Bronx - Timothée Chalamet (ADAPTADA)

𝐂𝐨𝐦𝐨 𝐮𝐧 𝐭𝐚𝐭𝐮𝐚𝐣𝐞

Timothée Chalamet's Point Of View

—Haré seriamente una donación para que puedan tener un ascensor que si funcione—. Abrí la puerta a una Brooklyn jadeante, su mano apoyando el peso de su cuerpo contra el marco de la puerta mientras trataba de recuperar el aliento

No pude evitar la risa que escapó de mi boca cuando la vi allí de pie como si acabara de correr un maratón. 

—Hola cariño— me incliné para darle un beso rápido y me hice a un lado para dejarla entrar. Ella se abanicó la cara con la mano como si hubiera una gran diferencia de temperatura entre el frío de la calle y el calor de mi casa.

—¿Qué hiciste para que tus padres te dejaran venir?— le pregunté tomando su abrigo para colgarlo en el bastidor. Ella levantó su mano para mostrarme una bolsa, haciendo pie a que era su excusa. 

—¿Qué es eso?— arrugué mi nariz con curiosidad.

—Tu ropa—. Ella me dio la bolsa, antes de deslizarse fuera de sus botas de tacón alto. Abrí la bolsa de plástico para ver mi camiseta negra y mis pantalones cortos de baloncesto de color negro. Yo nunca había visto mi ropa planchada a tal perfección. Casi tenía miedo de tocarla y olía como la ropa de Brooklyn, el mismo detergente. —Le dije a mi mamá que se la tenía que devolver al hermano de Kelsey. 

—Oh...— Asentí con la cabeza, recordando que era lo que le había dicho su madre cuando ella le preguntó acerca de la ropa que llevaba puesta la mañana después de la fiesta. 

—Bueno, vamos—. Tomé su mano con la mía tirando de ella para arrastrarla a mi habitación donde podíamos estar solos.

—Hola, Brooke—. La saludó Kyle cuando pasamos la sala donde estaba viendo Bob Esponja o alguna mierda.

—Hola, chico—. Sentí su sonrisa al hablar, a pesar de que ni siquiera estaba mirando.

Una vez que estábamos en mi habitación, puse la bolsa en el suelo y salté sobre mi cama esperando a que Brooklyn hiciera lo mismo. Sin embargo, se quedó de pie hurgando en su bolso buscando algo.

—Oh aquí está— murmuró para si misma con victoria para sacar una pequeña bolsa de plástico de su bolso. —¡traje regaliz!— exclamó con alegría, levantando la bolsa transparente para mostrar unos palos rojos de caramelo, dejando su bolso a un lado. Su sonrisa cayó cuando me escucho reír. 

—¿Regaliz? ¿Estás intentando volver a tu niñez o...?—. Sus ojos me enviaron dagas y frunció su boca en una linea apretada. 

—Está bien. Apuesto a que Kyle me lo agradecerá más que tú—. Se volvió sobre sus talones decidida a salir de mi habitación.

—Espera, Brookie. Lo siento—. Estiré mis brazos para detenerla aunque el hecho de que todavía estuviera soltando risitas no me ayudó. Me las arregle para tomar su cintura antes de que abriera la puerta, haciéndola caer en mi regazo en la cama.

—Eres tan malo, Timothée—. Se quejó tratando de zafarse de mi agarre e involuntariamente frotando su culo en mi entrepierna. 

—Dejaría de hacer eso si fuera tú—. Le advertí sintiendo mi pantalón un poco apretado. ¿Qué? Un hombre tiene sus necesidades y no he tenido sexo en mucho tiempo. Mini Timothée reacciona por la mínima fricción.