Estaba sentada entre las piernas de Derek, recargando mi espalda y cabeza en su pecho mientras seguía viendo videos en YouTube y él veía su teléfono.
Puse música latina por lo que inconscientemente empecé a moverme como queriendo bailar.
Puse pausa a la canción sacándome un auricular del oído y me volteé hacia Derek poniéndoselo a él. Volví a ponerle play viendo como su cara se arrugaba un poco al escuchar la música escandalosa que me gustaba.
Bese su mejilla y mire hacia la computadora tratando de mover mis caderas.
Der pasó su brazo por mi cintura acercándome a él.
Pude sentir su erección en mi trasero.
—¿Por qué no mejor me bailas a mí? —preguntó dejando un beso en mi nuca.
—¿Así? —empecé a mover un poco más fuerte mi cadera.
—Mierda —susurró quitando la computadora en mis piernas para después acostarme en la cama besándome posesivamente.
Quito su sudadera de mi cuerpo dejándome en brasier, me contemplo para después besar mi cuello.
—Me encanta cuando lo hacemos —susurre jadeando, sabía que le ponía cuando le decía lo que me gustaba en la cama.
—¿Me quieres matar? —rozó nuestras partes íntimas.
Negué con la cabeza, haciéndome la inocente.
Quito mi short junto con mis bragas con algo de brusquedad. En cambio, yo le quite la camisa y los pantalones despacio.
Alzó mi pierna poniéndola en su hombro bajando a mi intimidad lamiéndola.
Un escalofrió me recorrió completa.
Me volteo a ver y después me giro dándome una nalgada que me hizo jadear.
Se escuchó como se bajó el bóxer.
Sentí como alineaba su erección en mí para después ingresar con una fuerte y placentera embestida. Me agarre fuerte de sus brazos, los cuales estaban al lado de mi cabeza por las sensaciones tan placenteras que me está dando.
Dio otra una nalgada saliendo de mí dándome vuelta quedando frente a frente.
Rápidamente volvió a entrar y agarro mis manos presionándolas contra la cama. Abrecé su cintura con mis piernas queriendo que entrara más.
—Eres jodidamente hermosa —jadeo besando y mordiendo mi oreja.
—Más fuerte —gemí viéndolo fijamente.
Su mirada se llenó de determinación para después dar embestidas mucho más duras y profundas.
Mi cuerpo entero tembló.
Dejo mis manos libres dirigiendo las suyas a mi cadera apretándome. El sonido de nuestros cuerpos chocando fue tan excitante que termine antes que él.
Der nos acostó de lado en forma de cucharita y siguió embistiendo con la misma intensidad. Es muy grato escucharlo jadear en mi oído.
Apretó mis pechos con sus manos estimulándolos para después llegar al orgasmo.
Y de paso yo otra vez.
Terminé tan cansada que sentí mis ojos cerrarse.
—Te amo —susurré, poniéndome cariñosa.
—Yo también te amo, mi amor.
[...]
Desperté sintiéndome energética, volteé a ver a Derek y me apresuré a llenar de besos su rostro. Me levanté y fui al baño. Cuando entré, abrí los ojos sorprendida viéndome al espejo.
Tenía unos tres chupetones en el cuello y en los pechos, aparte que sus manos estaban marcadas en mi cadera y en mis nalgas.
Que salvaje.
Pero bien que te gusto.
Sonreí y proseguí a hacer mis necesidades. Saliendo del baño salte sobre la cama aplastando a Der.
—¡Der! —grité.
—¿Qué pasa? —despego su cara de la almohada, adormilado.
Me recargué en su pecho.
—Tengo hambre. Hay que cocinar los dos —expresé mi idea.
Soltó un suspiro acariciando mi cabello, dejo un beso en mi nariz y después se levantó.
—Primero vamos a bañarnos.
Negué con la cabeza.
—Primero hay que comer y después nos bañamos —me acerqué a abrazarlo—, por fi.
—No sé por qué siempre te hago caso —paso sus manos por mi cintura, dejando unas cuantas caricias.
—Porque nos amamos —besé su mandíbula.
También porque es un gobernado, pero no lo voy a decir.
—No lo niego —dijo viendo los chupetones.
—¡Hay que comer! ¡Tengo hambre!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
