A la mañana siguiente....

Abrí mis ojos y voltee hacia el reloj, eran las once de la mañana y nadie me había despertado. Quite las cobijas de mi cuerpo y lo estire haciendo que mis huesos tronaran ante el movimiento, suspire pasando mis puños por mis ojos para alejar el sueño, me senté en la cama poniéndome mis pantuflas, me puse de pie y caminé hacia la puerta para salir de la habitación. Pasé por el pasillo mirando hacia las habitaciones que estaban vacías, baje las escaleras trotando y en la sala encontré a Cameron.

—Hey, ¿dónde están mamá?—pregunté y él me miró.

—Están en el jardín preparando todo para la comida—asentí acercándome a él para darle un beso.

—Diles que ya desperté, iré a arreglarme—él asintió y subí de nuevo la escaleras, entre a mi habitación y fui al armario, busque unos jeans blancos pegados a mis piernas y rotos de la rodilla, caminé hacia donde tenía las sudaderas y tomé una negra del tour de mi mamá, ya que el día era frío. Caminé hacia el cajón y tomé unas bragas y un sujetador negro de encaje, salí del armario y fui hacia el baño.

Después de secar mi cuerpo coloque mi ropa, estaba temblando por el frío que sentía aunque la calefacción estaba encendida, fui rápido a buscar otros calcetines y me los coloque, caminé hacia mis zapatos y tomé mis vans negros, me los coloque, amarre las cintas y después me puse de pie para secar mi cabello con la secadora para después cepillarlo. Puse un poco de perfume y me miré por última vez al espejo, en ese momento sonó el timbre de la casa, caminé hacia la ventana y pude ver a mis tíos y amigos bajar de sus autos, un auto entro y de el bajo Emilia con su hermana y mis tías. El momento había llegado.

Salí de la habitación cerrando la puerta, caminé por el pasillo guardando mi celular en el bolsillo de la sudadera, baje las escaleras y escuché como todos se saludaban. Llegué al último escalón cuando Emilia entró detrás de sus madres, me sonrió y no pude evitar sonreír aun más al verla, caminé hacia ella y le di un pequeño beso en los labios.

—Y tus tíos en el olvido—me sonroje al escuchar a mi tío Harry decir, suspire y empecé a saludar a todos, después me aleje y volví a acercarme a Emilia que no dudo en pasar su brazo por mi cintura para abrazarme.

—¿Cómo dormiste?—escuché la voz de Emilia preguntar en un susurro en mi oído.

—Mejor que nunca—ella sonrió y dejó un beso en mi mejilla.

—Pasemos todos al jardín, ya esta todo listo—entró mi mamá Lauren a la sala para avisarnos, todos la siguieron y yo hice el amago de hacerlo pero Emilia me detuvo.

—¿No se te olvida algo?—sonreí y tomó mi mano para colocar el anillo en mi dedo—. Mucho mejor.

—¿Si?—pregunté y asistió riendo, caminamos de la mano hacia el jardín donde ya estaban todos platicando, los chicos estaban en una esquina hablando entre ellos mientras los adultos estaban en diferentes lugar tomando cerveza y hablando, nos acercamos a nuestros amigos que sonrieron al vernos juntas.

—¿Se lo dirán hoy?—preguntó Eva al ver mi anillo en mi mano.

—Si, hoy hablaremos—asentí mirando hacia mi mamá Lauren.

—Perfecto, quiero ver acción—hablo Santiago frotando sus manos, reí con él.

—Aun no puedo creer que ya casi no nos veremos, todos tomamos caminos muy diferentes—mencionó Nia bajando la mirada. Sonreí con tristeza, en verdad los extrañaría demasiado.

—¡Chicos, vengan a comer!—escuché la voz de mi tía Vero, suspiramos antes de ir detrás de los chicos.

—Todo saldrá bien, juntas—me dijo apretando mas mi mano y sonreí asintiendo, nos sentamos juntas en la mesa larga, todos empezaron a comer la carne que había hecho mi madre Lauren, hablan animados acerca de varios temas y en un momento salió el tema de la universidad.

Lover (Claemil)Where stories live. Discover now