•Sasuhina•

•|El hubiera no existe|•

—Bien, terminamos por hoy Hinata —indicó el doctor mientras dejaba sus instrumentos médicos.

La fémina agradeció, se acercó al escritorio esperando los resultados, estaba ansiosa por saberlo.

—Muy bien, te tengo noticias... Funcionó estás embarazada Hinata —entregó el sobre con una hoja en donde especificaba que su tratamiento era todo un éxito—. Felicidades futura mamá.

Escuchar al doctor decir aquello la hizo sentir extasiada, las lágrimas querían salir de felicidad. Su esposo se pondría feliz de la noticia, deseaba verlo.

—Gr-gracias doctor, de v-verdad gracias

—Pero antes de todo, debes cuidarte mucho. Nada de forzar tu cuerpo en quehaceres o en cargar cosas pesadas, incluso de emociones fuertes.

—¿Porqué, eso afectaría su desarrollo o cuál es el motivo?

—Por el bien de ambos, sobre todo porque sabes muy bien que tú matriz no soportaría. Es un milagro que lo lográramos. ¿De acuerdo? —la vio asentir y prosiguió—. Te enviaré vitaminas para el buen desarrollo de tu bebé.

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Introdujo la llave en la cerradura al girarla se abrió y entro con un aire jovial, dejando las llaves en el portallaves se dirigió a la cocina.

Había pasado varias semanas desde que el médico le dió la noticia de que sería madre, no aguantaba las ganas por contarle a su marido. Sabía que hoy regresaba de su viaje de negocios, así que fue a comprar algo especial para cenar y darle la gran noticia.

—Por fin, seremos padres —con una sonrisa en su rostro sacaba los vegetales de la bolsa—. Después de dos años de intentarlo tanto... —un ruido la hizo tensarse, ella era la única que estaba en casa, su esposo llegaría entrada la noche.

Dejando las cosas en la cocina, con miedo salió de la misma, debía llamar a la policía. Se tranquilizó debía relajarse una fuerte emoción sería crucial para su bebé. Regresando tomó un cuchillo y subió las escaleras directo de donde provenía el ruido.

Tan pronto entró salió con lágrimas en los ojos, no podía creer lo que vio en su habitación. Detrás de ella salió su esposo con los pantalones desabrochados.

—¡Hinata puedo explicarlo! —gritó desesperado, la había jodido; se sentía una mierda.

—¡Explicarme! Yo... —armándose de valor de dió una bofetada—. ¡Saca a esa tipa de mi casa, ahora! —gritó colérica, las lágrimas no paraban debía tranquilizarse ya mismo—. ¡¿Por qué, Sasuke, por qué...

Un fuerte dolor sintió en su vientre, que hizo preocupar al azabache, doblándose de dolor coloco sus manos en su abdomen.

—Me d-duele mucho —se quejó, su corazón sintió una gran punzada, sabía lo que eso significaba—. ¡No, esto no puede pasar! —los ojos perlas se cerraron con gran fuerza—. ¡No, un doctor!

—¡Hinata! —se colocó su saco, agarró sus llaves del auto para ir al hospital—. Tranquila Hina, vamos.

—No puedo, me duele mucho —un sagrado recorrió sus piernas preocupando más al Uchiha, quien la tomo en brazos y la llevo al automóvil—. Te pondrás bien, resiste.

—Mi... Mi b-bebé —escucharla decir semejantes palabras lo dejo helado, acelerando llegaron a emergencias dónde no lo dejaron pasar. Llamando a su hermana espero afuera.