Teen Wolf | One Shots

45. Liam Dunbar.

Recargué mi cabeza en el pupitre, el dolor de cabeza me estaba matando. Masajeé un poco para que, aunque sea dejara de doler tantito.

Ni siquiera sé porque rayos vine a la escuela si me siento muy mal.

—Hey —sentí como movían un poco mi brazo, alcé la mirada encontrándome con Mason—. ¿Te sientes bien?

Negué con la cabeza. Mason puso una mano en mi frente para después poner una cara de preocupación.

—Tienes mucha fiebre —de su pantalón saco su celular—. Le voy a llamar a Liam —rápidamente le saque el teléfono de las manos—. ¿Qué pasa?

—Está ocupado, Mason —mi voz sonó rasposa por lo que me aclaré la garganta—. No le voy a decir que venga por mí.

—Te aseguro que Liam dejaría de hacer cualquier cosa para venir por ti —agarró mi mochila y me quito el teléfono de las manos—, eres su novia, así que le voy a marcar.

Intenté protestar, pero se fue del salón, desganada lo seguí.

Liam estaba ayudando a una manada que tuvo algunos problemas, al parecer Scott conoció un chico de su universidad que es hombre lobo, el cual estaba preocupado por su manada, pues no había recibido muchas noticias de esta, así que el generoso Scott mando a Liam y a Theo a que se aseguraran de estuvieran bien.

Al principio agradecí que Liam no me viera así, suele ponerse un poco terco cuando se trata de mi salud.

—Ay por Dios, te ves como la mierda —Samantha choco conmigo.

—Gracias —agradecí sarcásticamente.

—¿Por qué estás tan mal? —la miré mal y ella soltó una carcajada— Oh, ya recordé, estas así por lo de ayer.

—Obviamente, soy humana —me crucé de brazos—. No debí dejar que me arrastraras a tus idioteces.

El día de ayer fui con Sam a nadar a un lago en la noche, la tonta había tenido una pelea con Theo y como no se puede emborrachar me arrastro al lago para distraerse, lo cual fue una mala idea, acabe enferma.

—No es mi culpa que mi novio sea guapo y todas lo quieran tener.

Reí sarcástica.

—Sí, te dicen la toxica ¿no? —ella solo se encogió de hombros diciendo que bromeaba.

—Ya le marqué a Liam —Mason llego a nuestro lado—, llaga en 5 minutos.

—¿5 minutos? —pregunté asombrada. Donde se encuentra está un poco lejos. Mason asintió.

—¿Cómo es que va a llegar tan rápido? —preguntó ahora Sam.

—Al parecer golpeo y le quito la moto a Theo para llegar rápido.

Oh.

Pobre Theo.

—¿Cuándo esos dos se llevarán bien?

—Se aman en secreto, ___ —Sam colocó su brazo sobre mis hombros—. Tu y yo podemos amarnos en secreto también —susurró cerca de mi oído.

Me puse roja al instante, aunque sabía que todos sus coqueteos hacia mí eran broma.

Pasaron 5 minutos y me llego un mensaje diciendo que Liam ya estaba afuera. Me despedí y salí encontrando a mi novio recargado en la moto, rápidamente se acercó a mí con cara de preocupación.

—¿Te sientes muy mal? —preguntó agarrando mi cara con sus manos y dando un pequeño beso en mi nariz.

—Solo necesito descansar.

Nos dirigimos hacia la moto y nos subimos, no sin antes ponerme un casco y acomodarlo.

Partimos en dirección a mi casa, me estaba dando mucho frío, así que abrace más a Liam intentando encontrar un poco de calor, ni siquiera mi chamarra ayuda.

Liam se detuvo cuando el semáforo se puso en rojo y agarro mis manos para después meterlas en su suéter.

—Aguanta, amor.

Después de dos minutos nos encontrábamos en mi casa, Liam ni me dejo caminar, solo me cargo y me llevo a mi cama.

—Voy a preparar la tina —se metió al baño.

Me acorruque en mi deliciosa cama perdiendo la noción del tiempo.

—Amor —Liam me cargo y me llevo al baño, me ayudo a quitarme mi ropa para después meterme en la tina, empecé a temblar de frio, aún más que antes. Me remojo todo el cuerpo durante un tiempo—. Te voy a traer el pijama.

Me salí de la tina y me sequé un poco con la toalla.

—Yo te ayudo.

Una vez lista camine a mi cama y me deje caer en ella tapándome toda, luego Liam se unió.

—¿Cómo te fue con la otra manada?

—Bien, al parecer no hubo mucho peligro como creía Scott —suspiró.

—¿Es cierto que golpeaste a Theo? —se me quedo viendo un poco avergonzado.

—Me desespere porque el maldito no me daba las llaves.

—¿Cómo va a regresar Theo? —pregunté recargando mi cabeza en su pecho, él empezó a acariciar mi cabello.

—Pues caminando —se encogió de hombros.

Reí un poco.

—Eres malo con él.

—No importa —desvió la mirada.

—Si claro —puso su mano en mi frente y suspiro aliviado.

—Se te bajo un poco la temperatura.

—Debería de ponerme trapos mojados —hice el amago de levantarme.

—Yo lo hago —me dio un beso en los labios—, hoy voy a ser tu sexy doctor personal.

Y vaya que es sexy.