Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Vi cómo mi esposa empacaba sus cosas para hacer un viaje de negocios un poco lejos de aquí durante una semana.
Sería una semana difícil.
Me acerqué a ella abrazándola por la espalda.
—No quiero que te vayas —ella sonrió dulcemente dejando un beso en mi nariz.
—Sabes que es necesario, además solo será una semana.
La ayude a cargar la maleta para bajarla y ponerla en el auto.
Escuche las risas de mi hija quien jugaba con Derek.
—Derek, confío en ti para el bienestar de mi hija. Ya ves que luego Peter se pone raro —dijo con una sonrisa burlona.
—¡Oye! —grité ofendido— Yo cuido muy bien a mi hija.
—Y no lo dudo, pero recuerda que una vez le dijiste que empujara a un niño que no se quitaba del juego —se cruzó de brazos haciendo resaltar sus pechos.
—Pues ese mocoso no dejaba pasar a mi niña —dije de manera obvia.
—Sophie tiene 1 año —exclamó alzando los brazos por los lados.
—Es suficiente edad para defenderse.
—No puede ser —dijo rodando los ojos, fue con Sophie y la cargo haciéndole mimos—. Te voy a entrañar mi preciosa —beso sus regordetas mejillas.
Se despidió de un beso en la mejilla a Derek y después vino hacia mí dándome un beso que obviamente yo alargue bajando mi mano y dándole un apretón a una nalga. Ella se separó y me pego en el brazo con una sonrisa.
—Me despiden de los chicos —dijo subiendo al coche.
—Claro, amor —sonreí. Ella se despidió una vez más y se fue—. Por mí que ni vengan —susurré escuchando la risa de Sophie. Me acerqué a Derek que la estaba cargando y se la quité de los brazos—. Bueno, ya puedes irte, mantendré todo bajo control.
—No me voy a ir —me la quito de los brazos de nuevo—, tu esposa también me la encargó y me quedare aquí toda la semana cuidándola.
—¿Y dónde te vas a quedar? —pregunté de forma burlona.
—Si es necesario dormiré en la misma cama donde tú duermes —beso la mejilla de Sophie.
—No dormirás en MI cama —hice énfasis.
Él me ignoro y entré a la casa nuevamente. Rodé los ojos.
Que gruñón.
[...]
—Derek, te cagaste horrible —me tapé la nariz y tosí—. Te estas pudriendo.
Eso es un pedo mortal.
Él salió de la sala tapándose la nariz con la camisa y con Sophie en brazos.
