Pareja predestinada

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Después de aquel terrible accidente llegaron los papás de Testuya muy alterados a la oficina del director exigiendo la suspensión sino es que la expulsión de aquel alfa que había atacado a un Omega adentro de las instalaciones: Aomine Sarutobi tenía suerte de conocer al director por ser no solo amigos de la infancia sino también socios, lo que hizo más fácil el movimiento de papeles para la suspensión de aquel estudiante.

-Como es del equipo de basquetbol no pueden expulsarlo- dijo Sarutobi con mucho enojo recordando las palabras de su amigo director.

Estaba su esposa y él en la cocina hablando del tema aprovechando que sus hijos se encontraban aparentemente dormidos.

-¿Y que tiene que sea del equipo de basquetbol? Eso no lo hace intocable- dijo Anko molesta luchando por no levantar más la voz.

Cuando llegó a la enfermería vio a su hijo llorando y con la nariz vendada en los brazos de Taiga que igual se encontraba golpeado por defender al pequeño; se sintió muy agradecida aún que no tuvo tiempo de hablar con él por ir directo con el director le dió una sonrisa agradeciendo así su sacrificio.
Afuera de la enfermería estaba Daiki con una mirada bastante seria viendo hacia el piso recargado en la pared, levanto la mirada cuando su madre le hablo solo para recibir una fuerte cachetada que hizo voltear su cabeza, aún así, no dijo nada ni se movió. La mejilla le ardía por la mano pesada que tiene su madre que lo culpaba por la desgracia que estaba viviendo su hijo omega.

-¡Te dije que lo cuidaras!- aún que moderaba su tono de voz para no crear un alboroto se notaba lo furiosa que estaba-. ¿Que te dije Aomine Daiki? Hace tantos años te advertí estar alejado de Testuya pero sin desproteger lo.

Los ojos de la mujer brillaban recalcando su autoridad como alfa y como mamá, Daiki solo bajaba su cabeza apretando los puños por el control que tenía sobre él.
Recordó aquella fría noche antes de entrar a la preparatoria dónde su madre le advirtió que se alejara de Testuya para que esté pudiera hacer su vida sin la presencia de él, a cambio no mandarían al Omega al estudiar al extranjero que bien se lo merecía por sus excelentes notas.

-Lo recuerdo...- susurro.

- Y aún así fallaste.

Daiki se mordió la lengua para no contestar y solo dejo que su madre caminará por el pasillo.

Anko y Sarutobi estaban preocupados por la salud del pequeño y por el estado catatonico que le da por pequeños lapsos de tiempo, pensaron en llevarlo con un especialista pero Testuya se negó con la excusa que solo necesitaba descansar.

-¿Cuando es el viaje?- pregunto Anko a su marido.

Cada tiempo tiene ambos que realizar un viaje a los Estados Unidos por las empresas familiares que tiene allí, por parte de Anko son herencia de su abuelo y Sarutobi pudo construir la suya gracias a su esfuerzo, y a los del inversionistas.

- En una semana.

-Tendre que decirle a los niños e ir a comprar suficiente comida en lo que no estamos, creo que hoy era su último día en las clases de verano para después estar de vacaciones.

-En el estado en el que está Testuya no creo que nos pueda acompañar, tendrá que quedarse en casa.

Ninguno de los padres se negó por la propuesta.
Mientras los progenitores discutían en la cocina, por los pasillos del segundo piso se podía ver la sombra de una pantera caminar con mucha delicadeza hasta llegar al cuarto de su mellizo. Al entrar lo vio dormido en su cama, se veía tan indefenso que le daba ganas de abrazarlo para nunca soltarlo, se quitó su camisa negra y aseguro la puerta con seguro para que sus padres no interrumpan el momento tan íntimo que podían llegar a tener.n
Se acomodo en la cama dejando a Testuya pegado a la pared que con el movimiento abrió un poco los ojos.

-¿Daiki?- pensaba que se trataba de algún sueño-. ¿Que pasa?- intento levantarse pero fue abrazado con fuerza.

Daiki lo puso arriba de él obligando a tener ambas piernas abrazando su cadera, el alfa escondió su cabeza en el cuello del menor y comenzó a dar leves mordidas poniéndolo nervioso.

-D... Daiki ¿Que haces?- susurro. El calor de la habitación comenzó aumentar pero no estaba seguro si era por las gruesas colchas o porque su hermano estaba lamiendo su cuello.

-Testuya...- se alejo del cuello para mirarlo a los ojos con mucha intensidad.

Ambos sintieron como algo los unía, era esa misma conexión cuando eran niños, esa misma conexión que siempre aparecía cuando uno de los dos se sentía mal. Era aquel lazo que unos a un alfa con su omega.

-Perdoname... Perdoname-lo volvió abrazar mientras lo apretaba por la espalda con sus brazos pegándolo más a él-. Tenía miedo... Estabas sangrando, olía tu desesperación... Yo tenía miedo de perderte- el temible alfa comenzó a llorar en los hombros de su hermano.

Testuya solo se dejaba abrazar dejando que Daiki se desahogara, estuvieron así un buen rato hasta que el Omega se sentó en la cama recargado al respaldo, se quitó su camisa dejando ver su blanco pecho y aquellos botoncitos rosas, le extendió su mano a Daiki que con gusto abrazo por el torso y dejo su cabeza descansar en el pecho de su hermano muy cerca de sus pezones.
Era una extraña manera que tenía el Omega para tranquilizar a su hermano, sabía que por su olor íntimo el alfa se calmaría a tal grado de dejar ver sus orejas y cola.

Daiki los tapo a ambos y solo así se pudo permitir descansar, el agradable olor íntimo de su Omega era muy diferentes al exterior.
Respiro con fuerza el aire caliente dándole el olor a leche con miel, no aguanto la tentación y comenzó a chupar uno de los pezones buscando sacar un poco de leche en vano.

-mgh...- gimió levemente cuando sintió los colmillos rozar contra su piel-. Es suficiente- con sus manos alejo el rostro de Daiki de su pecho que ya estaba rojo eh inchado.

-Quisiera... Llenarte de mi semilla solo para que cargue s nuestros cachorros y puedas darme leche- susurro sin voltear a verlo pero tocando con la llema de sus dedos aquel botón rosa.

Testuya se puso rojo de la pena, solo Daiki sabía cuál era su verdadero olor y le causaba mucha pena saber que era leche con miel porque eso quería decir que era un doncel con un alta probabilidad de concebir.

Acarició las orejas de pantera de Daiki que comenzó a ronronear buscando más contacto.

-Daiki... Hay otro alfa- le dijo con delicadeza temiendo la reacción del mayor que se había tensado.

-Lo se...

-Siento lo mismo con él... Creo que... Ambos son... Mi pareja destinada.

N/A

ESTAMOS DE REGRESO!!!! Muchas gracias por sus palabras de apoyo❤️ fueron dos semanas caóticas enteré trabajos y exámenes.

Si les dieran a elegir entre Aomine y Kagami... ¿Quien escogerían?

Mi OmegaWhere stories live. Discover now