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CAPÍTULO 12: CONFESIONES, ALTERCADOS, DECISIONES

Louis estaba nervioso, extrañamente nervioso. Su aroma picante predecía sus sensaciones. Roy era beta, él no podría olerlo ni siquiera sin los supresores del omega. No lo necesitaba de todas formas, podía intuirlo a través de sus ademanes, de su forma nerviosa de maltratar sus labios o de jugar con los bordes de sus mangas.

Roy lo miraba insistente, comenzando a dudar de las razones por las que se encontraban en uno de los sitios menos transitados de la facultad.

—Estás muy serio y me has traído a un lugar apartado... ¿Quieres confesarte o algo?

—¿Qué? —exclamó desconcertado—. No, nada de eso.

—¿Entonces? —pronunció en un tono opaco que Louis no supo descifrar.

Cogió aire en un intento de tranquilizarse y aclarar sus ideas para a continuación decir:

—Sé que fuiste tú —su frase fue insuficiente para Roy, el cual en un movimiento le instó a continuar en su confesión. El omega suspiró añadiendo—: Harry, su exnovia, la fiesta, los mensajes... ¿Te suenan?

—Ah, eso. —Sonó tan tranquilo.

—No digas "ah, eso". ¿Entiendes que Harry quiere matarte ahora mismo?

—¿Cómo lo sabes? —No parecía preocupado por el hecho de que un alfa iba tras él, en su lugar se vio afectado por un asunto que para el omega carecía de importancia.

—Es lo que dice todo el mundo —mintió. Roy no se merecía ningún detalle sobre su vida privada—. Y tratándose de Harry no será mentira.

—¿Y qué pasa? ¿Estás preocupado por mí? ¿Tienes miedo de que me haga daño?

—Eres el hermano de una de mis mejores amigas, no quiero que ella sufra. Es mejor para todos que esto se resuelva sin ninguna pelea. —Su discurso sonaba practicado, como si hubiera ensayado frente al espejo cada palabra que iba a decir. Sin fallos. Sin titubeos. Preciso en la entonación, hasta que la mirada filosa del beta atravesó su cuerpo.

—Quizá sea eso lo que quiera, una pelea.

El omega frunció el ceño completamente confundido. Roy podía ser estúpido muchas veces, pero nunca lo había sido tanto como esa vez.

—¿Por qué querrías pelear con un alfa?

Roy parecía pensarse la respuesta, moviendo los labios para terminar sin decir nada concerniente o meramente de interés.

—No te metas en esto, no es de tu incumbencia.

—Claro que lo es. No puedes sencillamente hacer algo así sin ninguna razón lógica —se quejó cruzándose de brazos.

—Supéralo Louis, da igual lo que hagas; Harry nunca se fijará en ti.

Sus brazos cayeron y sus ojos se abrieron. La inesperada declaración lo había consternado lo suficiente para que la fuerza de voluntad que lo acompañaba comenzara a disiparse.

—¿Qué? Tú, ¿cómo lo sabes? ¿Natalie...?

—Natalie no me ha dicho nada porque ella no lo sabe. Lo he descubierto solo, eres demasiado evidente.

—Da igual —Louis se sacudió, no dejándose dominar por los nervios—. Que me guste o no no importa. No puedes hacer esas cosas sin sentido. Tienes que disculparte.

—No voy a hacerlo. Puedes decirle a quien quieras que he sido yo y que si Harry quiere pelea le estaré esperando.

Fueron sus últimas palabras.

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