22- Mar y tormenta.

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Cuando marchamos desde la sede del Cuerpo de Caza Demonios hasta Hokkaido, estábamos muy apurados. El mensaje de la carta claramente decía que muchos espadachines morirían, o seguramente ya estaban muertos para cuando llegamos. Pero ese sentimiento de urgencia no se sentía para nada. Ni antes ni ahora.

Si nuestra suposición era correcta, ¿los espadachines habrán llegado a salvo hasta el sur de Corea? Estarán allí buscando y esperando.

Un sentir ominoso me decía que habíamos pasado un punto por alto.

Kyojurō se dio cuenta de mi incomodidad y se acercó para preguntarme en un susurro lo que me ocurría. Se lo dije, a lo que él meditó.

Después de unos minutos habló: ─Ciertamente, parece que algo anda mal. Sin embargo, tampoco encuentro lo que es. 

─Bien, repasemos ─el Pilar asintió─. Mandaron la carta desde Hokkaidō hasta la sede, donde decían que encontraron rastros de demonios yendo desde allí a Corea. También escribieron que muchos espadachines los siguieron, que algunos estarían muertos y que necesitaban de nuestra ayuda.

─Ajá. Todo parecía muy urgente.

─¿Verdad? ─el rubio asintió enérgicamente, mirando algún punto en el suelo con ojos bien abiertos─ ¿Sentiste esa urgencia por la vida cuando llegamos? Realmente, parecían extremadamente tranquilos.

En la cara de Kyojurō pudo verse sorpresa y desconcierto.

─Sí… me pareció extraño cuando Kameno-san nos pidió quedarnos una semana más. ─seguimos asintiendo y pensando, hasta ganarnos la atención de algunos de los chicos.

─¿Sucede algo, Rengoku-san, Oikakeru-san? ─amable, así sonaba la voz de Nanami cuando se acercó a preguntar. Pero sus ojos mostraban una emoción que no podía leer.

─Estábamos preocupados por la cantidad de suministros que tenemos. ─rápidamente Kyojurō encontró una manera de escabullirse.

─Y la comida de mis niños es difícil de mantener en buen estado. En la semana no pude secar la carne para llevarla fácilmente, las condiciones del clima no eran favorables. Ahora están metidas en tinas con hielo, pero…

─Oh, parece que la preocupación de los sempais siempre está alrededor de la comida. ─se burló amistosamente la chica. Nosotros reímos junto a ella, después se despidió y se fue.

─Eso fue raro.

─¿Tienes sospechas de los chicos?

─Más que de ellos… los mayores me tienen preocupada.

Llegó la noche y las dudas solo quedaron sin resolverse y revoloteando en nuestras mentes.

A la mañana siguiente, una pequeña nota reposaba sobre la palma de mi mano. La miré y la letra me pareció desconocida, era probable que fuera de uno de los chicos de Hokkaidō. La acerqué a mi cara e intenté leerla a pesar de mis ojos adormilados. Me incorporé de repente al ver el contenido de la nota, golpeando contra alguien.

Un gemido de dolor de parte de ambos hizo a Dekotsu y Hina acercarse a lamer nuestras caras.

─¡¿Qué sucedió?! ─gritó Tanjiro, levantándose por la alerta.

Quité mis manos de mi frente y vi a Kyojurō masajeando su mandíbula.

─No fue nada, solo golpeé a Kyojurō.

─¿Se pelearon? ─ Nanami también se había despertado por el ruido que hicimos.

─Nada de eso. Me despertó de un golpe. ¡No recuerdo haberte hecho algo antes de dormirnos!

[HIATUS] Aliento del lobo • Kimetsu No Yaiba.Where stories live. Discover now