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chapter eleven

Él no dejó de mirarme ni un segundo, y la voz de Anne me regresó a la realidad.

—Oh por Dios es el boxeador—susurró emocionada Anne mirándolo sorprendida.

Yo fruncí el ceño al notar que ella parecía encantada con su presencia, oh Anne si te digiera...

Hero la miró fugazmente y regresó su vista a mí con una leve sonrisa.

—Me gustaría que vieras mi pelea—habló con su ronca voz, y a pesar del sonido la escuché perfectamente—te encantará ver lo que haré—y con eso se levantó de la mesa y comenzó a quitarse su sudadera negra.

Tragué saliva incomoda por sus extrañas palabras, ¿que podría hacer él en ring más que pelear?

—¡Oh por Dios Gemma!, ¿lo conoces?—Anne me miró incrédula.

—¡No! Solo se acercó y dijo eso—y la mentira salió tan ligera que me aterró demasiado.

—Que extraño. Pero te invitó a ver su pelea, te vas a quedar ¿verdad?—me echó una mirada insinuante y una sonrisa enorme.

Miré el largo pasillo por donde se había ido y de nuevo esos tristes ojos regresaron a mi mente, la frialdad de sus palabras era todo lo contrario a lo que expresaban su hermosos ojos azules.

Por un momento creí que algo oscuro lo controlaba en el fondo, algo mucho más poderoso lo manejaba, como un títere. Algo que hacía que fuera un monstruo en el ring.

—Sí.

Fue aquí donde supe que la curiosidad mató al gato. Desde pequeña me gustaba ver las películas de misterio, para mí los misterios eran llaves para una gran puerta de respuestas, nunca me gustaba no saber algo de lo que estaba tan intrigada. Y eso era el boxeador un gran misterio para mi. Un misterio que resolvería.

Lo secretos en sus ojos me atraían de una manera tan asombrosa que asustaba, la tristeza en ellos parecía tan inquietante que algo muy profundo en mí me dijo: la noche en que lo viste con esa mirada cegada, no era él, era el monstruo en su interior.

La voz del presentador me hizo salir de mis pensamientos y miré el ring. Cuando presento a Cruel se sintió como un deja-vú, el recuerdo de esa noche, el recuerdo de mirarlo por primera vez.

Hero salió con una bata color negro tapando su cara pero cuando caminaba se quitó la capa dejando ver su cuerpo y su short negro. Esta vez parecía relajado, parecía seguro de sí mismo. Y eso me asusto muchísimo. Si tuviera que comparar al chico que vi la otra noche con él diría que el otro no me intimidó tanto.

Subió al ring sonriendo mirando al público, asegurándose de mirar en cada mínimo lugar, hasta que llegó a mi, y mostró todos sus dientes.

Tragué saliva fuertemente y miré a Anne que veía absorta a Hero con emoción.

El contrincante de Hero era un chico rubio alto, sin músculos, delgado. Me cuestione si en verdad si ese chico sin forma iba a pelear con alguien como Cruel.

El presentador dio apertura a la pelea y Cruel no perdió tiempo y lanzó golpe tras golpe sin descanso, no tenía esa mirada perdida, todo lo contrario estaba enfocado. El chico trataba de darle aunque sea un golpe pero solo podía cubrirse de los dolorosos golpes. Después de minutos de incertidumbre–o para mí, ya que todos gritaban emocionados por Cruel–, Hero hizo que su contrincante cayera noqueado, como un bulto de papas sin importancia para él.

—¡Y el ganador como se esperaba es...

Hero se limpió el sudor con el brazo y se subió contra el chico golpeándolo a pesar de que él estaba inconsciente, grité asustada mientras el presentador y otro hombre trataban de quitar a Cruel.

Y ahí estaba él, el monstruo que era, estaba afuera, Hero comenzó a pegarle al hombre que lo agarraba del hombro, tenía sangre en la boca y la escupió. Todo estaba en silencio, temeroso, todos observaban atónitos, yo incluida, todos miraban a Cruel, por que estaba desquiciado ahí. Finalmente se paró y tomó el micrófono del presentador de un empujón.

—¡Esto es la advertencia para tu amigo!

Teo...

Él era un Chico Cruel.

The Cruel Boy ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora