Capítulo 1.

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______ Knight fregaba los trastes de su hogar con Phill Collins de fondo. Escuchó como la cochera de la casa de enfrente se abría. _____ se controló. No debía mirar. No quería mirar. Sin embargo, lo hizo, ella sabía que no podía resistir a dar una mirada.

  Casi se le cae el plato que tenía entre las manos. Su vecino de enfrente hacía sus ejercicios matutinos de todos los días, a la misma hora. _____ desde que lo vio por primera vez, no pudo contenerse, estaba como quería. Y ella, desde aquél día, lo veía con ojos desgarradores. Hasta se había aprendido la hora habitual en la que su vecino hacia sus ejercicios. Nunca habían cruzado palabra ya _____ nunca fue a recibirlo desde que se mudó, no por falta de educación, sino por falta de valentía. Aquél hombre era la fantasía que ella tenía desde que lo vio por primera vez levantando pesas. Era San Antonio y _____ agradecía que el calor de ahí fuera infernal, tanto, que ella veía todas las mañanas como su vecino sudaba hasta meterse a su casa, seguramente para darse una ducha. Y es como si el vecino hiciera a propósito todos sus ejercicios de cada mañana, como si él supiera que ella lo observaba desde su ventana.

  ______ se esmeraba como nunca de que el plato no cayera de sus manos. Esta vez él no traía su camisa puesta y era la primera vez que ella lo veía sin sus playeras deportivas. Era justo como se lo pudo imaginar, aunque admitía que era mejor, mucho mejor de lo que imaginaba. A sus 28 años, nunca había visto a un hombre como su vecino. Ni siquiera a Kevin, nunca lo había mirado así en la época en la que fueron novios. Sin embargo, ______ no sabía el nombre de su vecino ya que no se relacionaba con las demás mujeres que vivían en su vecindario y _____ estaba segura que habían investigado hasta por fin dar con el nombre de aquél hombre tan atractivo y sensual para los ojos de cualquier mujer. Seguramente pensaban lo mismo que ella cuando hacia sus ejercicios o cuando salía en su BMW blanco aparcado todo el tiempo en la calle para dirigirse seguramente a su trabajo. Y _____ agradecía que la ventana de su cocina estuviera enfrente de él. Ella lo admiraba en secreto.

  —¡Mami! —le gritó Oliver. Su hijo de 5 años. Y sin que ella quisiera, se alejó de la ventana, viendo por última vez como su vecino se acostaba para hacer el ejercicio de todas las mañanas.

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  Justin Bieber, de 29 años, levantaba las pesas que hacía todos los días. Después de tantos años entrenando, la verdad era que se había ganado la condición necesaria para poder aguantar un maratón y para levantar aquellas enormes pesas. Desde que era un adolescente, Justin recordaba haber estado en los equipos deportivos que se le permitieran, siempre había estado atraído por el deporte y el ejercicio, era una de las muchas cosas que se le daban bien.

  Se acababa de mudar a San Antonio hace apenas dos meses, había encontrado una mejor propuesta de trabajo que era casi imposible de rechazar y lo hubiera hecho si hubiera seguido con su ex prometida, Shay. San Antonio le gustaba, sobretodo su vecindario. No era tan ruidoso y molesto como en el condominio en el que vivía anteriormente. Además, su cochera era lo suficientemente espaciosa para poder meter todo su equipo de entrenamiento. Se estaba acostumbrando a su nueva vida y a aquélla nueva cuidad. Y aunque el calor ahí llegaba a ser insoportable, Justin se sentía tranquilo estando solo después de tanto tiempo.

  ¿El trabajo fue lo único que lo hizo irse? Justin había vivido con su prometida en su anterior hogar, que dejó de serlo al momento en el que ella decidió terminarlo por ser demasiado intenso con sus emociones. Aquello fue algo que Justin Bieber hasta el día de hoy no había podido sacar de su cabeza. 

  Dejó a Justin totalmente destrozado, confundido y furioso. ¿Demasiado intenso con sus emociones? ¡Já! ¿Qué quería que hiciera? ¿Dejar de demostrarle que la amaba? Si, Justin Bieber había amado a una mujer por primera vez en su vida, porque cuando ella aceptó casarse con el, Justin creyó que nunca en su corta vida había sentido tal felicidad como la que sentía cada vez que estaba con Shay. Pero sabía que se había equivocado al momento en que la vio salir por la puerta de su casa. Desde ese momento, Justin había cerrado su corazón a todo tipo de emociones, relaciones o algo que tuviera que ver con las mujeres. Shay lo había destrozado una vez, Justin no iba a dejar que alguien mas lo hiciera.

  Y por ser demasiado intenso, Justin Bieber aumentó el ejercicio del día.

The Neighbor [j.b.]Where stories live. Discover now