d i e z

91 11 10
                                    


chapter ten
*

Anne me suplicaba por quinta vez que fuera con ella al lugar de las peleas, donde Hero era el campeón estrella. Donde seguramente estaría, y donde me aterraba ir.

—Por Dios Anne, no—le dije mientras caminaba a la mesa cuatro para limpiarla y alzar los platos. Ella me lanzó una mirada enojada mientras caminaba a la mesa dos para atender a un cliente.

Mientras llevaba los platos al lavabo y escuchaba gritar a Anne su pedido al chef, me siguió.

—Pero deja de decir no, y dime por qué. ¿Que es lo qué pasó la otra noche?—su voz dudosa y preocupada me hizo mirarla a la cara.

Y la verdad era que la había estado evitado para no tener que soltarle todo lo que me había pasado; desde la noche de la pelea, hasta cuando el boxeador entró dos veces a mi casa. Quería decírselo, todo, por qué yo y ella nos decíamos todo, pero esta vez no pude, no quería que se enterara. Que no supiera nada. Pero tampoco quería mentirle.

—Está bien. Iremos—dije resignada. Y prefería ir a ese peligroso lugar que contarle todo. Además vamos un rato, ella ve a Will, trato de pasar desapercibida, y fin, tal vez él ni si quiera tiene pelea esta noche.

Tal vez.

• • •

Me miré en el espejo satisfecha por el resultado, llevaba cambiándome tres veces, y la última me dió el visto bueno. Eran unos cómodos leggings negros, mis vans rojas, y una camisa de tirantes negra que en la parte de abajo tiraba listones dorados. Me amarré el pelo en un desgarbado moño, y me puse un poco de gloss, brillo en los ojos y pómulos.

Tomé mi celular y mi dinero y caminé a la sala.

—¿Lista?—dijo Anne emocionada al verme salir.

—Si, lista...—el tono de mi voz se escuchó apagado y ella frunció el ceño.

—¿Segura que todo está bien? De echo pensándolo bien, si no quieres ir, esta bien, lo ent...—la corte antes de que terminara el discurso.

—¡No! Si que quiero ir, de echo vámonos, es tarde—tragué saliva con fuerza mientras ella y yo tomábamos el ascensor.

El camino hacia el lugar fue silencioso; sabía que Anne sospechaba algo, y sabía yo, que no debería decirle, por que si le diría, se preocuparía muchísimo por mi, y ella no vería de la misma forma al boxeador después de que le cuente todo, y además ella ya tiene a alguien como para estar pensando en otras cosas, tiene alguien que le gusta, y no dejaré que ande detrás de mi cuidándome.

El gran hombre de la entrada nos dejó entrar ya sin preguntar nada, y eso me extrañó muchísimo.

—¿Que quieres de beber?—me gritó Anne al oído por la estruendosa música, cuando tomé la mesa de una esquina del lugar.

—¡Lo que sea!

Miré el lugar discretamente y noté bastante gente en el lugar, como la otra noche, el ring estaba apagado, todo parecía extrañamente normal. Miré la hora y era más temprano que la otra vez, tal vez las peleas eran un poco más noche.

Anne estaba en la barra de bebidas sonriéndole a Will con su encantadora sonrisa mientras él la veía embobado. Sonreí por eso, nunca había visto a Anne tan ligera con alguien.

Mi celular vibró en mi bolsillo y lo saqué:

Teo

Me alegra ver que te gustó ver la película. ¿Qué tal mañana?, ¿salimos a correr?

Sonreí por la invitación. Teo y yo habíamos estado platicando por el celular, es un chico muy divertido y su compañía me hacía sentir relajada y cómoda en comparación con el boxeador.

Gem

Si, me parece bien. Te veo enfrente del parque;)

Envíe el mensaje mientras sonreía. Solo debía de ver esta oportunidad que era Teo, un chico tan simpático, le gusta mi compañía, y a mi la suya, todo estaba bien con él, debería olvidar a ese extraño boxeador, olvidar la otra noche de su pelea, olvidarlo.

Simplemente Hero, el boxeador, ya no se acordaba de todo, ni de mi, ni de mi nomb...

—Gemma

Levanté la mirada sobresaltada mirando los profundos ojos azules de Hero. Él estaba enfrente de mí mirándome, y nunca lo había sentido; pero se sintió que él y yo estábamos en un cuarto solos, el sonido de la música desapareció, las luces segadoras de colores también, las personas no existían, solo esos solitarios ojos azules, solo el dolor.

El dolor de un boxeador.

cerezaytristeza

The Cruel Boy ©Where stories live. Discover now