Cap.16 "Tendré que imaginarte".

En başından başla
                                    

—Bueno, tu nunca preguntaste —respondió encogiéndose de hombros—. Además es mío y tiene novia. Ahora adiós —se burló ella cruzándose de brazos.

Pasé mi peso de un lado al otro, tomando las correas de mi mochila solo por hacer algo. Porque en realidad quería desaparecer ya.

—Uy si —respondió la rubia riéndose y sacándole la lengua para caminar fuera del cuarto, siendo empujada por Brooke.

—¡Te espero cuando quieras, guapo! —dijo la otra cuando mi hermana dio un portazo y corrió hacia mi.

—Listo, dame tus manos —pidió sonriente cerrando los ojos pero yo no me moví.

—Brooke —le reclamé algo molesto.

—¿Qué? —preguntó abriendo los ojos con sorpresa.

—Te pedí que no hubiese nadie. Si hubieses estado aquí cuando llegué, esto no habría pasado. —Ella revoleó los ojos.

—Lo siento, ¿si? El profesor quiso preguntarme algo. Pero ya deberías ir acostumbrándote a los halagos, ¿eh?

—No, gracias. No me gustan —respondí extendiendo mis manos de mala gana.

—No cuando no son de Zoey —me corrigió sonriente.

Mi rostro se ablandó un poco, sabiendo que había dado en el clavo. Tenía razón y no iba a poder contradecirlo de ninguna forma.

—Ya dame tus manos. —Suavicé mi tono de voz porque tampoco quería que esta tontería arruinara el resto del día.

Aparecimos en su cuarto de la casa de Rose. Las paredes de color hicieron que se sintiera un día más soleado de lo que era pero se sintió pequeño y asfixiante cuando caí al suelo, por segunda vez.

Oía la voz de mi hermana, hablándome mientras sacaba agua de mi mochila y me la extendía. La bebí rápidamente y sentí un gusto metálico en la boca. Ella busco algo en mi mochila cuando me la quitó y pude ver sangre en la boquilla de la botella. Mis oídos se destaparon y la escuché por fin.

—Habla si me escuchas —pidió mientras limpiaba mi nariz.

—Estoy bien —mascullé, intentando encontrar mi voz.

—¿Qué te sucedió? —preguntó totalmente sorprendida—. No recuerdo la última vez que te agotó tanto un viaje.

—No lo sé —admití con la verdad—. Volver a casa la última vez que estuve aquí fue igual.

—¿Pero te sientes bien? —Me tomé de la cama y me senté sobre el colchón.

—Si, solo necesito unos minutos —susurré carraspeando mi garganta.

—Atlas —me dijo en tono de reproche y sabía lo que venía ahora—, ¿estás seguro que tienes esto bajo control? —preguntó poniéndose el cabello detrás de la oreja.

—Tranquila, puedo con esto —balbuceé, sintiendo mi cabeza pesada.

—Atlas, no quiero que volvamos a salir rebotados. Fue... horrible y en serio yo...

—Estaremos bien —la interrumpí tomando su mano—. Tranquila, puedo controlar esto. Lo he hecho durante muchos años.

—Pero jamás has viajado tantas veces en tan poco tiempo —me reprendió—. ¿No sería mejor que... vinieras... menos seguido?

—No —respondí levantándome de la cama y caminando de un lado al otro.

—Atlas, es preferible poder venir de vez en cuando, a que no poder venir nunca por querer estar siempre aquí —explicó mientras me veía casi enloquecer.

Nosotros ante todoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin