Teen Wolf | One Shots

54. Nolan Holloway.

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—Hola amor —salude a Nolan con un beso en la mejilla y entrando a su casa.

Él solo asintió con la cabeza.

—Lamento llegar tarde, estaba resolviendo algo —informé.

—Que bien.

—¿Qué tienes? —pregunté viendo que estaba serio y ni siquiera me miraba. Estuve preguntándole lo mismo durante unos minutos— ¿Puedes dejar de ignorarme?

—¿Por qué él tiene que traerte? —habló de una vez, molesto— Pudiste avisarme y yo pasaba por ti.

—Él solo fue amable, Nolan —rodé los ojos.

—Parece que te gusta ese niño teñido – se cruzó de brazos. Jamás pensé ver esta actitud de chico celoso en Nolan.

—No es teñido o eso es lo que me ha dicho —me encogí de hombros.

—¿Estás hablando enserio? —dijo frustrado y empezó a caminar hacia su habitación

—Nolan, espera, no te vayas amor —empecé a seguirlo—. Era broma.

Cuando llegamos a la habitación me sorprendió mucho cuando Nolan me estampo a la pared cerrando la puerta con seguro.

—Nolan —hablé, pero él me interrumpió alzando mis piernas para que rodearan su cadera.

—Dime algo, ¿él te pone como yo? —sus manos recorrieron mis muslos desnudos por el vestido.

Negué con la cabeza.

—James y yo solo somos amigos —dije nerviosa por su cercanía y por su mano subiendo más el dobladillo del vestido, yendo en dirección hacia mi parte intima.

—Entonces dime, ¿por qué te la pasas la mayor parte del día con él? —hizo hacia un lado mi braga y metió la mano para acariciarme con sus dedos.

—Le doy tutorías —mi voz salió entrecortada.

—¿Y por qué te tiene que estar diciendo piropos todo el tiempo? —metió un dedo en mi sacándome un pequeño gemido.

—No lo sé.

—Yo si lo sé —metió otro dedo simulando embestidas—. Tú le gustas.

Gemí aún más cuando aumento la velocidad y con el dedo pulgar hizo maravillas en mi clítoris.

—Nolan...

—Estas muy mojada —dijo roncamente para después besarme haciéndolo intenso.

Mi respiración se aceleró y el calor empezó a abundarme junto con una sensación demasiado placentera dejando que mis piernas empezaran a temblar.

—Córrete, mi amor —su voz y los movimientos de sus dedos fueron suficientes para hacerlo—. Te ves demasiado hermosa con las mejillas sonrojadas y jadeante por mí.

Recargue mi frente en la suya intentando normalizar mi respiración. Me dejo en el piso de nuevo mientras quitaba mi braga besando mis muslos en el proceso.

Se paró y me cargo nuevamente para dejándome en la cama en cuatro colocándose él atrás de mí, lo sentí en mi entrada empujando para ingresar.

El ritmo empezó rápido y profundo, fue inevitable no gemir y jadear. Mientras me penetraba quito mi vestido dejándome completamente desnuda.

—Me encanta cuando no traes sujetador —masajeo mis pechos.

—Más rápido.

No respondió simplemente me hizo para atrás abrazándome, dejando mi espalda en su pecho con una mano en mi pecho y la otra en mi clítoris, aumentó mucho la velocidad que tuve que sostenerme de sus brazos.

—¡Nolan! —lloriqueé de placer.

El sonido de nuestros cuerpos y nuestros jadeos llenaron toda la habitación.

—Mi amor —jadeó—, voy a correrme.

Mi mente se nublo por un momento seguido de la sensación de hace rato, mis piernas flaquearon haciendo que me callera en la cama con Nolan detrás de mí llegando al clímax también.

—¿Te lastime? —preguntó preocupado. Yo negué.

Ahí estaba mi Nolan tierno.

—Fue perfecto —él sonrió y se separó saliendo de mí besando mi espalda. Nos tapó con una cobija y él se recargo en mi pecho.

—No quiero perderte —paso un brazo por mi cintura—. Eres mucho, puede que te des cuenta de que alguien te merezca más que yo y me dejas.

Sonreí con ternura y besé su frente.

—Quiero estar contigo Nolan —alzó su cabeza mirándome fijamente, deje un casto beso en sus labios—, no me importan los demás.

Su sonrisa se hizo grande y me volvió a abrazar disfrutando del tiempo juntos.