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CAPÍTULO 2: DESORDEN

No fue capaz de responder nada más después de eso. En la cena su madre le preguntó por su estado y tampoco tuvo una respuesta para ella, por lo que solo pudo decirle que se debía a la universidad. Johannah notó la mentira, no obstante prefirió esperar a que su hijo se viera capaz de confesarlo sin forzarle.

El día siguiente por la mañana se vistió sin ganas, debatiendo consigo mismo si debía ir a clase o fingir una enfermedad. Se decidió por la primera, faltar el segundo día de clase sería un indicio sospechoso.

Zayn lo intuyó en el instante en que se encontraron en la puerta de su casa.

—Cuéntamelo todo.

—Sin querer le he mandado una foto en ropa interior a Harry y cuando me ha preguntado por mi identidad no le he respondido —fue directo. Conocía bien a su amigo y sabía qué detalles debía omitir.

—¿Sin querer? —cuestionó, analizando la gravedad de la situación que su amigo había creado—. ¿Era muy difícil empezar con un saludo?

—No me juzgues. Estaba nervioso y no sabía qué decir. La foto estaba ahí y yo solo estaba jugando. Luego se me resbaló el móvil y se mandó. Pasó muy rápido. —Su discurso fue confuso. Las palabras se removieron en el aire frío alrededor del omega mayor, el cual sutilmente lo entendió. Entonces negó, acostumbrado a ese tipo de torpezas.

—¿Qué te dijo él?

—Que si saludaba así a todo el mundo, a lo que respondí que solo a él y entonces me preguntó quién era.

—Dile quién eres —habló con tal tranquilidad que Louis dudó.

—Zayn, no tiene gracia.

—¿Prefieres ignorarle justo cuando tienes la oportunidad de hablar con él?

—No, pero definitivamente no quiero que sepa quién soy. Por obvias razones que veo que no comprendes.

—Entonces dile que lo adivine —agregó, creyendo que Louis no lo escucharía o lo rechazaría.

—Buena idea —exclamó descubriendo su android e ignorando los ojos en blanco de Zayn—. Espero que funcione.

Mi Hazza ❤️: y puedo saber quien eres?

Louis: puedes intentar adivinarlo

Mi Hazza ❤️: así que quieres jugar... Que me darás si acierto?

Louis: lo que tú quieras, pero solo tienes dos semana

Mi Hazza ❤️: esto se pone cada vez más interesante

Mi Hazza ❤️: no te arrepientas de tus palabras después porque por ahora sé que eres un omega al que le gusta escuchar conversaciones ajenas

Louis bloqueó rápidamente la pantalla al encontrarse en la puerta de la universidad. La mirada asustada con la que Zayn se encontró le hizo esconder una sonrisa divertida. No debía disfrutar así las torpezas de su amigo.

—¿Qué?

—Sabe que soy omega. Puede que realmente sepa quién soy. —Se mordisqueó las uñas ansioso.

—O tal vez solo lo ha adivinado —Zayn dijo en un intento de tranquilizarlo—. Ese culo da una buena pista.

—No lo sé... ¿Y si no es así y realmente lo sabe? ¿Qué crees que hará?

—Louis, tranquilízate. No lo sabe, confía en mí.

—Está bien. —Su inquietud no desapareció aunque lo hiciera parecer—. Por cierto, ¿dónde nos toca hoy?

—Edificio de medicina.

Su facultad aún en obras les hacía mendigar un año más por las instalaciones de otros grados contrarios a los suyos.

—Oh —protestó—. Dos horas seguidas con Alan. No sé si estoy preparado.

—Tendrás que estarlo en algún momento del año.

—No, no lo veo posible.

—Vamos, literatura no es tan aburrida.

—Lo es si es ese profesor quién explica.

Zayn movió la cabeza en negación. Su amigo podía exagerar sus respuestas cuando quería, lo que solía ser siempre, aunque en rara vez tuviera razón. Probablemente, la manera en la que su profesor de literatura inglesa se explicaba no era la más sencilla o divertida, sin embargo era la que mejores resultados les proporcionaba a todos, y eso era algo que se veía reflejado en las buenas notas de los alumnos.

Finalizado su recorrido por el pasillo, entraron en la última clase, aquella en la que sería impartida la asignatura ese día. El profesor ya estaba allí con las diapositivas proyectadas y la lista de alumnos en su mano, a punto de dictar.

La mayoría de asientos en las filas delanteras se encontraban ya ocupados, por lo que los dos omegas tuvieron que decantarse por los sitios del final.

—Vaya, ahora tendré que ponerme las gafas —se quejaba Louis.

—Así mañana te darás más prisa. —Louis suspiró teatralmente en respuesta mientras se dejaba caer sobre la silla de tenues colores.

El señor Rogers había comenzado a nombrar a sus alumnos, remarcando en rojo sobre aquellos que no se encontraban presentes, cuando por la puerta apareció una fragancia tan reconocible para todos.

—Harry está aquí. Está aquí. —Su mente sensible se entusiasmó y asustó en la misma medida, provocando una ola nerviosa en su anatomía que se mantendría allí unos largos minutos.

—Ya lo veo.

El profesor analizó al desconocido y le cuestionó:

—¿Puedes decirme tu nombre?

—Harry Styles. —Acomodándose las gafas apuntó el nombre en su lista.

—¿Eres nuevo?

—Solo he cambiado de optativa.

—Bueno pues bienvenido a mi clase Harry.

—Gracias.

El alfa, en lugar de reunirse con sus amigos, se decidió por tomar asiento justo detrás de Louis. Parecía capaz de entender los temores de los que era causante con tan sencillo acto. El omega se mordió el labio, temiendo que sus latidos acelerados fuesen percibidos por alguien más que no fuera él. Entendiendo que no era así, se calmó meramente.

Las dos horas se arrastraron en el reloj como una tortura petulante. Lo que en otra circunstancia hubiera sido su mayor alegría, por su torpeza, se había convertido en su mayor mal. Apenas fue capaz de tomar apuntes. Le resultaba imposible concentrarse en las palabras expresadas por su profesor cuando debía esforzarse en controlar su aroma voraz, el cual vacilaba con exponerle verdades no pronunciadas todavía a un depredador con ansias de saber y vencer. No lo permitiría.

Con la despedida del señor Rogers, Louis luchó contra su naturaleza que le rogaba escapar y mantuvo la compostura, no queriendo hacer sospechar a los que le rodeaban, en especial al alfa. Aunque breve fue su sufrimiento cuando Harry cogió sus cosas y se fue sin esperar al resto de su grupo. ¿Jugaba con él o de verdad no sabía nada? Inseguro, prefirió no especular, eso solo le causaría más estrés.

No obstante, el mensaje que recibió lo causó en su lugar.

Mi Hazza ❤️: ya sé quien eres

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