Extra #1

1.9K 86 33
                                    

ATENCIÓN: Contiene Lemon.

Están avisados.

- ¿Ya tienes todo listo? - comentó Midorima acomodándose sus gafas de sol.

Lo miré mientras emitía una carcajada.
- Sí - dije sonriente.

- ¿Por qué te ríes? - preguntó.

- Nada nada - dije mientras me ponía una gorra turística de "New Orleans" mi padre me la había traído cuando trabajaba criando cocodrilos en Louisiana. Siempre lo había vivido molestando en como no había muerto en el intento.

- Llevemos las maletas a la camioneta, si lo piensas, el viaje es mucho más largo que el de Estados Unidos -

- Sólo es por unas horas -

- ¡Odio los aviones Hana! - gritó Midorima alterado. Solté una risita chistosa haciendo que Midorima me fulminara con la mirada.

- Ya vámonos Shin-chan, perderemos el vuelo - dije mientras lo empujaba a la salida.

Respondiendo a sus dudas, gracias a Misaki nos dirigíamos a Brasil, a la prometida "isla exótica" la cual siendo sincera me aterraba el nombre. Y no sólo el nombre, quién sabe que pasaría allá...
Le dirigí una mirada a Midorima mientras estábamos parados frente a un semáforo. Estaba tenso.

- ¿Tienes los boletos? ¿Verdad? - pregunté en un intento de establecer conversación.

- ¿Acaso estás dudando de mi? -

- Wow wow oye, tranquilo viejo -

- Si es por eso aquí est... - dijo rebuscando en una cartera llena de pasaportes y demás.
Me miró avergonzado y rojo.

- ¿No están? - pregunté.

- No... - dijo desviando la mirada.

- Vaya... -

Él empezó a desabrocharse el cinturón rápidamente. Estaba nervioso, y créanme, un Midorima nervioso no lo aguanta nadie, ni siquiera yo.

- ¿A dónde vas? -

- A la casa - dijo mientras cerraba de un portazo y se iba corriendo.

- ¡OYE ESTAMOS EN PLENO SEMÁFORO! ¡SHINTARO! - grité con todas mis fuerzas, demonios, yo no sabía conducir y cuando el semáforo cambiara a verde todo estaría jodido.

La casa no estaba muy lejos pero esto era un problema. Uno muy grande.
Los segundos iban disminuyendo.

5...
4...
3...
2...

Y para mi mala suerte cambió, estaba ahí plasmada con un miedo que me mortificaba cada segundo.
Las bocinas de los autos detrás de mi se intensificaron, ordenándome a que me moviera, pero apenas yo sabía encender el auto.
Me senté en el asiento principal tratando de descifrar esta cosa. Pisé una cosa que estaba rozando mi pie, y el auto emitió un chirrido ¡Estúpida! ¡Ese era el freno! Pisé el que estaba a la derecha, y el auto se movió un poco hacia delante, pero lo único que conseguí fue que casi me chocaran, detrás de mi se oían los chirridos y maldiciones. Midorima... algún día te cobraría esta.

- ¡Bastardo! ¡Revisa haber si las pelotas te pesan menos para que puedas movert...! - Una voz familiar me gritó, pero después se quedó pasmado al ver que yo estaba ahí.

- ¿Murasakibara? - abrí los ojos lo más que mis órbitas me permitieron.

- ¿Hana-chin? - las bocinas y maldiciones seguían plenas hacia mi.

- Te explicaré luego ¿puedes ayudar a estacionarme? Por favor... - mis mejillas habían adquirido un color rojo carmesí.

- Claro - me regaló una sonrisa y debo admitir que podía enamorar a cualquiera.

Rebote [Kuroko no basket: Midorima] {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora