c a t o r c e.

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Incluso en un día lluvioso, Mark se sentía afortunado de tener a Jackson a su lado, con todas las cosas dichas y aclaradas, era demasiado fácil y encantador.

—Entonces... leíste el libro. —murmuró Wang medio avergonzado.

—Si, es mi favorito. —respondió Tuan acariciando los cabellos tinturados del chico entre sus piernas.

—Pensé que no te gustaba leer...

Mark soltó una carcajada, logrando que Jackson sonriera y se volteara a mirarle.

—No me gusta. JinYoung tenía el libro y yo me puse a leerlo porque mi teléfono estaba descargado y no tenía luz para jugar Counter Strike. —se encogió de hombros y siguió jugando con las sedosas hebras del cabello contrario.

Jackson también rió sobre el comentario del mayor, se estiró para dejar un besito en sus labios y le acarició la mejilla.

—Te quiero mucho, Markie. —susurro con sus grandes ojitos rasgados brillando, con completa adoración al chico que tenía en frente.

—Yo también te quiero, pero demasiado, Jackie. —respondió de la misma manera el chico, sus palabras bañadas en ternura.

Un lento y cariñoso beso fue lo que los unió está vez, dejando de lado la mínima distancia que los separaba y provocando que un contacto más certero los envolviera.

Amor, era todo lo que tenían para darse, ya no importaba la familia, la ética o lo que fuera políticamente correcto. Ellos no habían cometido ningún delito, el corazón no elige de quien se enamora.

JinYoung abrió la puerta de la habitación dejando que la escena ante sus ojos le golpeara como una cachetada.
BamBam apareció detrás de el coreano con una gran sonrisa y pasando por debajo del brazo de Park para entrar a la habitación.
Hizo sonar la olla y el cucharón que tenía en la mano, golpeándolos y dando un sonido realmente molesto y logrando que la pareja se separara.

—¡Lamento interrumpirlos! Pero la comida está lista, así que siguen después. —aviso el tailandés, sacándole una sonrisa al dueño de la casa que aún seguía parado en la puerta.

—Ya vamos. —afirmó Jackson dejando escapar una risita y haciendo un ademán para que se fueran.

JinYoung miró con los ojos entrecerrados a Mark y tomó de los hombros a Kunpimook para llevárselo a la cocina.

La pareja volvió a mirarse, esta vez un poco risueños. Unieron sus labios nuevamente y fue el estadounidense quien reuniendo su poca fuerza de voluntad alejó al Chino para que fueran a comer.

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