Capítulo 13

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Sonó la campana marcando el final del día. Anabeth guardó su material escolar y se dirigió a la salida. Maldijo para sus adentros al descubrir que afuera la lluvia caía a raudales. 

Contempló desde su lugar como padres, alumnos y profesores corrían de un lado a otro buscando sus paraguas o lugares donde refugiarse

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Contempló desde su lugar como padres, alumnos y profesores corrían de un lado a otro buscando sus paraguas o lugares donde refugiarse.

La mayoría de los estudiantes viajaban en auto, pero ella no contaba con esa suerte. Su padre no podía venir a recogerla y jamás llevaba un paraguas consigo. Nunca se había hecho la costumbre. Ahora sufriría las consecuencias de su desliz.

"Soy una idiota. Tendré suerte si no estoy con gripe para el final del día."

Bufó molesta, se levantó el cuello de su chaqueta y comenzó a caminar, esperando sentir las primeras gotas de lluvia empapar su ropa y cabello, pero eso no ocurrió. Volteó, solo para ver a Mycroft sosteniendo un paraguas sobre sus cabezas, protegiéndolos a ambos de la tempestad.

— ¿Por qué no llevas paraguas?

— Porque me encanta mojarme con la lluvia. —contestó con sarcasmo—. ¿Por qué crees?

— Te lo olvidaste.

Anabeth se encoge de hombros, resignada.

Desvía la mirada, descubriendo a la distancia el auto de los Holmes aparcado en la calle. Incluso sabiendo que vendrían a recogerlo, su amigo llevaba un paraguas consigo. Él no permitiría que la lluvia arruine su impecable uniforme.

"Siempre tan precavido." Se dijo la castaña para sus adentros.

— Qué remedio... —suspiró, observando la tormenta— Tengo que irme.

— Puedo llevarte. —sugirió, ladeando la cabeza hacia el vehículo.

Anabeth lo miró con sorpresa. La oferta era sumamente tentadora.

— No quisiera molestar.

— En lo absoluto. No quiero que contraigas una pulmonía. ¿De qué sirve una compañera de laboratorio si no puede presentarse a clase?

Anabeth sonrió divertida y asintió, dándole las gracias.

Los jóvenes salieron del recinto caminando hombro con hombro bajo el paraguas. El chico abrió la puerta trasera y dejó que ella se deslizara hacia el interior.

Ella saludó a Larry y se acomodó en el asiento con gusto. El interior del vehículo estaba con calefacción. Era sumamente confortable.

"Mil veces mejor que caminar bajo la lluvia."

Mycroft se acomodó a su lado y se colocó el cinturón de seguridad.

— Cambio de planes. ¿Podrías llevarla a su casa?

— Sí, joven Holmes. Me alegra volverla a ver, señorita Smith.

— Ay, vamos Larry. Me conoces. Sabes que puedes llamarme Anne, ¿verdad?

La Clase del 89' (Mycroft y tú)Where stories live. Discover now