Capítulo 15

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Corrí hacia la puerta y busqué a Midorima con la mirada, me olvidé de Murasakibara.
Cuando lo vi, lo abracé con tanta fuerza que los brazos me dolían.

- Sabes que no tengo la culpa.. Lo sabes muy bien, yo te quiero a ti.. - dije casi llorando.
Midorima no correspondió a mi abrazo, su cuerpo estaba tenso y duro.

- Yo.. solo quiero estar solo - me quitó los brazos con delicadeza y se marchó.
Comprendí lo que pasaba, estaba enojado, y aunque no tuviera la culpa, me sentía culpable.
Me quedé parada mirando hacia la nada, pero no lo soporté y me tiré en el piso a llorar con un llanto insoportable, sin importarme un jodido plátano a quién despertaría.
Sentía que cada lágrima que descendía de mis ojos era una parte de mi corazón que se rompía.
Me sobresalté a escuchar una puerta abrirse, me traté de limpiar el rostro y las lágrimas, pero estas seguían cayendo sin cesar, haciéndolo imposible.

- ¿Hana? - era Kagami junto a Kuroko. Ambos me miraron preocupados y se acercaron a mi.

- H-Hola.. - dije sin parar de llorar.

- ¿Por qué estás llorando? -

Le expliqué lo que pasó a Kagami, desde los celos de Midorima en la mañana, hasta sus últimas palabras en la noche.

- Lo amo Kagami.. lo quiero tanto.. - me aferré a él mientras que Kuroko me acariciaba el cabello y me limpiaba las lágrimas.

- Tu no tienes la culpa Hana, él sabe que tu lo amas.. sólo dale tiempo - me besó la mejilla.

- Sabes que es un celoso tsundere, Midorima no besaría a alguien que no ama delante de la gente - susurró Kuroko.

Aquella noche no pude dormir casi nada. Nos levantamos a comer el desayuno, todos conversaban y yo y Midorima no decíamos ni media palabra.
Fui la primera en levantarme de la mesa y Midorima me imitó el gesto, todos se quedaron incómodamente sorprendidos al ver que no decíamos nada y nos alejábamos a sitios opuestos. No había nada que decir, yo estaba dispuesta a esperarle, y si él realmente me amaba volvería.
Me dirigí a mi habitación y busqué mi bañador entero.
Habían algunos comiendo todavía, que me miraban con preocupación.
Me dirigía al mar, pero una voz interrumpió mis pasos.

- Hey - me giré, vi los azulados ojos de Takao expresar confusión.

- Hola Takao - le sonreí sin ganas.

- ¿Estás bien? Midorima y tu parecen estar peleados - dijo, rascándose.

- Él está enfadado conmigo por un malentendido- dije.

- ¿Cuál malentendido? - alzó una ceja.

Le expliqué lo que había pasado sin muchas ganas, hablar de ello me deprimía.

- Estúpido Midorima, es un idiota sin remedio - casi gritó.

- ¿Por qué? -

- Iré a hablar con el - se dio media vuelta y desapareció corriendo.

Rendida me dirigí a la orilla del mar, me senté, dejé que la brisa acariciara mi cabello y me quedé hundida en mis pensamientos mirando al unísono.
Antes de que Midorima llegara a mi vida, esta era aburrida y penosa, de vez en cuando hablaba con mis amigos, asistía a los juegos y practicaba basket.
Aún lo sigo practicando.
Decidí no sentirme tan abrumada y disfrutar del viaje.
Aquellos dos días me la pasé con los demás, jugando, platicando, surfeando, cocinando, en fin, un sin número de cosas que distraían mi mente y me mantenían entretenida.
Me disculpé con Murasakibara y le dije que no podía corresponder sus sentimientos, me dijo que sentía la pelea entre Midorima y yo, y las cosas que había provocado.
Por otro lado Midorima y yo ejercíamos mucho contacto visual, pero estaba irritado y sin ánimos.
El último día del viaje jugué mucho tenis, hice el desayuno y me la pasé con Amane.

- Es hora de irnos - anunció Kise cargando su equipaje.

Fui al cuarto a buscar el mío, me aseguré de que no había olvidado nada y cerré la puerta.
Murasakibara apareció, ofreciéndome un dulce.

- Te ayudo - dijo mientras hacía una burbuja de goma de mascar y cargaba mi maleta sin problemas.

- Gracias - dije sin ánimos.
Nos dirigimos a la camioneta, todos nos esperaban y nos fuimos como habíamos venido.

Sin muchos ánimos me despedí de todos, llamé a un taxi y me fui a mi casa.
Había una nota en la mesa, tomé el papel y lo leí.

"Hana, querida. Espero que hayas llegado bien, estoy en Kyoto con una amiga, llego en dos semanas. Te dejé dinero en tu escritorio. Te quiero mucho.
- Mamá."
Después de soltar un gran suspiro, subí al cuarto y organicé lo que había en la maleta.
Había empezado a llover y tronar.
Bajé la luz, tomé un lápiz de carbón y un papel.
Me senté en mi escritorio a dibujar, cuando llovía me apetecía dibujar y lo disfrutaba bastante.
El dibujo reflejaba como me sentía, solo era un rostro de una niña con lágrimas en los ojos, los bocetos, autorretratos y dibujos de personas se me daban muy bien.
Bajé para prepararme una tortilla de huevo y ver televisión. El sonido del timbre me sobresaltó.
Abrí la puerta.

- ¿Hana Akiiho? - preguntó un repartidor.

- Sí -

- Es de parte del entrenador Souske, de Teiko - me entregó una carta.

- Gracias - en cuanto se fue, cerré la puerta y abrí la carta.

«De Souske Norimiya, para Hana Akiiho»
"Te he estado observando este último año. Creo que tienes un maravilloso potencial para el baloncesto, y aparte de tener el mejor equipo masculino en Japón, reclutamos el femenino, y te hemos incluido en él. La gran liga de basket de Invierno se acerca y nos han pedido que participemos en Estados Unidos. ¿Quieres empezar a entrenar para el acontecimiento? Pues mañana a las 10:30 te espero en el gimnasio de la escuela, conocerás a tu equipo."

Me quedé sorprendida e inmóvil.
¿A los Estados Unidos?

Rebote [Kuroko no basket: Midorima] {EDITANDO}Where stories live. Discover now