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Chapter one

La vocecita de mi cabeza no paraba de decirme que fuera, que enfrentará la planta baja de mi casa. Que fuera a hacer algo por ella, pero no podía, el terror, el miedo me carcomía, y lo odiaba, me sentía débil, vulnerable.

Todo este tiempo, o mejor dicho todo el tiempo, había vivido con esto; con el sufrimiento, con los gritos, con los golpes, con el ruido, con el fuerte aroma a alcohol, sin comer por la falta de dinero, con los moretones, con el miedo y cada vez, cada día; quería morir.

—Por favor para, para ya—mi voz como la más suave sintonía se escuchó en mi pequeña habitación.

Apreté con más fuerza mis manos en mis oídos; intentando acallar todo sonido, pero no podía, todo parecía que vivía en mi mente, no importaba cuanto intentara olvidarlo, por que en cada lado, cada momento, todo me atormentaba.

El estruendoso sonido de los vidrios chocando con algo fue lo último que se escuchó, no se escucharon más gritos, ni súplicas, todo paro. Abrí los ojos lentamente y miré la vieja puerta del cuarto, bajé mis manos y abrí la puerta del armario, me incorporé del pequeño espacio mullido y temblando decidí abrir la puerta del cuarto.

Baje los peldaños de las escaleras, lentamente de no causar un mínimo ruido. De manera brusca me limpié las lágrimas de mis mejillas y la poca sangre de mi labio partido, por la fuerza de estarlo apretando del terror.

La sala estaba echa un lío; el sillón estaba manchado de alcohol, los cojines tirados por todas partes, la pequeña mesa estaba boca abajo, unas diez botellas vacías descansaban por todo el lugar, mi padre estaba tirado en el suelo durmiendo, mientras mi madre se quejaba tan bajo que apenas la escuché, estaba medio sentada en la esquina del más grande sillón, mientras que de su cabeza gotitas de sangre bajaban.

Corrí sin importarme el ruido y me acuclille para sollozar abrazando a mi madre. Corrí por la pequeña caja de pequeños auxilios de su cuarto y tomé algodón con alcohol para limpiar las heridas y la sangre, su mirada estaba todo el tiempo en mí. Mi mamá sabía que estaba desecha al igual que ella, que todos los días sucedía algo así, que a veces era yo la que golpeaban, o a veces a las dos, nos cuidábamos y ahorrábamos lo poco para comer, y pagar la renta.

Mi padre Roger, trabajaba todas las mañanas y noches en un taller mecánico, pero muy raramente le sobraba algo, todo, absolutamente todo era para su alcohol o drogas.

Desgraciadamente mi madre y yo vivíamos así desde que tengo memoria, toda mi vida a sido golpes y maltratos, y es que mi madre sigue aquí, después de quince años sufriendo y conmigo. Quiero irme, quiero abandonar esta pocilga, irme con mi madre y salir adelante, pero ella, dice que no, que no con ella, sino yo sola.

—Hija...—reaccione de la curación de sus moretones y la miré, nunca en mi vida había visto su mirada así, tan triste, tan derrumbada, y creí por un momento conocer el miedo, pero ahí lo sentí, abrasador y temeroso, sabía que me diría algo importante, sabía que eso que diría no era bueno. —Tómalo todo, ve-ete, ve lejos y no vuelvas, déjame aquí, y vete antes de que despierte, hazlo, por favor—su voz fue bajando y apretó con poca fuerza mi mano, baje mi mirada y lo ví, el cuchillo clavado en su abdomen.

Estaba en estado de shock, ni siquiera me percaté de mis fuertes sollozos, o de mis lágrimas bajando una tras otra, todo pareció perder enfoque.

Me levanté de un salto alterada, y todo tan solo sucedió...

El enojo me carcomía, el terror me invadía, miré a mi madre que miraba el suelo; ya no respiraba, ya no estaba más aquí, no estaba más conmigo.

Si tan solo hubiera bajado a detenerlo, a siquiera intentarlo, pero yo era la culpable y a la vez no, por que si tan solo mi padre, la asquerosa persona que era, nunca hubiera conocido el alcohol o las drogas, si tan solo no existieran tantas sustancias malignas que mataban a gente inocente como mi madre.

Si tan solo lo hubiera echo antes.

Si tan solo lo hubiera matado antes.

Antes de que me quitara a la persona que más amaba en este mundo. Si tan solo lo hubiera detenido antes.

Antes.

Cereza y tristeza

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Cereza y tristeza.

The Cruel Boy ©Where stories live. Discover now