quería disfrutar el momento y darse una nueva oportunidad de sentir, no quería terminar soltero toda su vida, solo sin hijos, ni nadie que le de amor.

Después de ese beso, siguieron conversando hasta que los dos se quedaron profundamente dormidos, juntos. Segunda vez que compartían sueños juntos. Sintiendo el calor mutuo que se daban.

Los dos se daban la espalda, pero en un movimiento Ruggero se dio vuelta dormido, abrazándola por la cintura depositando su mano en el vientre de Karol, los dos estaban en un profundo sueño, ellos ya no controlaban su cuerpo.

Rogaban para que el tiempo se detuviera y poder estar así para siempre, abrazados, sintiendo el calor corporal que se brindaban. Pero les daba miedo pensar en que mañana sería un nuevo día, en que tenían que volver a la realidad, fuera de ese cuarto, fuera de esas cuarto paredes. ¿Qué pasaría si ellos decidieran estar juntos? ¿qué pensarían las demás personas? aunque eso no debiera importarles.

A Karol le daba exactamente igual lo que su familia piense al respecto, pero Ruggero, él pensaba distinto. Sus padres siempre lo aconsejaron de buscar a la mujer adecuada, pero siempre siendo de la misma clase. Por eso no tuvo problema de tener una relación con Victoria, ella era de su misma clase, por eso no le impidieron nada. ¿Pero que pasaba con Karol? que haría si algún día, si el destino lo quiere, desea tener una relación con ella ¿cómo lo tomaran sus padres?, aunque no debiera de importarle, él ya era mayor, y podía hacer lo que él quiera.

Eran las 9:00 am del otro día, y todavia seguían durmiendo. Si fuera por ellos, jamás despertarían.

Ruggero se despertó primero, levemente sintió la presencia de alguien a su lado. En un principio se asustó, hace mucho tiempo que no sentía a alguien despertar a su lado, desde la muerte de su novia. Una bella sonrisa salió de su rostro, cuando vio el rostro de ella al lado, con sus ojos cerrados y respirando pausadamente, con tranquilidad.

Miró la hora de su reloj que se encontraba en el velador, ya eran las 9:00 y Karol todavia no despertaba, tenía que trabajar, pero no quería despertarla, ella estaba cansada y dormir unas cuantas horas mas no le haría nada malo.

Ella tenía un rostro tan angelical, que les transmitía ternura y seguridad, su rostro presentaba inocencia, como si fuera incapaz de hacer sufrir a alguien. ¿Pero será verdad?

Lentamente acarició la mejilla de Karol, siempre procurando de no despertarla. Fue inútil, ya que ella empezó a moverse y a abrir sus ojos lentamente.

-¡Buenos días! -le dijo Ruggero, sonriéndole.

-Buenos días. -Respondió ella sonrojada. Fue hermoso despertar y lo primero en ver, era el perfecto rostro de él.

-¿Como dormiste? -preguntó él.

-Muy bien ¿y vos?.

-Bien.

-¿Te sientes mejor?

-Si ya estoy como nuevo.

-¿Qué hora es?

-Eh... -miró el reloj de su velador -Las 9:10 a.m

-¡¿Qué?! -Grito Karol, mientras rápidamente se levantaba de la cama.

-¡Para, para! -La detuvo él, tomándola del brazo -¿A donde vas?

-A trabajar, tenía que levantarme a la 8:00 y dormi una hora más.

-¿Y qué tiene?

Le iba a responder pero no sabía que cosa decir, si los papás de Ruggero no estaban, no había nadie que la rete.

-Creo que nada. -dijo ella de forma dudosa.

-Entonces, vuelve a la cama -sonrió tiernamente Ruggero, tratando de convencerla de que se quedará más tiempo con él.

Solo una empleadaWhere stories live. Discover now