No Me Importa Ruggero ¿O Sí?

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-Y vos quién sos para decirme como debo tratar a las personas? -criticó Ruggero. -Vos no sos nadie Karol, absolutamente nadie. -Él miró fijamente los ojos de ella.

-No te estoy diciendo como debes tratar a las personas Ruggero, solo que tus actitudes así me molestan. -argumentó ella.

-Que mal por vos! -sonrió sínicamente -Asi y si no te gusta, no me importa.

¿Tenía que ser tan arrogante?, eran esas, precisamente esas actitudes las cuales Karol no aguantaba.

Ella solo suspiró y decidió caminar nuevamente hacia la cocina. Decidiendo dejar atrás al odioso de Ruggero. Sin embargo, la voz de él la hizo detenerse.

-Vas a coquetear con tu nuevo amigo, Logan. -Mierda! Por qué decía eso ahora?.

-Eso es algo que a vos no te importa, no?-criticó enojada.

-Alo mejor sos igual que las demás. -Qué trataba de decir con eso?

-Y como son las demás?-preguntó Karol acercándose, sigilosamente, a él.

-Son unas putas. -mencionó Ruggero de lo mas calmado. Karol lo miró y no pudo aguantarse, le pegó una cachetada en su mejilla izquierda.

-A mi no me tratas así, no me juzgues, vos no conoces mi nombre, ni mi historia. -lo fulminó con la mirada y salió de ahí, más furiosa que nunca.

Cómo se atrevía a llamarla así? Bunca nadie la trato de esa manera. Por qué tenía que ser él? Esto es oficial, Karol estaba sirntiendo odio hacía él.

Enfurecida entró a la cocina azotando la puerta, sin percatarse que Logan se encontraba sentado en una silla comiendo un durazno.

-Oh, lo siento-se disculpo ella después del portazo.

-Veo que estás un poco enojada... ¿Se puede saber porqué? -preguntó Logan de lo mas amable.

-Hay cosas que no valen la pena contar. -dijo ella tomando un vaso de agua.

-Bueno, no voy a insistir. -guardaron silencio un par de minutos. -Creo que al tal Ruggero no le cai muy bien.

-No te preocupes el es así; es frío; desagradable, necio, arrogante, un completo imbécil. -criticaba ella, con tanta rabia.

-Vaya, veo que lo aprecias demasiado. -rio. -¿Tan pesado es el tal Ruggero?

-Cómo no te imaginas. -detalló ella.

-¿Y por qué es así? -preguntó Logan, nuevamente.

-Hay cosas de las que te vas enterar con el tiempo. Yo no te puedo decir nada sobre el, yo sé porqué él es así, pero no me corresponde decirte Logan, lo siento. -argumento apenada.

-No te preocupes Karol, no me importa, tampoco el me importa. -dijo lavándose las manos y sacandoselas con un paño.

Lamentablemente ella no podía decir lo mismo, no podía decir, "No me importa Ruggero.", por qué realmente, aunque este muy dentro de ella, si le importaba; dese ese primer beso entre ellos, desde esas miradas que se cruzaban. Simplemente no podía decir eso aunque quisiera, aunque el allá mencionado que esos besos fueron un error, ella no los calificaba así, para ella no fueron un error.

Estaba despediendo a Logan en el patio, quién  se iba en su coche, intercambian miradas y sonrisas, podría haberlo conocido hoy día mismo, pero era como si lo conociera de toda la vida, la confianza que tomaron fue demasiado buena.

-Bueno Karol ya me tengo que ir. -dijo depositando un tierno beso en la mejilla de ella. -Nos vemos mañana.

-Si, que te vaya bien.

Lo vio subirse en su auto y salir por completo de la casa de los Pasquarelli.

Logan era un muchacho muy distinto, era muy atento con las personas, demostrativo, tenía una carisma demasiado agradable, y lo mejor era que la entendía a la perfección y siempre era el mismo. Eso suponía ella.

Entró a la casa, que se encontraba en completo silencio. Subió las escaleras dispuesta a ir a la habitación de Sole, quién cuando llegó del colegio y no la saludo, eso le pareció completamente extraño.

Cuando llegó a la puerta, tocó, pero la pequeña no abrió por la cual entró sin el consentimiento de nadie.

Lo vio tendida en su cama boca abajo, se acerco a ella, y no le gusto para nada la tristeza que presentaba su rostro en esos instantes.

-Solo, pequeña, que te pasa? -preguntó ella sentándose en la cama.

La pequeña no decía ninguna palabra, solo se lanzó en brazos de Karol, y comenzó a llorar desconsoladamente.

A Karol se le partió el corazón verla así, aunque no era nada de ella, se había ganado su cariño.

-Nadie me quiere, Karol. -dijo entre llanto Sole. -Nadie lo hace.

La a verdad la entendía, la pequeña siempre estaba sola dibujando o pintando... jamás se juntaba con amigas en sus casas ni nada. Era obvio, se sentía sola.

-No digas eso Sole, muchas personas te amamos. -consolaba ella, tratando de hacer sentir mejor a la pequeña.

Solo una empleadaWhere stories live. Discover now