𝐒𝐨𝐫𝐩𝐫𝐞𝐬𝐚, 𝐬𝐨𝐫𝐩𝐫𝐞𝐬𝐚.

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Timothée Chalamet's Point of View.

—¡Espera Brooklyn!— caminé detrás de ella cuando hizo su camino de regreso a dónde estaban mis amigos y Kelsey.

Genial Timothée. La cagaste. Ahora debe estar pensando que eres un pervertido desgraciado.

—Kelsey, me voy. Por si quieres que te lleve, vámonos—  dijo Brooklyn seria, por lo que Kelsey frunció el ceño. 

—¿Qué pasa?

Brooklyn miró brevemente en mi dirección y luego volvió la vista a Kelsey. —Nada, sólo tengo que estar en casa antes de que mis padres lleguen. 

Ahora yo no estaba seguro de si estaba loca o simplemente tenía miedo. De cualquier manera, ella parecía no querer hablar conmigo.

—Está bien— Kelsey se encogió de hombros. —Nos vemos pronto Tyson— ella le sonrió y le envió un guiño.

Las dos chicas entrelazaron sus brazos y comenzaron a caminar lejos después de que Brooklyn se hubiera despedido de todos, menos de mi. Muy maduro. Mentalmente saqué la lengua en su dirección, entonces me di cuenta de que no era muy maduro tampoco. 

—¿Qué has hecho hombre?— preguntó Tyson dándome un codazo. 

—Casi la rapto— admití suspirando.

—Si, ya me di cuenta de eso— él se rió entre dientes. —Y por culpa de eso Kelsey tuvo que irse también— dijo molesto.

—¿Y?— escupí, no estaba de humor para tratar con nadie en este momento. Era como si todos los efectos de la droga hubieran desaparecido y fueron reemplazados por la ira y la frustración. —¿Te gusta ella acaso?

—No me gusta, pero es agradable hablar con ella— se defendió, aunque me di cuenta de que estaba mintiendo. 

—¿Desde cuándo te gusta hablar con las chicas?— me burlé de él. Tyson es más del tipo de follar y tirar, igual que yo.

Se quejó, incomodo. —Cállate la boca Timothée— dijo golpeándome la espalda.  

—¡Timothée, el almuerzo está listo!— alguien gritó y de inmediato miré hacia la única ventana de mi casa que se ve en el parque. Mi mamá estaba allí llamándome con la mano para que fuera. Le respondí el gesto, para hacerle saber que ya iba.

Sólo espero que no me haya visto fumando.

—Nos vemos luego, chicos— dije a medias y metí mis manos en los bolsillos y comencé a caminar a mi casa.

Creo que voy a llamar a Brooklyn después y le pediré disculpas, aunque no creo que lo que hice estuviera mal. Vamos, sé que quería besarme tanto como yo quería besarla. No sé porque, pero la chica me atraía. Tal vez sea su inocencia, su sonrisa o la forma en que siempre estamos discutiendo. No me había dado cuenta de que había llegado a casa hasta que me encontré cara a cara con la puerta blanca. Esto necesita pintura, pero a quién le importa.

Abrí con mi llave y entré en la casa, al instante sentí el olor de la comida llenar mi nariz. Me saqué la chaqueta y la dejé en el perchero, antes de patear mis zapatos y dejarlos en el suelo. 

Bronx - Timothée Chalamet (ADAPTADA)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora