s i e t e

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Chapter seven
♥︎

Estaba tan jodidamente asustada, ni siquiera había tocado las compras para empezar a comer. Miles de preguntas pasaban en mi cabeza; ¿cómo entro?, ¿como sabe donde vivo?, ¿por que me habrá invitado a su pelea?, ¿por que me asustaba tanto?, ¿por que me había besado?... y la que siempre estaba ahí, la que parecía clavarse con horror en mi mente: ¿que quiere de mí?

Había pensado en todo, en que en primer lugar haber ido a ese espantoso lugar fue el peor error, en que habérmelo topado esa noche ni siquiera debió suceder.

Yo vi, yo lo miré, estaba ahí; una oscuridad que escondía en sus fríos ojos azules, grandes secretos detrás de su remarcado rostro, ¿pero es que nadie notaba eso?, ¿nadie vió que él no era él mismo en esa pelea?. Golpe tras golpe para calmar solo su enojo, su control, él quería más, él buscaba más detrás de la sangre, definitivamente su rostro desfigurado en esa pelea estaba clavado en mi cabeza.

Toda mi vida había visto como mi padre golpeaba a mi madre, pero no era nada comparado a lo que yo vi ayer en su pelea, mi padre golpeaba por alcoholico, por enojo de que las cosas no estuvieran como él quería, tal vez por enojo de que no tenía la vida que él quería, pero no, nada a lo que yo vi en toda mi vida estaba reflejado en la cara de él, del boxeador...

Boxeador... No sabía su nombre ahora que me ponía a analizar, ni siquiera sabía cómo se llamaba, solo sabía que era apodado como "Cruel", ¿cual sería su nombre?

Miré mis manos y con nerviosismo las empecé a mover y a palmar mis muslos.

¿Qué haría?, ¿voy a su pelea? No, definitivamente no, ¿qué haría yo ahí? ¿Ir y verlo pelear o mejor dicho convirtiéndose en un monstruo despiadado? No, yo no tengo nada que hacer ahí.

Intentando pensar en otra cosa me levanté de mi cama y me dirigí a la pequeña cocina para prepararme el cereal.

Después de comer y leer un poco en internet de unos libros que tenía pendientes y mirar mi serie preferida, salí de casa para dar un paseo al parque no tan lejos y escuchar un poco de música. Eso definitivamente me iba a tranquilizar, pues todavía sentía que su voz estaba detrás de mi, diciéndome que fuera, que lo obedeciera.

Salí de casa con una sudadera gris puesta y un pants morado y unos desgastados tenis que usaba para correr, mientras me ponía mis audífonos y buscaba alguna canción suave tropecé dolorosamente con algo fuerte, el impacto me hizo caer hacia atrás y quedar sentada, eso sí que no fue mi culpa, la persona venía corriendo.

Mientras me estabilizaba con un pequeño quejido busqué mi celular que colgaba de mis audífonos y suspiré cuando no tenía ningún golpe.

—¡Lo lamento!, ¿estas bien?, ¿te lastime?—Una apenada voz masculina hizo que levantara la cabeza y mirara a un chico con más o menos uno veintidós años, cabello rubio, delgado y con una gran cara de preocupación.

Me tendió su mano y la agarré para levantarme.

—Si... gracias, también venía distraída—le sonreí levemente mientras notaba que me rebasaba por unos cinco centímetros, y no era tan amenazante como ese boxeador, él tenía una sonrisa normal mientras me miraba con diversión, era bastante lindo.

—Si, pero venía corriendo y no te vi—se rió por su incidente mientras aún tenía su mano en la mía sin soltarla—. Mmm... ¿que te parece si te invito un helado?—señaló por detrás de mí y volteé a mirar a un señor con un carrito de helados de sabores.

Suspiré mientras lo miraba sonrojada y asentí la cabeza, definitivamente sí que quería conocerlo. Apartó su mano de la mía y nos dirigimos hacia el carrito.

cerezaytristeza

The Cruel Boy ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora