1

1.4K 157 369
                                    

Anne se despidió de quienes le dieron la vida con un fuerte abrazo, les lanzó efusivos besos desde la puerta del tren y corrió a buscar su asiento.

Diana ya había partido a guardar unos lugares, pero la chica pelirroja se detuvo más de la cuenta con sus padres. Cuando la encontró, la pelinegra ya estaba acompañada de una rubia y una castaña.

El grupo había vuelto.

—Tengo grandes expectativas con este año —Ruby habló con una gran emoción. Estaba sentada junto a Anne y miraba por la ventana cómo los árboles pasaban a una velocidad considerable— ¿A qué olerá el amor de mi vida?

Jane oprimió una risa. El año anterior ella ya había sentido los aromas que caracterizaban a su alma gemela, pero todavía no conocía a la persona que poseía la suerte de estar destinada a ella. O bueno, no creía que esa persona se encontrara lista para aceptarlo el día que le tocara su experiencia con la poción.

—¿Y si no huelo nada? —la rubia se exaltó al punto que sus ojos se desanimaron y comenzaron a brillar tristemente. Un poco más y empezaba a llorar— ¿Y si estoy condenada a la soledad? ¡No podría vivir así! Espero ser la indicada para Gilbert o Moody.

—¿Gilbert? —Anne hizo una mueca de asco— Mejor escoge a su primo.

—Charlie me ha contado que Gilbert no tiene ganas de saber quién es su alma gemela —susurró Diana, como si de una información confidencial se tratara—. Supuestamente quiere ser "compañero de la aventura"

Anne maldijo por lo bajo, porque en el fondo ella pensaba lo mismo. Odiaba tener conexiones con Gilbert Blythe.

—Como si alguien quisiera estar con él —bufó la pelirroja, cruzándose de brazos y mirando para otro lado. Sus amigas obviaron eso, puesto que ya conocían la historia de su desacuerdo.

—Pero, ¿puede no oler la poción? —Ruby no comprendía el punto de todo aquello, tenía entendido que nadie poseía el derecho de no conocer los aromas de su alma gemela.

—Te da mala suerte —explicó Anne con total desacuerdo—. Como si ya no fuera poco que beberla hasta pueda matarte.

Aunque parece extraño, esa poción tiene sus cosas. Se supone que solo se puede olerla, por algo su preparación es considerablemente complicada y si consigues un poco de ella debe ser lo suficiente para percibir su aroma y ya. Puesto que beberla te causa una enorme obsesión ante quien te la ha dado.

Pero eso no es todo: existen personas que utilizan el líquido con alguien a quien quieren enamorar ya que no les corresponde. Es decir, van en contra del poder de la poción.

El efecto dura de acuerdo a la cantidad de líquido ingerido, por lo que la gente desquiciada parece tener la idea de aferrarse al ser locamente embelesado y terminar enamorándolo para cuando despierte de ese trance.

El problema es que hay personas que no consiguen su cometido, por lo que, sumergidas en la desesperación y la pasión atolondrada, terminan exagerando con la cantidad de poción que usan.

Ya saben, matan al otro.

El amor los vuelve locos, literalmente. Y así como para el amor no hay antídoto, para La Amortentia tampoco.

•••

Gilbert se acomodó junto a Moody y suspiró. Su primo/mejor amigo no parecía muy animado.

—Jane no me corresponde —contó el castaño, apoyándose en el brazo del pelinegro, que alzó una ceja con confusión por su acto—. Escuché que sus aromas no me describen. Ahora me tocará a mí y seguramente no oleré nada.

Gilbert no entendió los ánimos de Moody con aquel pesimismo, como si todo se acabara luego de un "amor no correspondido". Le parecía totalmente patético.

—Si yo huelo algo, te lo regalo —admitió con desacuerdo y cierto asco en sus palabras.

Mal ahí Gilbert Blythe. Aquí hay un problema: no puedes cambiar el destino.

Existe una ley: Acepta La Amortentia o muere. No aceptes La Amortenia o muere.

—¿Por qué no quieres conocer a tu alma gemela? —inquirió Moody momentos después, incorporándose en su lugar y tratando de entender algo que para él era inaudito.

—Porque mi alma gemela es la aventura, Moody —respondió Gilbert con obviedad—. Además, unos aromas no me definen. Soy mucho más que tres olores.

Moody rodó los ojos. Gilbert le cortaba toda la trágica alegría a su romance no correspondido con Jane.

En todo el camino el chico debió soportar las palabras de su primo, no lo malinterpreten, lo quiere, pero a veces resulta ciertamente intenso.

Que Jane esto, que Jane aquello. Según Gilbert, Jane jamás se fijaría en Moody. ¿La razón? No le interesaban los hombres y era más que obvio.

Jane es tan heterosexual como mi odio a Anne. Es decir, no. Me refiero a que Anne es tan... No, es que, Jane y Anne. Anne y. Ahg, QUE JANE LE ENTRA A LA CACHUCHA

Gilbert se maldecía por lo que pensaba. No quería a la pelirroja, claro que no.

Solo pudo respirar mejor cuando el chico se durmió, pronto él haría lo mismo. El viaje hasta Toronto no solo constaba de un tren. Era mucho más. Y necesitaba estar listo para esa larga experiencia, lo cual lo exaltaba más.

En otro tren, no muy lejano a él, cierta pelirroja compartía las mismas emociones por el regreso a Rodwest.

"El tiempo correrá, la distancia nos separará, pero siempre una parte de nosotros nos unirá"

«»

Esto de escribir capítulos cortos se me hace tan raro, espero que les guste igual mi gente

¿A quién les gustaría ver como alma gemela de Jane? Digan Josie

Ojito con esa poción que es bien hija de puta...

Instagram: mortexst

Si llegaste hasta acá, gracias por leer. Espero que te haya gustado🤍

—Mort🪐

AMORTENTIA; Shirbert [✓]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora