La Clase del 89' (Mycroft y tú)

Capítulo 56

Quizá el curso amara esa profesora. Pero Mycroft no. Él la detestaba. No era muy propio de él desarrollar odio hacia un profesor. Pero con Morgan había sido la excepción.

Siempre perdían tiempo de clase escuchando opiniones irrelevantes que poco o nada tenían que ver con el tema. Para colmo, calificaba según sentimentalismos. No por conocimiento. Tan solo se requerían un par de lágrimas y súplicas para que te diera ese punto extra que necesitabas. Con ella no existían los malos estudiantes ni los castigos. Todos eran iguales y todos se esforzaban de igual modo.

Una completa tontería, en opinión del pelirrojo.

"Con ese criterio, ¿quién se molestaría en esforzarse? ¿Qué sentido tendría estudiar si de todas formas el tonto está al mismo nivel del inteligente? Es una ridiculez."

Y, como si eso no fuera suficientemente malo, ahora esa mujer se había tomado el atrevimiento de ponerle una B+ en su ensayo de diez hojas.

¿Qué era lo que estaba mal? Mycroft no tenía idea.

"Muy bueno no es igual a un excelente. ¿En qué me equivoqué?" Renegó para sus adentros, observando directo a esos orbes grisáceos. "O mejor dicho, ¿en qué cree usted que me equivoqué?

— ¿Puedo saber el error? —preguntó, manteniendo su tono cortés.

Morgan ajustó sus lentes y leyó el ensayo. Cuando encontró la hoja indicada, se la tendió y le señaló cierto párrafo del medio que estaba subrayado con lápiz.

— Su trabajo es excelente en términos de redacción y gramática. Sin mencionar que su análisis psicológico sobre los personajes de Romeo y Julieta es impecable, salvo por ese párrafo.

Mycroft tomó su ensayo y tuvo que hacer horrores para no formar una mueca de desconcierto en su rostro.

— ¿Podría ser más específica?

— Bueno. En términos simples... —juntó sus manos sobre el escritorio—. Has dicho que el personaje de Romeo fue un incompetente por ser incapaz de tomarle el pulso a su amada antes de decidir suicidarse en un acto "exageradamente melodramático". —explicó, citando las dos palabras utilizadas en el escrito—. Y cuando describe a Julieta, hace hincapié en su dependencia emocional, falta de "irracionalidad" y autoestima para decidir suicidarse por alguien a quien había conocido hace menos de una semana.

— Profesora, con todo respeto, sigo sin comprender qué es lo que está mal.

Morgan suspiró pesadamente y habló.

— Señor Holmes, la obra de Romeo y Julieta es una representación de lo que uno puede estar dispuesto a hacer por amor. Los protagonistas se amaban tanto que, en un último acto desesperado por estar juntos, decidieron suicidarse y unirse para toda la eternidad. ¿Ahora lo comprende?

"No. Esa es su interpretación de la obra. Usted ve a una pareja de enamorados. Yo veo a una parda de idiotas que se suicidaron sin motivo alguno. Pero usted quiere ver romance. La fantasía. No quiere leer una opinión que contradiga sus creencias."

— Sí, lo comprendo. Gracias por su tiempo, profesora. —hizo un ademán con la cabeza.

— De nada, Mycroft. Que tengas un buen fin de semana.

El joven sonrió falsamente y salió del aula a grandes zancadas.

No había nadie en los pasillos, como era de esperarse a esas horas. Caminó hasta su casillero echando humos. Ese día se había quedado más tarde de lo habitual para poder dialogar con Morgan.