Bronx - Timothée Chalamet (ADAPTADA)

𝐐𝐮𝐢́𝐦𝐢𝐜𝐚.

Brooklyn Reed's POV. 

La campana para el primer periodo sonó ahorrándome de tener que escuchar los chillidos de emoción de Kelsey un segundo más. Juro que mis tímpanos están a punto de explotar.

—Oh, Dios mío, estoy tan feliz por ti B, como no tienes idea. Ustedes dos están hechos el uno para el otro y Dios mío son tan lindos, yo siempre sabía que iban a terminar juntos y...

—Ya entendí.— puse mi mano sobre su boca en un intento de detener su trabalenguas. 

—Vaya, parece que estoy más feliz que tú.— se burló, haciéndose la ofendida pero luego me empujó con el hombro y me guiñó un ojo.

Me reí y tomé asiento en el laboratorio de Química, tercera fila al lado de la ventana. Para mi alivio, Kelsey se sienta en el lado opuesto de la sala de clase. No me malinterpreten, yo la amo, pero a veces ella se pone sobre-emocionada y puede ser un poco molesta. 

Poco a poco, los asientos vacíos comenzaron a ser ocupados por los estudiantes más perezosos que llegaban obviamente tarde a clase, pero tenían la suerte de que la señora Marshall no estaba allí todavía. Abrí mi bolsa, cogiendo mi cuaderno y estuche con bolígrafos colocándolos en la parte superior de la mesa. Era ese tipo de mesa para dos personas con instrumentos químicos extraños que se nos atribuye. 

De repente, sentí una presencia a mi lado. Me di la vuelta rodando mis ojos cuando vi quien era. Gran mierda. Que suerte la mía. 

—Hey.— Nate saludó con voz extraña.

Ni siquiera me molesté en mirarlo fijamente o responderle, simplemente lo ignoré. Me había decidido a trabajar juntos en las prácticas de Química y ahora era demasiado tarde para cambiar pareja. 

Su suspiro fue todo lo que oí antes de que la puerta del aula se abriera, revelando a la profesora. —Buenos días, estudiantes.— la voz de la señora Marshall llenó todo el aula por lo que los estudiantes gimieron en silencio, fruncieron el ceño o pusieron los ojos en blanco. Digamos que esta profesora no era muy querida. —Vamos a empezar con la práctica pronto. Un miembro de cada pareja por favor que venga a buscar los materiales necesarios.— ordenó como sargento. 

—Voy a ir yo.— murmuró Nate aclarándose la garganta. Oh, por favor, no seas tan torpe en todo momento. Me engañaste con mi mejor amiga, supéralo. 

Tan pronto como se fue, mi cara cayó encima de mis brazos cruzados sobre la mesa mientras gemía en auto compasión. Kelsey me envió una mirada de complicidad entre toda la clase como si estuviera compartiendo mi dolor y me animó a ir a través de el. 

Realmente Dios debe odiarme porque no solo tengo que verle la cara a este tipo todos los días en la escuela, sino que, también a mi madre le encantaba hablar de él. 

Flashback.

—¡Brooklyn! ¿Estás despierta?— gritó mi mamá por lo que escondí rápidamente el teléfono debajo de la almohada y fingí que estaba leyendo un libro en lugar de estar enviándome mensajes de texto con Timothée. Justo en ese momento, la puerta de mi habitación se abrió, revelando a mi madre con su vestido de noche. 

—Hmmm.— asentí cerrando el libro sin cuidado de marcar la página que había elegido al azar. 

Se sentó en el borde de mi cama con el teléfono de la casa descansando en su regazo. —Hablé con Nate.