Sumiso

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Llevaba al rededor de 15 minutos bajo la fria agua de la regadera y aun no podia quitarse la erección que le estaba molestando minutos antes de bañarse, lo primero que penso fue en tocarse porque seria algo natural de hacer pero cada vez que agarraba su miembro se sentía extraño y no era para nada placentero, sus pezones también le dolían al igual que el cuello aun que allí le ardía la piel.
Tan concentrado estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de que habían abierto la puerta del baño ni tampoco vio a la persona que estaba atrás de él asechándolo, todo fue tan repentino cuando ya tenia aquellas manos morenas sujetarlo de la cintura para restregar la erección contraria en su trasero sacándole un susto de muerte como también jadeos.

-¡D...Daiki!- intento alejarse pero el agarre era muy fuere que de seguro le dejara marca-. ¡No toques allí!- su cuerpo comenzaba a reaccionar al estimulo en su miembro que era masturbado por el mayor con bastante agilidad mientras le besaba el cuello y succionaba aquella área donde estaría la merca-. Suelta... ahhg... me... me corro- una corriente eléctrica recorrió su espina dorsal hasta sus testículos que se tensaron al momento de liberal aquella sustancia blanca en la mano del moreno.

El olor a hierbabuena era evidente en aire dilatando más la entrada de Testuya al reconocer el tacto de su alfa.

-Estas cada vez más dilatado-metía y sacaba su dedo por aquel agujero que ya lo recibía con el lubricante natural de su pareja-. Mira como me pones...-agarro su miembro y lo acomodo entre las dos nalgas para comenzar a simular embestidas pero sin penetrarlo. Con una mano lo sujetaba de la cintura y con la otra del cuello pegándolo más la espalda a su torso, lo beso con pasión metiendo su lengua saboreando todo a su alrededor.

Las pupilas de Testuya se encontraban dilatadas por las feromonas de apareamiento que ambos soltaban, unas pequeñas orejas azules se mantenían agachadas excitando más a Daiki al notar lo bien que su omega se sentía. No conforme con el poco espacio que tenían cargo al menor de forma tosca para aventarlo a la cama sin importar lo mojados que estaban porque su único propósito era hacerse uno con su omega que se frotaba su miembro con sus piernas.

-¿Que desea mi omega?- utilizando su voz de alfa le susurro al oído causando mayor placer en el contrario que ya se estaba frotando contra él-. ¿Me quieres dentro de ti, Testu? ¿Quieres que anude adentro de ti?

-Agh... Si... Daiki por favor- su cuerpo ardia por el calor que estaba sintiendo que ya era sofocante, con unas simples palabras amenazaba con correrse de nuevo.

Su cabeza no procesaba lo que estaba pasando solo le hacia caso a su estado más primitivo que era aparearse.

Daiki lo volvió a besar con mayor intensidad mientras frotaba el miembro de ambos sacando suspiros de placer, la cama golpeaba contra la pared por los bruscos movimientos de la pantera por buscar satisfacer a su pareja que pedía cada vez más; los besos fueron bajando por el cuello que con sus colmillos rosaba la pálida piel que se volvía roja por las marcas que iba dejando. Llego a uno de sus lugares favoritos que eran aquellas pequeñas montañitas que estaban un poco abultadas por la época de celo volviendo las más sensibles, paso primero su lengua felina sacando un grito de placer del menor después comenzó a chupar con fuerza buscando en vano sacar aquella leche con miel que lo estaba volviendo loco, le encantaba rosar sus colmillos contra aquel sensible pedazo de carne solo por escuchar al omega gemir su nombre mientras le estiraba sus cabellos y lo acunaba en su pecho como si buscara amamantarlo.

-Daiki... Daiki...-repetía su nombre muchas veces cegado por el placer que estaba sintiendo, sus pezones estaba rojos e hinchados por la reciente actividad aun así se sentía que aquel molesto dolor había pasado.

-Testuya... te quiero hacer mío- sentía su miembro a punto de explotar pero aun así no quería lastimar al menor.

-Hazlo...-sentía su entrada muy dilatada que se sentía extraño por el liquido natural que resbalaba por su trasero.

Lo beso con ternura antes de ponerlo en cuatro y levantando solo su trasero que a su gusto olía delicioso por la dilatación y el pre-semen, con su lengua saboreo la entrada de su pequeño que grito de placer al sentir aquella lengua intrusa en un lugar poco común.

-No... Daiki... aahh esta sucio- intentaba alejarlo pero recibió una leve nalgada en forma de protesta.

Una vez que la entrada soltara más aquel lubricante natural para que su miembro pudiera entrar con facilidad.

-Ya voy a entrar... relájate-acomodo la punta de su miembro que se lleno rápido por un liquido transparente antes de comenzar a perderse en el cuerpo del menor-aaahh... tan estrecho, tan caliente- sentía como las paredes internas presionaban su miembro amenazando con correrse.

Testuya sintió una enorme presión en su entrada provocando que su cuerpo se tensara encajando las uñas en la cama para intentar soportar aquel dolor.

-Duele...-pequeñas lagrimas salían mojando su rostro.

-Tranquilo...-se agacho hacia el hombro del menor donde comenzó a lamberlo para tranquilizar a su pareja mientras ronroneaba.

Unos minutos después sintió como las caderas del menor se movían buscando más contacto fue allí donde entendió que se podía mover, saco su miembro excepto la punta para volver a meterlo con mayor fuerza sacando gemidos agudos por parte del omega que se retorcía del placer ante las fuertes estocadas que estaba recibiendo cada vez con mayor fuerza que sentía que lo iba a partir por la mitad.

-Aaahhh... Daiki... Daiki-no le importaba si los vecinos los escuchaban, lo único que le importaba era seguir sintiendo aquel duro miembro golpear su punto G-. Más... más...-su cola canina se encontraba erguida hasta que fue sujetada por el mayor-aaahhh...-sintió mayor placer.

-Agh... mío... mío- su lado alfa comenzaba a dominarlo sin medir su fuerza sujetaba las caderas del menor pegándolo mucho más a su pelvis sintiendo sus testículos golpear con los del contrario. El olor leche con miel era insoportable como agradable en aquel cuarto que era testigo de aquel acto-. Agh... me corro.

Lo primero que pensó fue en correrse adentro para poder anudar y así asegurar que Testuya quedara preñado, la imagen de su omega con una pancita de embarazado era conviviente pero también recordó que aun eran muy jóvenes y que sus padres de seguro los mataría, y no podría permitir que su pareja fuera lastimada menos sus cachorros.

-¡Daiki!- el orgasmo de su pareja lo saco de sus pensamientos cuando sintió su miembro ser apresado con mayor fuerza.

Estaba segundo a correrse cuando decidió correrse afuera manchando la espalada. Se tumbaron los dos en la cama rápido Testuya cayo dormido en los brazos del moreno que lo miraba como si fuera la cosa más hermosa del mundo, con cuidado se levanto al baño para regresar con unas toallas humedad para limpiar la piel de ambos después busco su pantalón sacando un celular color azul, se acostó de nuevo esta vez abrazando a su mellizo poniendo su cabeza sobre su pecho para después tomarse una foto de los dos en la cama. Escribió un par de cosas y le puso enviar, escondió el celular y se dispuso a dormir.



N/A

¿De quien es ese celular? ¿A quien se la mando? ¿Porque Daiki hace todo es?

Mi OmegaWhere stories live. Discover now