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CAPÍTULO 8: CAUSALIDAD

Louis leía los mensajes una y otra vez. Tenía un brillo particular, sonriendo como un niño pequeño frente a la pantalla de su móvil. No creía que nadie tuviera el poder de arruinar ese momento, ni el frío calando sus huesos por estar sentado ni el tumulto de gente que se arremolinaba a su alrededor con palabras y pensamientos más altos que murmullos. Se equivocaba tan drásticamente.

—¿Qué haces aquí solo sonriendo como un tonto? —El hermano de Natalie apareció de repente, asustando al omega que escondió su teléfono en un acto reflejo.

—¿Qué más te da? —señaló en un suspiro. Comenzar una conversación irritante con Roy era lo que menos deseaba. Apenas podía soportar su presencia cuando su hermana los controlaba, lo vislumbraba imposible si se encontraban solo ellos por mucho tiempo.

—Tan insoportable como siempre. —Roy rodó sus ojos grises, tomando asiento cerca del omega. Él se tensó ante el acto, alejándose unos centímetros de la incómoda compañía.

—Si tan insoportable te parezco no vengas a hablarme —señaló lo obvio, rugiendo como un lobo cansado y acorralado. La confianza y el fastidio de su respuesta eran visibles a partes iguales.

—No tengo opción, es divertido molestarte.

—Solo lo es para ti.

—Sí, cómo sea. ¿Has estudiado para el examen del viernes? —Cambiar de tema de conversación en el momento menos indicado era una de las cualidades que más le enorgullecía. La primera era poner nervioso a Louis, aunque nunca en el sentido que Roy quería.

—No. Todavía —contestó, acostumbrado a sus impulsivos giros de argumento.

—¿Vas a esperar hasta el último día?

—Quizá lo haga, no es difícil. Solo hay que leer un libro, que ya he leído, y el resto es un poco de teoría.

—¿Un poco? ¿Veinte páginas te parecen un poco?

—Son referidas al libro, así que sí. Un poco —Se encogió de hombros extrañado. No acostumbraban a tener conversaciones meramente tranquilas sobre sus clases.

Roy calló un segundo, enredando sus dedos en sus cortas ondas negras. Parecía pensar lo que diría a continuación con recelo, insistiendo en que sus palabras debían ser las correctas esa vez.

—Si tan fácil es, podrías estudiar conmi-

—Zainee. Nati —Louis chilló al ver a sus amigos, ignorando completamente cualquier cosa que Roy le estuviera diciendo. Nada importante o de su interés, probablemente.

Zayn fue quien recibió el saludo de Louis en un cálido abrazo mientras la beta se centraba en la inesperada presencia de su hermano.

—Oh Roy, estás aquí —la confusión se cernía en su rostro—. ¿No habías dicho que te irías directamente a casa?

—Sí, pero he decidido esperar a mi hermana favorita. ¿Algún problema?

Louis le dirigió una mirada cargada que sin el efecto de sus supresores se habría notado también en su aroma. Tenía demasiados problemas con él allí para empezar a enumerar. No los diría en voz alta, sin embargo. Una nueva discusión con el beta sería una pérdida de tiempo.

—No digas tonterías. Soy tu única hermana —mencionó vacilante.

—Y por eso eres mi favorita —recogió su mochila y añadió—: ¿Nos vamos?

—Sí. Adiós chicos. Hasta mañana —se despidió agitando su brazo.

—Adiós Nat.

Ambos omegas se dispusieron a regresar a casa, hablando sobre asuntos relevantes a la universidad hasta que se encontraban a una distancia prudencial.

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