Capítulo 30

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Después de pasar un tiempo con Daisuke me dirigí a la dirección para entregar el permiso que había solicitado para irme a los Estados Unidos. Vi a mi madre ahí con Midorima, avergonzada entré y esperaba mi turno.

- Pssst -

Midorima se acercó a mi.
- Hola - dijo.

- Hola ¿qué tal tus padres? -

- Están muy enojados, me echaron de casa - bufó.

- No me lo esperaba - comenté sorprendida.

- Yo sí, aún así.. - Midorima tomó mis manos.

- ¿Te quedarás en mi casa? - pregunté feliz.

- Sí - dijo mientras me daba un corto beso.

- Midorima, aquí está tu uniforme - interrumpió mi madre.

- N-No tenía que ir tan lejos.. - Midorima lo tomó avergonzado.

- No importa, ahora eres mi segundo hijo - dijo ella sonriendo.

- Gracias -

- Puedes continuar tus clases en horario normal como antes -

- ¿Enserio? Vaya.. de nuevo, gracias -

- No es nada -

Ambos nos dirigimos a clase y retomamos nuestras vidas ordinarias.
Practicábamos y participábamos en torneos, además de salir y vivir juntos, todo era maravilloso a su lado.
Momoi y Aomine habían empezado una relación, también Seiko y Kise.
Kagami aún no había encontrado al amor de su vida, pero como era tan popular en el baloncesto tenía miles de chicas a sus pies.
Kuroko y Hanabi, eran probablemente la pareja más tierna de toda la secundaria. Y así, todos vivíamos nuestras vidas aunque aveces surgían problemas típicos pero Midorima y yo no permitíamos que eso afectara nuestra relación.

- ¡Hana! ¡Despierta! - sentía que me gritaban.

- J-Joder.. - gemí acurrucándome en la cama.

- Hana, hoy es nuestra graduación - la dulce voz de Midorima era canción para mis oídos.

- ¡Lo había olvidado por completo! - grité saltando de un brinco de la cama.

- Eres una idiota ¿cómo puedes olvidarte de tu graduación? - preguntó riendo.

- ¡Sólo termina de alistarte! - grité.

Fui al baño corriendo como una carretilla. Tomé una ducha y me lavé los dientes, para luego ponerme mi vestido color crema ajustado al cuerpo con unos tacones color beige.
Hice rizos mi cabello y me coloqué una diadema crema con perlas blancas. Un poco de labial rosa y rímel en las pestañas.

- Te ves hermosa - dijo Midorima, quién estaba con una camisa negra y una corbata blanca, con un saco negro y pantalones del mismo color. Se había peinado hacia atrás, luciendo completamente como un hombre.

- Oh vamos Midorima ¡mírate! ¡Cualquier chica que te vea caería a tus pies! -

- Yo sólo quiero que tú caigas a mis pies - dijo estrechándome contra él.

- V-Vámonos... Llegaremos tarde - dije apartándome de él.
Me tambaleé un poco gracias a mis tacones y terminé cayendo en las escaleras como tonta que soy. ¡Digno de mi!

- Ouch - dije sobando mi cabeza que me dolía.

- Qué tonta - pude escuchar la voz de Midorima desde la habitación.

- ¡Cállate! - terminé de bajar a zancadas la escalera para ir a la cocina meterme un pan en la boca de golpe y atragantarme con el y el jugo de naranja.

- ¡hjfmsksk! - gritaba sonidos extraños puesto que el pan no me salía de la boca. Me había atragantado con él.

Midorima bajó y cuando me vio así empezó a estallar en carcajadas.

- ¡Oh por Dios! - este seguía riendo que empezó a llorar.

- ¡AAAAAHDJSK! - seguía gritando para que él me ayudara pero se seguía burlando de mi y el aire se estaba haciendo escaso en mis pulmones.

- No, no te ayudaré - dijo este riendo.

Con la poca fuerza que tenía le saqué el dedo medio de mi mano izquierda. Me estaba quedando sin aire y ese cabeza de fósforo podrido seguía burlándose.

- ¡Ya estamos aquí! - gritó Momoi gritando mientras entraba con todos los chicos.

- ¡mmhhjdksk! - intenté gritar pero me caí en el suelo ¡el jodido pan no salía y me estaba asfixiando!

- Hana-chin - Murasakibara se acercó y me dio una súper palmada que hizo que escupiera el pan inmediatamente.

Intenté respirar todo el dióxido de carbono que mis pulmones me permitían.

- G-Gracias... al cielo - dije regulando mi respiración.

- Hana-chin estás preciosa - dijo Murasakibara.

- Gracias - dije.

- ¡Es cierto Hanacchi! - dijo Kise guiñándome un ojo.

- Aw muchas gracias Kise - dije sonriendo.

- Denada -

- ¡Y TÚ! - dije tomándo a Midorima de la camisa.

- Ehh -

- ¡ME ESTABA MURIENDO Y LO ÚNICO QUE HICISTE FUE REÍRTE! -

- A-Amor.. no te enfades -

Lo bajé y le di la espalda molesta.
- Bueno ya vámonos - dijeron Aomine y Kagami al mismo tiempo.

- Chicos, están guapísimos, parecen modelos de Calvin Klein - dije.

Todos agradecieron y nos fuimos a la camioneta.
Al llegar nos esperaban todos nuestros compañeros incluyendo a Seiko, y nuestros padres que nos saludaron sonrientes.

- ¡Hana! ¿lista para el discurso? - me preguntó el delegado.

- Sí - dije nerviosa.

- Ve y sorpréndelos - me empujó haciéndome salir al telón.
Ver la multitud de estudiantes y padres me revolvió el estómago y aumentó mi nerviosismo.
Busqué esos ojos verdes y cálidos que siempre me miraban con deseo, al encontrarlos me miraron y su boca me sonrió, haciendo que me calmara.
Tomé el micrófono y comencé mi discurso.

- "Hoy es un día sumamente especial; no diré los típicos «hoy entramos a otra etapa y bla bla» nada de eso, he querido transmitir algo único esta mañana hacia mis compañeros. No soy delegada de la clase, pero sí estoy segura de que soy una de las mejores alumnas, porque de eso se trata, adherir la confianza del estudiante, y me siento y confiada y orgullosa este día de mi, y supongo que ustedes están orgullosos de ustedes mismos, por terminar este año lleno de emociones, vivencias, tantas tristezas como éxitos.
En esta preparatoria aprendí bastante, y no solo educativa mente sino también moralmente, hasta debo admitir que aquí conocí al amor de mi vida, y no me da vergüenza decir que es Midorima Shintaro. Señores y señoras, si aman a alguien demuéstrenselo, porque les juro que yo era la fan de Midorima número uno, que hasta un altar tenía en mi cuarto ¿y ahora? Ahora soy su novia. Sí, luchen por lo que quieren si tanto lo anhelan, porque les juro que no es agradable ver eso que tanto deseabas en manos de alguien, y no sólo en amor, sino en cualquier cosa. No malgasten su tiempo, sácale provecho a todos los buenos momentos, que no se repiten, ni siquiera se viven recuerdos parecidos, el momento es único y no vuelve. Así que iré al grano. ¡SÉ TU MISMO Y VIVE LA VIDA AL MÁXIMO! ¡AL FINAL NADIE MORIRÁ POR TI! A menos que seas Jack del Titanic, eso es otra cosa pero bueno, no liguemos los asuntos. Ya les dije, sé que este no fue el mejor discurso, pero fue sacado desde mi corazón.
Desde aquí, Hana Akiiho" -

Fue tan emotivo ver como todos gritaban y aplaudían. Simplemente no puedo creer que haya dicho esto.

Rebote [Kuroko no basket: Midorima] {EDITANDO}Where stories live. Discover now