Capitulo 36: «Revelación de la verdad»

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Catalina.

La preocupación era notoria en el rostro de la rubia, su respiración era casi agitada. Algo la tenía en ese estado y yo quería saberlo. No era necesario decir que no confiaba ni un poco en ella, pero lo que había dicho nos había alarmado a mi hermana y a mi.

—¿Por qué dices eso?—inquirió Kayla intentando sonar tranquila, aunque realmente ella no lo estaba.

Charlotte desvió su mirada hacia mi hermana.

—Deben venir conmigo a mi castillo, ahí encontrarán todas las respuestas—dijo presurosa, sus ojos miraron a los lados y se aseguró que no haya nadie escuchándonos, para luego aproximarse más a mi —. Pero debemos irnos ahora, no hay tiempo Catalina.

—No podemos confiar en ti, después de que nos mentiste y te robaras el archivo de Eithan—Kayla volvió a hablar pero esta vez con tono fuerte, ella tenía razón, la rubia ya no era de confianza —. Podrías hacernos cualquier cosa allá en tu castillo, no vamos a caer en tu juego Charlotte.

—Está vez les prometo que no les estoy mintiendo—sus ojos se agrandaron con exageración y sus cejas se elevaron, tomo mis manos entre las suyas —. Deben creerme, por favor.

Yo permanecía inmóvil, no sabía que hacer al respecto, la actitud de quien consideraba mi mejor amiga, no dejaba de intrigarme. Pero algo en mi me garantizaba que esta vez ella no mentía y que debía seguirla para conseguir las respuestas que tanto anhelaba.

—Iremos contigo—enuncie segura.

—¿Qué?—exclamó mi hermana por mi respuesta, gire el cuerpo hacia ella —. Estas loca, sabes que podría matarnos o secuestrarnos en su castillo ¿verdad?— suspire y rodee los ojos, su dramatismo enserio me sorprendía —. Te das cuenta de la terrible decisión que estás tomando, nos estás metiendo en la boca del lobo.

Coloqué mi mano derecha en su hombro y la miré a los ojos.

—No nos pasará nada Kayla—pronuncie bastante tranquila, intentando calmar su respiración que se había acelerado —. Si alguien intenta hacernos daño, se arrepentirán de haberse cruzado con nosotras, además no te dejare sola. Estamos juntas en esto ¿si?

Levante mi dedo meñique a la altura de su rostro, lo agite y sonreí, haciéndole recordar el pequeño pacto que habíamos hecho ese día en su habitación.

Ella también sonrió y asintió.

—Bien, pero como se te ocurra hacernos algo, juro que te dejo pelona—amenazo a la rubia apuntándola con el dedo junto a una expresión bastante aterradora.

Solté una pequeña risa por lo bajo.

Charlotte parece no haberle dado importancia a la amenaza de mi hermana puesto que solo la vi extraer un teléfono de su chaqueta.

—Llamaré a mi chofer para que nos recoja—informó mientras hacía lo mencionado.

Su chofer no tardó en llegar por nosotras, subimos a la limosina y nos dirigimos hacia su castillo, sabía con exactitud dónde quedaba y que rutas usualmente usaba su chofer para llegar, y esta vez me aseguraría que fuera igual. Había decidido venir por qué debía resolver esto de una buena vez, pero no iba a bajar la guardia, debía estar atenta ante cualquier suceso extraño.

En cuanto llegamos, una corriente de inquietud y desconfianza recorrió mi cuerpo, al ver muchas personas del ejercito del rey rodear el castillo, era obvio que la familia de Charlotte había ordenado a resguardar más la seguridad del castillo ¿Por qué razón?

Una princesa en zapatillas ©️Where stories live. Discover now