Disfruto

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A pesar de ser el primer Alfa, aparte de su hermano y padre, con el que hablaba se sentía muy a gusto que hasta se pusieron contar experiencias de su vida. Testuya se sentía feliz con la presencia de aquel enorme alfa que tenia el apetito tan grande como el de su hermano, no podía evitar compararlos aun así había algo que los diferenciaba y era que Taiga era delicado a la hora de moverse y de tratar a las personas consiente de su tamaño y su condición de alfa, en cambio Daiki era brusco y le gustaba las cosas rudas sin importar si lastimaba o no a las personas.

En cierta forma Taiga le recordaba a Daiki cuando tenia 12 años. 

-Los maestros te adoran-dijo Testuya después de un rato de silencio-. Siempre te usan como ejemplo para sus clases. 

El alfa sonrió por lo dicho asintiendo con la cabeza.

-Soy el único alfa del salón solo es por eso que me hablan, soy como un lobo tomando clases de como pastorear teniendo a las ovejas como compañeras- el chiste hizo reír al omega que no se le molesto en disimular su risa haciendo sonreír más a Taiga al ver lo bien que se la estaban pasando.

Un cálido sentimiento llego a su corazón al ver al omega sonreír de como su rostro se iluminaba por la alegría, pudo notar como algo brillaba en su cuello dejando ver un cascabel plateado. 

-¿Porque usas un cascabel?

La sonrisa de Testuya poco a poco fue desapareciendo hasta dejar ver una mirada melancólica no le gustaba usar aquel cascabel pero si no lo usa la gente no sabrá que esta allí.

-Es para que me noten-fue lo único que quiso decirle al alfa y este lo entendió por la seriedad de sus palabras. 

Al terminar las clases Testuya se preparaba para salir del edificio cuando vio a su hermano a lo lejos caminar con el equipo de básquet por instinto se llevo su mano hacia su cascabel para evitar que este hiciera algún ruido y evitar llamar la atención de ellos.
Camino despacio atrás de ellos sin ser notado por nadie hasta que un grito lo hizo congelarse en su lugar.

-¡Testuya!- al voltear hasta Taiga corriendo hacia él con una mano levantada-. ¿Nos vamos juntos?- le pregunto estando en frente de él. 

El omega seguía en shock al darse cuenta que Taiga pudo verlo. Sentía como sus piernas temblaban y sus ojos se llenaban de lagrimas situación le preocupo al alfa que le preguntaba si se sentía bien mientras tocaba su frente con su mano para medirle la temperatura, con un simple rose hizo estremecer a ambos que se habían puesto nerviosos.

-Yo... yo estoy bien Taiga- volteo a ver el piso para tratar de tranquilizarse. Era un golpe emocional fuerte al encontrar a otra persona que pueda notar su presencia sin la necesidad de usar un cascabel. Su mente hizo clic al recordar que metros adelante de él estaba su hermano con el equipo de básquet, temiendo lo peor levanto la mirada esperando ver a una pantera furiosa pero solo encontró un patio vacío. 

-¿Testuya?- lo volvió a llamar preocupado.

-Si... nos podemos ir juntos- lo volteo a ver con una sonrisa triste.

Su mellizo lo había alejado de él, nunca se habían separado sino fue por el basquetbol que lo hizo cambiar y puso aquella barrera entre ambos. Por primera vez sentía como aquel sentimiento de vacío era llenado por la presencia de aquel alfa que lo miraba con una sonrisa feliz por haber aceptado su compañía. 

Los meses pasaron con rapidez que ya se acercaban las vacaciones y con eso venian las inscripciones para los cursos de verano dónde los estudiantes podían realizar actividades extracurriculares. Cómo todos los años Testuya siempre buscaba las clases de ajedrez o literatura y este año no sería la excepción.

-¿Que actividad tomarás Testuya?- Taiga analizaba las actividades en la pizarra informativa de la escuela.

Aun lado de él estaba Testuya que buscaba sus clases aún que no sabía si irse por ajedrez o cocina. Era pésimo en la segunda actividad aún que el chiste era aprender algo nuevo, su compañero estaba más perdido que él. En Estados Unidos no tenían actividades muy diferentes a las de Japón.

-Quizas vaya a ajedrez- contesto con seriedad. Escribió su nombre en la lista, con la mirada busco el nombre de su hermano y no se sorprendió al verlo en básquet.

Taiga suspiro con resignación quería entrar en una misma actividad que su amigo pero ajedrez le es tan aburrido que ni por todas las hamburguesas del mundo entraría allí.

-Quizas vaya a cocina... Necesito mejorar mi pasta Alfredo- escribió rápido su nombre evitando que Testuya pudiera leerlo-. Listo vámonos.

Tomo por los hombros al más pequeño y comenzaron a caminar por los pasillos.

-No sabía que Taiga cocinaba- intento hablar para relajar su cuerpo que estaba tenso por el agarre del alfa en sus hombros. No lo había soltando ni cuando ya estaban caminando por la banqueta.

- Se un poco... Mis...- dudo unos momentos antes de seguir hablando-. Papás trabajaban mucho así que tuve que aprender a cocinar sino moriría de hambre.

Gran mentira, tenía a sirvientes atrás de él para prepararle cualquier comida que deseara solo que se sentía tan solo en aquella casa que siempre iba a la cocina a ver cómo preparaban su comida fue allí donde aprendió a cocinar.

-Tienes sentido- respondió el omega-. ¿Vamos por unas hamburguesas? Tengo ganas de una malteada de vainilla- lo volteo a ver con ojos de perrito triste causando un enorme sonrojo en el alfa que se tapo la cara fingiendo que tosia.

- Ajam... Si claro vamos, tengo hambre.

Ninguno de los dos quería regresar a casa a pesar de estar rodeado de gente que los quiera no se sentían completos solo cuando estaban ellos dos juntos.

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