Corrí hacia la puerta y busqué a Midorima con la mirada, me olvidé de Murasakibara.
Cuando lo vi, lo abracé con tanta fuerza que los brazos me dolían.- Sabes que no tengo la culpa.. Lo sabes muy bien, yo te quiero a ti.. - dije casi llorando.
Midorima no correspondió a mi abrazo, su cuerpo estaba tenso y duro.- Yo.. solo quiero estar solo - me quitó los brazos con delicadeza y se marchó.
Comprendí lo que pasaba, estaba enojado, y aunque no tuviera la culpa, me sentía culpable.
Me quedé parada mirando hacia la nada, pero no lo soporté y me tiré en el piso a llorar con un llanto insoportable, sin importarme un jodido plátano a quién despertaría.
Sentía que cada lágrima que descendía de mis ojos era una parte de mi corazón que se rompía.
Me sobresalté a escuchar una puerta abrirse, me traté de limpiar el rostro y las lágrimas, pero estas seguían cayendo sin cesar, haciéndolo imposible.- ¿Hana? - era Kagami junto a Kuroko. Ambos me miraron preocupados y se acercaron a mi.
- H-Hola.. - dije sin parar de llorar.
- ¿Por qué estás llorando? -
Le expliqué lo que pasó a Kagami, desde los celos de Midorima en la mañana, hasta sus últimas palabras en la noche.
- Lo amo Kagami.. lo quiero tanto.. - me aferré a él mientras que Kuroko me acariciaba el cabello y me limpiaba las lágrimas.
- Tu no tienes la culpa Hana, él sabe que tu lo amas.. sólo dale tiempo - me besó la mejilla.
- Sabes que es un celoso tsundere, Midorima no besaría a alguien que no ama delante de la gente - susurró Kuroko.
Aquella noche no pude dormir casi nada. Nos levantamos a comer el desayuno, todos conversaban y yo y Midorima no decíamos ni media palabra.
Fui la primera en levantarme de la mesa y Midorima me imitó el gesto, todos se quedaron incómodamente sorprendidos al ver que no decíamos nada y nos alejábamos a sitios opuestos. No había nada que decir, yo estaba dispuesta a esperarle, y si él realmente me amaba volvería.
Me dirigí a mi habitación y busqué mi bañador entero.
Habían algunos comiendo todavía, que me miraban con preocupación.
Me dirigía al mar, pero una voz interrumpió mis pasos.- Hey - me giré, vi los azulados ojos de Takao expresar confusión.
- Hola Takao - le sonreí sin ganas.
- ¿Estás bien? Midorima y tu parecen estar peleados - dijo, rascándose.
- Él está enfadado conmigo por un malentendido- dije.
- ¿Cuál malentendido? - alzó una ceja.
Le expliqué lo que había pasado sin muchas ganas, hablar de ello me deprimía.
- Estúpido Midorima, es un idiota sin remedio - casi gritó.
- ¿Por qué? -
- Iré a hablar con el - se dio media vuelta y desapareció corriendo.
Rendida me dirigí a la orilla del mar, me senté, dejé que la brisa acariciara mi cabello y me quedé hundida en mis pensamientos mirando al unísono.
Antes de que Midorima llegara a mi vida, esta era aburrida y penosa, de vez en cuando hablaba con mis amigos, asistía a los juegos y practicaba basket.
Aún lo sigo practicando.
Decidí no sentirme tan abrumada y disfrutar del viaje.
Aquellos dos días me la pasé con los demás, jugando, platicando, surfeando, cocinando, en fin, un sin número de cosas que distraían mi mente y me mantenían entretenida.
Me disculpé con Murasakibara y le dije que no podía corresponder sus sentimientos, me dijo que sentía la pelea entre Midorima y yo, y las cosas que había provocado.
Por otro lado Midorima y yo ejercíamos mucho contacto visual, pero estaba irritado y sin ánimos.
El último día del viaje jugué mucho tenis, hice el desayuno y me la pasé con Amane.- Es hora de irnos - anunció Kise cargando su equipaje.
Fui al cuarto a buscar el mío, me aseguré de que no había olvidado nada y cerré la puerta.
Murasakibara apareció, ofreciéndome un dulce.- Te ayudo - dijo mientras hacía una burbuja de goma de mascar y cargaba mi maleta sin problemas.
- Gracias - dije sin ánimos.
Nos dirigimos a la camioneta, todos nos esperaban y nos fuimos como habíamos venido.Sin muchos ánimos me despedí de todos, llamé a un taxi y me fui a mi casa.
Había una nota en la mesa, tomé el papel y lo leí."Hana, querida. Espero que hayas llegado bien, estoy en Kyoto con una amiga, llego en dos semanas. Te dejé dinero en tu escritorio. Te quiero mucho.
- Mamá."
Después de soltar un gran suspiro, subí al cuarto y organicé lo que había en la maleta.
Había empezado a llover y tronar.
Bajé la luz, tomé un lápiz de carbón y un papel.
Me senté en mi escritorio a dibujar, cuando llovía me apetecía dibujar y lo disfrutaba bastante.
El dibujo reflejaba como me sentía, solo era un rostro de una niña con lágrimas en los ojos, los bocetos, autorretratos y dibujos de personas se me daban muy bien.
Bajé para prepararme una tortilla de huevo y ver televisión. El sonido del timbre me sobresaltó.
Abrí la puerta.- ¿Hana Akiiho? - preguntó un repartidor.
- Sí -
- Es de parte del entrenador Souske, de Teiko - me entregó una carta.
- Gracias - en cuanto se fue, cerré la puerta y abrí la carta.
«De Souske Norimiya, para Hana Akiiho»
"Te he estado observando este último año. Creo que tienes un maravilloso potencial para el baloncesto, y aparte de tener el mejor equipo masculino en Japón, reclutamos el femenino, y te hemos incluido en él. La gran liga de basket de Invierno se acerca y nos han pedido que participemos en Estados Unidos. ¿Quieres empezar a entrenar para el acontecimiento? Pues mañana a las 10:30 te espero en el gimnasio de la escuela, conocerás a tu equipo."Me quedé sorprendida e inmóvil.
¿A los Estados Unidos?
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Rebote [Kuroko no basket: Midorima] {EDITANDO}
FanfictionHana Akiiho es una estudiante de preparatoria de 16 años, amante del baloncesto, una muchacha bastante aplicada. Siempre ha admirado al jugador del equipo de baloncesto, Midorima Shintaro, pero no se lanza hacia el porque dice que es una perdida de...