Capítulo 11.

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Justo como los viejos tiempos. _____ lo veía entrenar mientras revolvía la masa de las galletas. Verlo haciendo sus ejercicios diarios seguía siendo su secreto, se había despertado tarde hoy y apenas con suerte pudo ver como Justin finalizaba el ejercicio y se adentraba en su hogar, así que ella puso más empeño en hacer las galletas.

  Después de bañarse, Justin fue a comprar su despensa, pensando, ahora qué se suponía que iba a hacer con _____, ¿volver a invitarla a salir? Frunció el ceño al ver la camioneta de Bryan estacionada afuera de casa, por lo que sabía, hoy no tocaba reunión en su casa, de eso estaba seguro. Al bajar de su auto, dejó las compras dentro y entró por la puerta de la cochera.

  —Bryan, ¿qué demonios? —le preguntó en cuanto lo vio sentado junto a Amanda en la sala.

  Su esposa tenía cierto aire de emoción y miraba a Justin con ojos brillantes y expectantes.

  —Justin... —dijo Bryan con una expresión de culpa en su rostro.

  —¿Qué está pasando?

  Amanda giró los ojos hacia atrás de Justin y él se giró. Se quedó helado, sin habla, con los ojos fijos en la persona que estaba en las escaleras.

  Shay estaba ahí, no la recordaba tan delgada y tan bronceada, cu cabello estaba corto por arriba de los hombros. Cuando él la conoció, su cabello estaba largo hasta la cintura. El color rubio natural de su cabello estaba más obscuro y brillante. Al verla, hizo que Justin recordara los intensos sentimientos que sentía por ella, diciéndose una y otra vez que a la que quería en verdad era a su vecina.

  —¡Justin! —su voz sonó por toda la habitación.

  Él se giró y observó a Bryan, pidiéndole ayuda con su mirada. Sin embargo, él no respondió ni dijo nada. Amanda le había puesto una mano en el hombro y Justin notó el apretón que le dio. La odiaba.

  —Shay —dijo su nombre en un tono neutro—. ¿Qué haces aquí?

  —Contacté a Amanda. Tenía ganas de verte —respondió mientras caminaba hacia los tres.

  Claro, Amanda. Justin tuvo que habérselo imaginado. Aquellas dos nunca habían dejado de ser amigas. Amanda le había mentido cuando dijo que había perdido toda comunicación con ella, aunque nunca se lo había creído. Años atrás, Justin se había llevado mejor con Amanda, le parecían lejanos esos días cuando recordaba que había sido ella quien le dio los ánimos para pedirle a su amiga que se casara con él.

  —¡Justin! —una segunda voz alegre se escuchó por detrás de ellos. Justin sintió como un nudo se hacia en su garganta.

  —______ —dijo con voz estrangulada mientras ella lo miraba confundida y con el veo fruncido.

  Se sintió peor y miserable en cuanto vio en sus manos un plato lleno de galletas. Aquellas delicias que Justin añoraba desde que las probó. Él le lanzó la mirada más asesina que pudo a Bryan, la verdad no sabía si después de esta emboscada, pudiera considerar a Bryan su amigo de nuevo.

  —Ella es... —la verdad él no quería decir su nombre enfrente de ella.

  —Soy Shay —apresuró a presentarse su ex, avanzando instintivamente hacia su vecina.

  Pudo ver como un reflejo de sorpresa se asomaba en los ojos de ______, pero en un parpadeo aquello desapareció. Los ojos de su castaña se posaron en él y de nuevo en Shay. Justin vio como ella tragaba saliva y se aferraba al plato de galletas.

  —Yo... eh, te traje galletas. Quería agradecerte por lo que hiciste, con Oliver ya sabes —caminó con elegancia y las puso en la mesa que estaba cerca de la ventana.

  —¿En qué le ayudaste, Drew? —le preguntó Shay.

  ____ frunció el ceño mientras les daba la espalda. ¿Cómo que Drew? Ella se apresuró a responder:

  —Ayudó a que yo obtuviera la custodia completa de mi hijo, eso es todo —dijo en voz neutra, tratando de que las lagrimas no salieran por su rostro.

  Shay era diferente a como ella se la había imaginado. Era incluso más alta que ella y más escultural. Su cabello estaba bien cuidado y sedoso, tenía un corte que no se le vería bien a ella. Justin no decía nada, sólo miraba con los ojos abiertos a su ex, a todos menos a ella. ¿Por qué demonios estaba Shay en su casa? ¿Acaso él la había invitado? No, pensó. De todas las personas en el mundo, _______ nunca espero que pudiera encontrarse a la ex prometida de Justin, mucho menos en su casa. ¿Qué significaba esto? ¿Volverían?

  —Oh, Justin —se aferró a su antebrazo, haciendo sentir a Justin incómodo—. Siempre fuiste bueno.

  Le molestó la hipocresía de Shay, ¿no era por eso por lo que lo había dejado? ¿por ser demasiado intenso con sus emociones?

  —Bueno —escuchó como ____ hablaba—, será mejor que me vaya. Un gusto, Shay.

  Salió rápidamente de aquél lugar sin dedicarle una mirada a Justin. Esto no podía quedar así. Ella no podía alejarse de él de aquella manera. No por Shay, ni por nadie. Con brusquedad se separó del agarre de su ex.

  —______, espera... ______ —la alcanzó en medio de la calle.

  —¡Qué! —exclamó y lo volteó a ver—. ¿Qué quieres, Justin?

  —Sólo... no te vayas, por favor.

  —Shay está adentro. Vino por ti, Justin. Lo sabes —respiró hondo, diciéndose a ella misma que no debía llorar—. Tú aún la quieres —dijo en un hilo de voz mientras se abrazaba a ella misma, sintiéndose miserable por segunda vez en su vida. A pesar del calor, sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo.

  Justin abrió los ojos sorprendido. Ver a Shay hizo que todo lo que Justin pensara cambiara, ¿la seguía queriendo? No lo sabía. Ella había sido la primera mujer que había amado y su vecina ahora era la segunda. Pero con Shay adentro en su casa, hizo que la perspectiva de Justin cambiara, los recuerdos con ella lo invadieron desde que la vio parada en sus escaleras, con aquella sonrisa que Justin una vez amó y adoró ver por las mañanas.

  —______... —comenzó a decir, pero mejor se calló la boca. ¿Qué podría decir?

  Ella levantó la mano, pidiéndole silencio.

  —Sé lo que se siente, Justin. Ve adentro y define lo que quieras definir. Ten por seguro que yo no estaré ahí para verlo. Simplemente no puedo.

  Y una vez más, Justin se impresionó por la forma en la que ____ hacia verle lo que estaba pensando. Sin embargo, no quería dejarla ir.

  —Lo siento, ______. De verdad.

  Él agachó la mirada, incapaz de sostener los ojos verdes que lo miraban con tristeza. Estaba avergonzado de sí mismo, por mostrarse tan débil después de tantos años.

  —Que te vaya bien, Justin. Espero que a Shay le gusten mis galletas.

  Aquello sonó como una despedida para Justin, pero él no podía decir nada que la hiciera cambiar de opinión, porque no sería justo. Él no sabía lo que quería, el miedo seguía dentro de él. Le desagradó por completo la forma en la que hablaba de Shay, como si él ya la hubiera escogido encima de ella y aunque Justin no estaba seguro de que hacer, dio un paso hacia atrás.

  ______ con el corazón roto en mil pedazos hizo lo mismo, mientras veía como es que Justin se giraba y caminaba cabizbajo. Se había ido con Shay y aquello la destrozó por completo, dejándola como hace 5 años, aunque esto era peor, mucho peor. Se entregó a dolor una vez más mientras se acostaba junto con Oliver y con todas sus fuerzas lo abrazó, no lloró. No lo iba a hacer enfrente de su hijo. Por mucho que se había enamorado de Justin, _____ tenía que dejarlo ir con Shay. Vió como la miraba, era la misma manera en la que ella lo hacía desde la primera vez que lo vio. _____ tenía que hacerle ver a Justin que por primera vez en su vida, él tenía que averiguar qué era lo que quería exactamente y como si lo fuera ayudar, ______ pensó que alejándose, él lo sabría.

The Neighbor [j.b.]Where stories live. Discover now