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Chapter eight
♥︎

—¿De que sabor su helado?—me preguntó el señor mientras tomaba con sus manos el barquillo.

—De chicle, por favor—.

Mientras el señor le daba el cambio al chico con el que choqué, probé el delicioso helado, si que estaba bueno, no había visto al señor nunca, o tal vez nunca lo vi.

—¿Te gustó?—Dejé de comerlo cuando la suave voz del chico me habló.

—Si, está delicioso—le sonreí mientras lo miraba comer el suyo sabor fresa.

Era bastante atractivo, su revuelto cabello rubio le tapaba la frente, una holgada camiseta de correr y unos pantalones para lo mismo, no era tan alto pero tenía algo que me gustaba, no era tan sorprendentemente guapo como el boxeador, ni tan amenazante como él, era normal...

—¿Cual es tu nombre?—habló con diversión mientras salía de mis pensamientos de la dura cara del boxeador de la otra noche.

—Gemma—carraspee intentando pasar el nudo de mi garganta y pregunté:—¿y el tuyo?—.

—Teodore, pero dime Teo—camino hasta una banca de un pequeño parque de la pequeña ciudad en donde vivía.

—Vale...Teo—Reí mientras los dos comenzábamos hablar de cosas de cómo llegamos aquí, de que estaba haciendo justo cuando colisionamos; descubrí que vivía no muy lejos y había salido a correr, estudiaba informática en la Universidad y tenía un pequeño departamento como el mío, o eso me imaginé.

—Me sorprende que no estudies, ¿Que te gustaría estudiar Gem?—habló una vez que se terminó su helado y me encantó el nuevo diminutivo que le había puesto a mi nombre.

Era cierto, me sentía joven, de echo hace mucho que no iba a la escuela, pensaba en retomarla, pero de pronto encontré trabajo y se me olvidó.

—Me gusta dibujar—sonreí melancólicamente mientras enrollaba el cable de los audífonos en mis dedos y pensaba en mi madre y sus asombrosos dibujos de rosas o rostros, me encantaba verla que me enseñara, definitivamente eso me gustaría estudiar.

Teo levantó mi mentón y me sonrió, ese pequeño gesto por tan pequeño que fuera hizo que mi corazón latiera rápidamente.

—¿Que te parece si te invito a ver una película en mi departamento?—su mirada interrogante y su gesto me hizo pensar que estaba triste y quería ponerme feliz.

—¡Si!—chillé como niña pequeña pero sabía que no era la emoción de ir a ver una película con Teo, ni poder estar más tiempo con él, era que definitivamente el echo de estar en mi casa y que apareciera ese chico me daba terror.

Él río con bastante diversión y tomó mi mano para que los dos comenzáramos nuestra rutina de correr y me condujera hacia su casa.

Cuando llegamos a un gran edificio color blanco y mucho más decente que el mío, abrió la puerta y una gordita señora saludó a Teo, mientras tomábamos en ascensor, notaba que el edificio era realmente decente, me pregunté cuánto costaría la renta, me interesaba encontrar un departamento lo antes posible.

Cuando llegamos al tercer piso el ascensor se abrió y estaba un pasillo con puertas de madera color café, las paredes color crema. Teo camino hasta la segunda puerta, exactamente número 33, la abrió y me invitó a pasar con un gesto.

Me adentré con una sonrisa y encontré una bonita sala, en medio había tres sillones desde el más grande hasta el individual, enfrente una pantalla pequeña, su pequeña mesita, en la esquina una cocina con un taburete, las paredes era azules pastel habían cuadros de pinturas con teclas de una computadora o números en forma abstracta. Había un pasillo al lado derecho y otra en la izquierda. Era cómodo, de echo parecía caro, donde mirara se me hacía masculino pero cada cosa estaba en su lugar.

Teo camino hacia el sillón y me hizo una seña para que viniera.

—Siéntete en tu casa—mientras tomaba el control remoto buscó Netflix y me tendió el control una vez me senté a lado de él.

—Ve buscando una película la que te guste, mientras me cambio de ropa y busco golosinas—Río con mucha diversión y se levanto con un saltó—. Creo que no valió la pena salir a correr—me guiñó el ojo y se perdió en el pasillo de su casa.

Solté una risa mientras me sentaba un poco más liberada en el sillón y buscaba una película de acción. Después de encontrarla Teo llegó vestido con un cómodo pantalón de dormir de cuadros y una simple camiseta blanca, a pesar de ser delgado le quedaba bien su ropa.

—Pondré Rápidos y furiosos—le avise mientras apretaba el botón de play y Teo iba a la cocina.

—Siiii—oí el ruido de estar tomado cosas y después lo vi dando un saltó a lado mío y poner un tarro lleno de palomitas sabor caramelo—Por un momento creí que pondrías una de amor y eso—su voz ronca hizo que sonriera, y él devuelta.

Había pasado gran parte de la película y mientras Teo decía cosas graciosas yo me unía y los dos terminábamos llorando de la risa, después creí que era demasiado tarde y sin darme cuenta estaba cerrando los ojos, intenté levantarme pero el gran brazo de Teo me detuvo y me abrazo por los hombros acurrucándose también.

cerezaytristeza

The Cruel Boy ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora