17- Frío nostálgico.

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Nota al final.
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No faltó mucho tiempo para ver salir los primeros rayos del Sol. Mientras más avanzaba el tren, el alba se presentaba con mayor intensidad, marcandonos la hora.

Los mismos rayos iluminaban los cabellos de los chicos frente a mí, los cabellos rojos de Tanjiro brillaban como un fuego de tono rojizo. El cabello de Zenitsu tomaba el color amarillento y brillante de la sal con fuego. Qué decir del cabello de Kyojurō, parecía arder como verdaderas llamas.

─ Los demás siguen dormidos, pero ¿quieres desayunar? ─ sacandome de mi admiración hacia los luminosos cabellos de los tres, Kyojurō se apresuró a sugerirme tomar los primeros alimentos del día.

─ ¿Llevas despierto el tiempo suficiente como para ya tener hambre?

─ ¡Sí! ¡Y muero de hambre! ─ declaró a viva voz, poniéndose de pie al instante y llevándome con él.

Comimos batatas, un tazón de arroz y tomamos té negro de camelia. Y cuando terminamos decidimos quedarnos en el andén donde sirven los alimentos, pues los demás pasajeros dormían y terminaríamos molestándolos, más Kyojurō, que habla a gritos. Tratamos el tema sobre la misión y lo que haríamos cuando llegáramos a Hokkaido y después zarparamos al sur de Corea.

Para cuando nos dimos cuenta, el andén estaba casi lleno, y nuestros compañeros estaban allí también. Los saludamos y nos fuimos para dejar libres los lugares que estábamos ocupando en vano. Pasó una hora, aproximadamente, en la que fui y alimenté a Dekotsu y Hina y los chicos volvieron, llenos y satisfechos.

Ya faltaba poco para llegar a Hokkaido, afortunadamente.

─ No, Zenitsu, eso es de mala educación. Preguntarles algo así… ─ parecía que Tanjiro trataba de convencer a Zenitsu de algo.

Entonces, nos habían informado que faltaba menos de media hora para llegar a nuestro destino.

─ ¡Quiero que les preguntes! ¡Preguntaleeees! ─ Y Zenitsu parecía desesperado.

─ ¿Necesitan algo, mis Muchachos? ─ Kyojurō siempre era eufórico, hasta para hacer preguntas.

Y más ahora, estando con este grupo al que ya le había tomado cariño.

─ B-bueno, es que Zenitsu… ─ empezó a decir Tanjiro, vacilando en si debía preguntarnos o no. ¿Qué será lo que quieren saber? ─ Él quiere saber algo, sobre ustedes.

─ El chico quiere saber qué tipo de relación tienen ustedes dos.

─ ¡¡Hikaru-chan!!

Oh, eso no me lo esperaba. Ni la pregunta, ni que fuera Hikaru-san quien interviniera. La veía más reservada. Sin embargo sus ojos curiosos la delataban en momentos.

Kyojurō y yo intercambiamos miradas y contestamos a la vez: ─ Hermanos de distinta sangre. ─ eso.

Y creo que los chicos se esperaban algo menos amistoso que eso, pues cayeron de espaldas al escuchar nuestra respuesta inmediata.

Mientras los treinta minutos para llegar a nuestro determinado destino corrían, pasamos nuestro rato entretenidos en distintas cosas. Por mi parte, me la pasaba muy bien con Inosuke, con el que fui notando características semejantes que compartíamos. Kyojurō y Tanjiro hablaban entre ellos y Zenitsu estaba con los demás. Y, por supuesto, no me pasaba desapercibida la constante mirada sobre mí, que me observaba con escrutinio. No era ignorante sobre el dueño, o más bien, la dueña de esa mirada.

─ ¡¡Tu espada tiene un color parecido a las mías!! ─ exclamó Inosuke, viendo mi katana sin sacarla por completo de su saya. ─ Aunque no se ve tan ruda como mis espadas astilladas… ¡pero es genial!

[HIATUS] Aliento del lobo • Kimetsu No Yaiba.Where stories live. Discover now