En la boca del lobo

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Sarutobi no sabia como iniciar conversación con su hijo sin que este se alterara más, ambos estaban en alerta y aun que a Daiki le costara aceptar le dolía mucho el trato de su mama hacia él, pero, más le dolía el saber que Testuya estaba en cinta de otro alfa. 

-Hijo...-despacio camino hacia Daiki que lo miro con seriedad-. ¿Por qué no vamos a caminar? Creo que ya es momento que sepas la verdad. 

El joven basquetbolista no entendía la actitud de su progenitor aun así acepto salir a caminar para bajar un poco la tensión entre ambos, quizás era algo que su madre no debía de escuchar. Llegaron a un pequeño parque que estaba poco concurrido así que encontraron una banca un poco apartada del resto para poder platicar. 

-Escucha...-su voz tembló por lo que estaba a punto de contar-. Tu madre me matara cuando se entere que te dije esto porque es algo que juramos llevarnos a la tumba.

Daiki estaba sorprendido por aquellas palabras.

-La familia de tu madre siempre fue muy conservadora por el echo de que todos sus hijos nacieran siendo alfas eso era algo muy importante de mantener por lo que no era raro que se casaran entre primos incluso... entre hermanos- respiro ondo para quitar aquel nudo en su garganta-. Tus abuelos maternos son primos por eso tu mama nació siendo alfa así que la comprometieron con su propio hermano Shiro que era menor que ella pero que también había nacido siendo alfa, tu madre se negaba a casarse pero Shiro había originado una obsesión hacia ella no solo por ser su hermana mayor sino también por ser su futura esposa, esa obsesión lo había orillado a violarla un día antes de su boda.

Daiki se levanto del asiento asustado por lo que estaba escuchando, comenzó a sentir asco de si mismo por hacer lo mismo con su hermano. 

-Siéntate que aun no termino...-espero a que su hijo se volviera a sentar-. Después de la boda Anko descubrió que estaba en cinta pero no podía permitir que nadie más se enterara porque ahora si la tendrían amarrada aquella vida que no deseaba, por dos meses oculto su embarazo y como señal divina quedo viuda al poco tiempo. Sus padres se enojaron mucho con ella por no poder concebir un hijo antes de que su esposo falleciera y no les importo volverla a comprometer esta vez conmigo... su primo tercero. Fue amor a primera vista y no me importo tomarla embarazada, nos desposamos solo para alejarnos para siempre de aquella familia.

-No... no entiendo... ¿Testuya y yo somos los hijos de aquel sujeto?-ahora comprendía el odio de su madre hacia él pero ¿Por qué con su hermano era diferente? 

Saurtobi negó con la cabeza-. El parto de tu madre fue de manera natural, es decir, se hizo en casa para que nadie de la familia se enterara de tu nacimiento. Anko estaba consiente de aquel hijo era de su hermano por eso eres un alfa por ser el primogénito, pero, grande fue nuestra sorpresa cuando tu mamá volvió a entrar en labor de parto dando a luz a otro niño... un omega, Testuya. Hijo tu y Testuya no son hermanos del todo. 

-¡Me estas jodiendo!- su mente trabajaba a mil por hora con tanta información.

-El doctor el dijo a tu madre que tuvo una mutación genética donde se pudieron fecundar dos óvulos con diferentes espermas, de diferentes hombres. Con dos meses de diferencia Testuya nació siendo prematuro es por eso que es muy débil y su presencia es bastante baja porque compartió vientre con otro alfa. Tu eres el hijo de Shiro... y Testuya es mi hijo por eso son muy diferentes, por eso Anko siempre los estaba separando temiendo que su historia se repitiera con ustedes. Desde que eran niños supe inmediato que eras la pareja de Testuya y que tarde o temprano tu alfa lo iba a reclamar, pero tu madre se negaba aceptar aquella verdad. Al verte a ti veía la rencarnación de su hermano. 

Las ganas de llorar eran evidentes por todo lo que le estaba diciendo, eran demasiadas las preguntas como también mucho rencor a su madre por no contarle la verdad, por haberlo amenazado, por quererlo separar de Testuya, por los insultos, por los golpes, por todo. 



Camino sin rumbo fijo sin preocuparse mucho que ya sea muy tarde o que ya había poca gente caminando en las calles, se abrazaba así mismo buscando un poco de calor en vano intentando no llorar por la tristeza que en su corazón iba naciendo. De repente recordó algo muy importante: estaba embarazado de Taiga, van a tener un bebé. 
La imagen de un pequeño niño de cabello rojo y ojos azules le hicieron sonreír de felicidad por varios segundos antes de que la preocupación lo hiciera caer en la realidad.

-¿Que estoy haciendo? Exponiendo a mi hijo con este frio- se toco su vientre plano-. Debo ir con Taiga, tiene que saberlo.

Cambio rápido de rumbo en dirección al departamento del mayor que para su suerte estaba con las luces encendidas de la sala, toco la puerta un par de veces esperando que le abriera su tigre favorito que ya no podía con la emoción, su enorme sonrisa desapareció inmediatamente que la puerta fue abierta dejando ver a Nash. 

-¿Nash?- miro hacia ambos lados creyendo que quizás se había equivocado de departamento-. ¿Qué haces aquí? 

- Jajaja eso debería preguntártelo yo little bunny- se hizo aun lado para dejarlo pasar al departamento. Testuya dudo un poco-. ¿Prefieres congelarte? Porque yo no. 

Resignado acepto la invitación del mayor entrando al cálido departamento que sin duda era el de Taiga porque recordaba su decoración además de que su olor estaba en todas partes. 

-¿Quieres café?- camino hacia la cocina para sacar dos tazas.

-Si por favor- estaba de pie en la mesa de la cocina mirando a Nash preparar el café con tanta delicadeza que se le hizo raro-. ¿Dónde esta Taiga? 

-No tarda en llegar dijo que tenia unos mandados que hacer- le entrego la taza-. Si gustas esperarlo prometo no ser un mal anfitrión. 

Tesuya agradeció el café y se sentó allí mismo en la mesa de la cocina teniendo a Nash sentado en frente de él viéndolo con mucha atención que lo ponía nervioso.

-Sabes... little bunny a mi no me interesa saber de las personas mucho menos meterme en sus vidas- recargo su mentón en la palma de su mano viendo con interés su  taza de café-. Nunca eh investigado a nadie solo para llamar su atención, pero, el día en que te conocí- Testuya lo miraba con cara de ironía-. Bueno... cuando te vi por primera vez no mentiré que si lograste llamar mi atención porque no solo eres hermoso sino que hueles jodidamente delicioso, pero, cometiste varios errores. 

Con el paso de los minutos Testuya comenzaba a sentirse muy ansioso y sus manos sudaban, se quito el suéter buscando aclimatar su cuerpo en vano. 

-Tu error fue llamar mi atención, tu segundo error fue llamar la atención de Taiga, tu tercer error fue llamar la atención de los monkeys arcoíris y por ultimo tu más grande error fue meterte en mi vida- su voz sonaba molesta alertando a Testuya que inútilmente intentaba levantarse de la silla cayendo con fuerza al piso-. ¿Te gusta? Le puse un tranquilizante a tu café.

Rodeo rápido la mesa cargando sin esfuerzo al menor que luchaba por escapar, las lagrimas ya se asomaban por sus ojos pero se negaba a llorar. Fueron a la habitación de Taiga y lo deposito en el centro de la cama para ponerse encima de él sin aplastarlo.

-Por tu culpa me expulsaron del equipo de basquetbol por haber agredido al hermano menor de uno de los jugadores que resulto ser también amigo del sobrino del director, pero espera que eso no es todo- comenzó a reírse con arrogancia como si se tratara todo de un chiste-. Resulta que también es hijo de uno de los mejores amigos de mi padre que al enterarse de lo que hice me bloqueo mis tarjetas de crédito ¿Sabes cual es la cereza del pastel?- acerco tanto su rostro hacia el menor que había ladeado la cabeza dejando libre su cuello-. Que eres la pareja de mi lindo... hermanito menor.

Testuya abrió con sorpresa los ojos volteándolo a ver sin importar que sus labios estaban a nada por rosarse. 

-¿No te dijo? Jajajajaa bueno lo lo culpo, nuestro apellido es muy conocido: Taiga Gold. Hijo de la segunda esposa de mi viejo- su risa se escuchaba por toda la habitación-. No me importa ese estúpido equipo de basquetbol de Japón porque tengo el mío propio esperando en Estados unidos, pero, lo que no me va a dejar de importar que un estúpido omega me haya arruinado la vida en Japón sin antes haber pagado el precio- hizo más presión en las muñecas del menor-. Prepárate little bunny porque hoy sentirás a un verdadero alfa. 



Mi OmegaWhere stories live. Discover now