20- Arribando (3/3).

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─Eso me deja en claro varias cosas ─asentí mientras procesaba. La respiración de viento no era muy distinta a la de Bestia─. Decidido.

Al decir lo último los espadachines prestaron atención a lo que estuviera a punto de decir.

─Usuarios del aliento de agua, usuario del aliento del Cenzontle, usuario del aliento de la flor, irán con Hikaru-chan ─todos asintieron. Miré a Hikaru─. Cuento contigo. ─y ella asintió en acuerdo.

En un grito ordenó que la siguieran y se encaminaron a otro rumbo.

Puesto que el aliento del trueno es la rama de donde nace el aliento del sonido y de allí el del lobo, creo poder entrenar de manera adecuada a estos usuarios. El aliento de viento tiene similitudes con el aliento de Inosuke, que convenientemente lleva semejanza al mío, me hace creer que también puedo jactarme de ser capaz de entrenarles. Estoy segura que puedo ayudarlos a mejorar, aprovechando para refinarme, dicho sea de paso.

─Los que quedaron, síganme. ─sin esperar respuesta o reacción, me eché a correr como alma que lleva el diablo.

Asustados, los espadachines tomaron carrera en un intento por alcanzarme. Seguramente no se iba de su cabeza lo que dije al comienzo: 20 metros lejos de mí significaba un misterioso castigo. Silbé a la vez que corría, desconcertando a los chicos. Inosuke dio un salto, sabiendo lo que significaba. Un aullido tras otro logró hacer que las expresiones cansadas se volvieran clara preocupación; no por ello dejaban de parecer exhaustos, subiendo una colina más que seguro ya los tenía enfadados.

─¡¿Ahora qué?! ─un par de ladridos se hicieron escuchar, cada vez más cerca de nosotros. Tsukishima se forzó a alcanzarme y colocarse a mi lado, tal vez con la sospecha de que yo tenía algo que ver con eso.

─¡¡Son lobos, lobos!! ¡¡Viene un par de lobos!! ─gritó Gaeru, preocupado e intentando ocultar que estaba asustado.

Escuché a Yuna Kanade soltar un chillido, esforzándose por correr más rápido y estar más cerca del grupo. Taiga no lo mostraba del todo, su temor, pero sus ojos bien abiertos y aguados delataban que estaba temiendo lo peor.

Esta vez chiflé. Haru y los otros cerca de mí se taparon los oídos ante el ruido, viéndome con ojos siniestros, casi asesinos, en medio de su desconcierto. Pienso que en sus cabezas se preguntaban: "¿Qué carajo intenta que pase haciendo eso?". Los gruñidos y ladridos no indicaban nada bueno. Me estarían echando la culpa de hacer enojar a los lobos.

─¡Algunos demonios son más rápidos! ¡Algunos podrán contra sus movimientos, porque los podrán ver! ¡Deben volverse viento, ser como los rápidos de un río, como un rayo!

El entrenamiento tiene como fin no refinar sus tácticas de escape, sino volverlos más rápidos, como meta principal. Además, el pensamiento analítico en situaciones de peligro, de vida o muerte, se ve afectado por la misma situación, así que se espera que esto sea de ayuda para el rápido procesamiento de las ideas y la creación de estrategias en medio de una situación de riesgo. Buscar inmediatamente una manera de salir bien parado de una inminente muerte es de máxima prioridad. Cuando se es atacado en grupo, lo cual es extraño cuando se trata de demonios —mas no imposible—, la coordinación con tu propio grupo puede ser muy difícil sino tienes preparación previa. En muchas ocasiones, cazadores mataron a sus compañeros accidentalmente cuando trataban de asestarle un golpe a un demonio. Al llevar a tantos espadachines en grupos para esta "caminata", se espera también fomentar el trabajo en equipo y practicar la coordinación con sus compañeros.

Y debo admitir un pequeño secreto: esto se trata de un experimento. Como deben saber, el día en que los demonios atacaron mi casa y mataron a mi familia yo corrí como nunca en mi vida, rompiendo un límite. Ese límite humano que nos hace cansarnos luego de recorrer una larga distancia y que no nos permite llevar una velocidad más allá de lo que es normal. Hay ocasiones que humanos normales nos sorprenden con su velocidad, parecen haber roto ese límite preestablecido, pero está el otro, ese que hace que te canses luego de un rato. Es un límite que logré sobrepasar después de escapar de la muerte. Límite que se impuso sobre mí luego del accidente en mi tobillo, por el que estaba perdiendo mi confianza continuamente, sin verdaderas razones, pues Kochou-sama me aseguró que podía correr como siempre.

[HIATUS] Aliento del lobo • Kimetsu No Yaiba.Where stories live. Discover now