[HIATUS] Aliento del lobo • Kimetsu No Yaiba.

2- Gran potencial.

Dirigiendo mis rezos a Tsukuyomi-kami, la diosa de la luna, una mañana más despertaba bellamente. La luz de luna se había ido y ahora el sol estaba presente; Amaterasu iluminaba desde lo alto como todos los días.

Mis difuntos familiares adoraban a Tsukuyomi-kami fervientemente, por lo que tenía que seguir ese legado. Desafortunadamente nací como mujer, así que si me casaba y tenía hijos no podría preservar el nombre de mi familia. Por lo menos esperaba dejar el mismo legado que mis padres dejando presenta la adoración a la luna.

Uzui-sama, al ver la relación de mí y mi difunta familia con Tsukuyomi, siempre decía: "No solo tu familia es extravagante, tú lo eres. Tan parecidos a los lobos, adorando a la luna".

Me cubrí la cabeza y seguí mi camino al pueblo cerca del monte Fujikasaneyama. Al que a veces abrevió como "Fuji". La selección final de este año se llevaría acabo en estas fechas y quería estar cerca, para que Kasugaigarasu, al que ahora llamo Kasu, me informara de los seleccionados.

Para mi felicidad, en menos de dos días completos, un nuevo cazador de demonios se unió. Era un chico que llevaba una máscara de jabalí puesta y que, sin ayuda de un cultivador, había creado su propio aliento. Era todo un genio. Además de eso, Kanao, sucesora de Kochou-sama, también había pasado la selección, sin heridas. Un chico grosero maltrató a las hijas del patrón, pero un chico amable de ojos y cabello rojo lo detuvo. Este último venció a cierto demonio mutante que Urukodaki-sama había atrapado, ¡y era estudiante de este mismo gran hombre! Esperaba muchas cosas de aquel genio y este chico. Otro participante interesante fue un chico de cabellos amarillos que se había desmayado nada más subir media montaña, pero sorprendentemente una fuerza extraña despertó en él y mató a muchos demonios a una velocidad increíble hasta llegar a la cima. Para extrañeza mía, el chico pareció no darse cuenta de ello. Volvió a quedar en el suelo y bajó la montaña súper rápido en el día, llegando adonde estaría a salvo. Kasu repitió muchas veces lo que el chico decía: "Voy a morir, voy a morir".

¡Esos tres eran demasiado interesantes!

Creo que los estaré vigilando. Puede que termine en algunas misiones con ellos.