Capitulo 21: "Te quiero"

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Catalina.

Sus manos eran tibias, ni tan frías ni tan calientes. Me sentía bien entre ellas, sus dedos entrelazaban los míos mientras lo hacía, con la otra mano me acaricia la mejilla con ternura.

—¿Que es lo que querías contarme?—murmuro lo suficientemente alto para que me escuche.

Él se acomoda, toma aire y luego lo expulsa, es como si estuviera tomando valor para decirme algo importante.

—Antes de contarte, te voy a pedir que lo que vas a escuchar, no lo tomes de una mala manera—habla aún sujetando mis manos, yo asiento con la cabeza —.Bien, cuando me entere que mi padre se iba a volver a casar, me negué rotundamente es más quise oponerme y persuadir a que no lo haga...

—No fuiste el único—lo interrumpo haciéndome mención a mi. Esbozó una sonrisa y el igual.

—Lo siento, continua—hago un ademán con la mano para que prosiga.

—Sin embargo no lo logre, entonces no tuve más opción que aceptarlo pero no iba a quedarme tranquilo hasta saber que clase de familia mi padre traería al castillo y lo haría parte de mi reino. No conocía a tu familia y tenía miedo de que quisieran aprovechar la situación porque anteriormente muchas mujeres buscaban la atención de mi padre solo por conveniencia y no es que mi padre sea un hombre feo, solo mírame.

Ruedo los ojos y me rio negando con la cabeza.

—Bueno el punto es que tenía miedo de eso, es por ello que me vi en la obligación de saber todo sobre quienes serían nuestras nuevas integrantes de la familia—frunzo el ceño y no me está gustando nada de lo que está diciendo, aún así lo dejo continuar —Pedí secretamente a algunos guardias de papá que me den toda la información sobre la familia Brouwer, donde vivían, en que trabajaban, cuantas hijas eran, opiniones de sus vecinos y...

—¿Nos estuviste acosando?—digo apretando la mandíbula.

Él velozmente niega con la cabeza.

—No es así, por favor déjame terminar de explicarte las cosas.

Por supuesto que no, no necesito escuchar más. Es un maldito degenerado, todo este tiempo mi familia estuvo vigilada por ese imbecil.

Me suelto del agarre de sus manos y me pongo de pie del sofá.

—Catalina, por favor—me detiene poniéndose el también de pie —Déjame terminar de hablar y si aún así decides irte, lo entenderé.

Sus ojos color miel me miran y suplican que lo haga, piensa con la cabeza Catalina, piensa con la cabeza.

—Está bien.

Paso por su lado y vuelvo a sentarme.

—Cuando los guardias me trajeron la información de ustedes, supe que me había equivocado y que no eran la típica familia que buscaba dinero. Me di cuenta que tú madre era una mujer muy trabajadora al igual que tu padre.

Pongo una mano delante de su rostro en una señal de que se detenga—No te atrevas a mencionar a mi padre en esta conversación, lo que sea que me quieras contar o confesar, hazlo sin hablar de él.

Mis ojos atraviesan los de Eithan con furia.

—Lo lamentó, no lo mencionaré—se disculpa —.Cuando papá me dijo que se comprometería con una mujer de pueblo, desde el primer momento él me mencionó que tenía tres hijas. Algo que en mi posición me molestó mucho. Pues no estaba dispuesto a compartir mi reino con tres niñas.

Él ríe mientras ve mi expresión de incredulidad. A mi no me hace nada de gracia lo que él está diciendo, yo al igual que él no quería venir a vivir a este castillo, hubiera vendido mi alma al mismísimo diablo por quedarme en mi hogar. Y ustedes lo saben.

Una princesa en zapatillas ©️Where stories live. Discover now