Cap.19 "Yo te lo perdonaré".

Start from the beginning
                                    

A la mierda el intento de enfriarse.

Se sentó e intentó quitarme la camiseta pero mi propio peso no se lo permitía. Me levanté un poco y me la quité, dejándola a un lado. Me miró unos segundos y sonrió antes de volver a besarme.

Sus besos sabían tan diferentes a la última vez que esto había pasado. Parecía desesperada y frenética. Pero lo peor era que me lo estaba contagiando.

Tomé un puñado de su cabello y abrió la boca. Aflojé el agarre, pensando que le hacía daño pero ella misma tomó mi mano y la cerró con fuerza.

Sentía que mi cuerpo se calentaba y algo se levantaba. Zoey no ayudaba a que eso no sucediera mientras se movía un poco.

—No quiero hacerte daño —susurré, reprimiendo el instinto de arrancarle la ropa.

Pero ella por el contrario, toda controlada y poderosa sobre mi, acercó su rostro y con sus ojos fijos en los míos dijo...

—Pero quiero que lo hagas.

No, no quiero hacerlo. Atlas, no quieres hacerlo.

Cerré los ojos con fuerza, como si tuviese diez años y el "si no lo veo, no es real" aplicara para esta situación. Pero no, no era sólo visual. Ella entendió lo que intentaba hacer y volvió a moverse sobre mi. 

Claro, si no podía verla, iba a poder sentirla.

—Zoey, no me lo perdonaré si te lastimo —gruñí, reprimiendo todo impulso y posición que se presentaba en mi cabeza. Pero solo podía sentir la fricción de nuestros cuerpos a medio vestir.

—No te preocupes —dijo deteniendo sus movimientos y creí que había logrado hacerla cambiar de opinión. Pero entonces sus manos se fueron detrás de su espalda, donde desabrochó su sostén y lo revoleó hacia algún rincón. —Yo te lo perdonaré.

Pasó su lengua por sus labios y tuve que parpadear un par de veces para darme cuenta de que no estaba soñando. Esta no parecía Zoey pero sabía que en este estado, yo tampoco parecía yo. Accediendo a algo a lo que me negaba, solo porque ella me lo pedía jadeando.

Dejé salir todos los impulsos que estaba reteniendo y tomé sus hombros para que se recostara donde yo estaba. Me arrodillé frente a ella y le desabroché el pantalón. Sonrió cuando vio que no estaba reprimiendo nada y haciendo todo lo que ella me incitaba a hacer.

Tiré de sus jeans y le quité las zapatillas, dejando todo desparramado por el suelo. Me subí sobre ella y la miré fijo a los ojos. Sus pupilas brillaban, estaba sedienta y se notaba pero si pensaba que podía hacerme explotar, estaba equivocada.

Besé su cuello y sus piernas se enredaron en mi cintura, presionándome contra ella. Mi sangre se acumulaba y su toque lo hacía palpitar.

—No lo reprimas tú tampoco —susurré en su oído y me moví sobre ella.

Clavó sus uñas en mi espalda y dejó unos rasguños hasta donde empezaba mi pantalón. Solté un gruñido y perdí fuerza en uno de mis brazos.

—¿Que pasa? ¿Te pongo débil? —preguntó mirando hacia abajo.

No sabía si aún le daba vergüenza que la viera preguntar ese tipo de cosas o de verdad sentía curiosidad por lo que había dejando de mi pantalón, pero de algo estaba seguro y era que estaba intentando provocarme.

Nosotros ante todoWhere stories live. Discover now