Capítulo 49: Engranajes.

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.Al día siguiente.

Yelehen se despertó por el insistente sonido del celular, ni siquiera sabía dónde lo había dejado anoche.

Se quedó dormida en su sofá, aun con el vestido puesto, de hecho, no hizo nada más que dejarse caer cuando volvió la noche anterior. Apenas abrió los ojos fue consiente del fuerte dolor de cabeza que tenía, seguro por todo lo que había llorado la noche anterior.

Encontró el celular tirado sobre la alfombra, se estiró para alcanzarlo, leer el nombre de Harlen en el identificador le revolvió el estómago. Lo recuerdos de todo lo que había sucedido la golpearon, amenazando con volver a derribarla.

Atendió, sintiendo un gusto amargo en su boca: —Hola...

— ¡Yelehen ¿Qué diablos hiciste?! —Su voz la sobresaltó, fue brusca y la puso de mal humor de inmediato.

—No te debo ninguna explicación, más bien todo lo contrario.

— ¿Lo contrario? Apenas bajo del avión y me entero que acabo de perder a todos mis inversionistas... —Gruñó— y tengo un mensaje de Hanns diciendo que eres la nueva directora ejecutiva.

Tragó, no esperaba que Hanns se molestara en decirle a Harlen.

—No sé qué tengo que ver con los inversionistas... —Admitió, sonando insegura, su cabeza aun intentaba ordenarse.

— ¿Estas malditamente jodiendo conmigo? —El grito de Harlen sonó furioso— ¡¿Qué diablos hiciste?!

— ¡Lo mismo que tú! —gritó devuelta, él no tenía ningún derecho a reclamarle nada— Acepté lo que mejor me convenía, Hanns me ofreció un trato y lamento que te joda tanto no ser el próximo director ejecutivo, por lo menos ahora sabes cómo me sentí yo cuando...

—Dime que no firmaste nada... —la interrumpió, su voz sonando más baja entonces, pero no por eso menos tensa. Yelehen tragó antes de responder, manteniendo su voz firme.

—Si lo hice. —Escuchó una fuerte maldición venir del otro lado, una que la hizo apretar los dientes.

— ¿Qué diablos pasa contigo? ¡Te pedí que confiaras en mí!

— ¿Cómo podía hacerlo, Harlen? Ni siquiera fuiste capaz de ser sincero conmigo ¡Te pregunté miles de veces si querías el puesto! Tuvo que venir Hanns a decirme como era su maldito trato para fusionar sus empresas.

— ¿Qué mierda te dijo ese hijo de puta, Yelehen? –Su voz sonó tan filosa— porque no sé qué te haya dicho, pero te aseguro que yo no quería esa mierda de puesto, ni fusionar B.IPNE con él. Me obligó a aceptar el puesto a cambio de no quitarme a los inversores...

— ¿Que? —Aquello la hizo contener la respiración, el dolor en su cabeza se hizo más fuerte— creí que eso estaba resuelto cuando conseguiste la cuenta Williams... Él no... Dijo que el trato se terminaba pero no que... —Ni siquiera pudo terminar de hablar, las palabras se atascaron en su garganta.

—Sí, lo mismo me dijo a mí —Un profundo resentimiento se escuchó en su voz— pero luego cambió de opinión con respecto al trato... ¿Y sabes qué? aun así no acepté, joder... —Se quejó— ni siquiera acepté cuando me dijo que me quitaría a todos mis inversionista ¿Si quiera sabes que tiene un video nuestro?

— ¿Que?

—Maldición, Yelehen... ¿Qué hiciste? —Perecía quejarse consigo mismo.

— ¿Qué video? ¿De qué maldito video te estas refiriendo?

— ¡Puso cámaras en mi oficina! —Su grito resonó— maldita sea, voy en un taxi no puedo decírtelo, pero tu malditamente sabes lo que eso significa.

Dobles intencionesWhere stories live. Discover now