Capítulo 29

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Narra Clara


—Me encanta esto—le hable y ella servía un poco vino en una copa mientras estábamos sentadas en la arena con el pequeño picnic que había organizado.

—Me alegro de eso, quiero darte lo mejor—sonreí como estúpida al escucharla, en verdad la amaba. Empezamos a comer lo que ella había echo, me contó que sus mamás le ayudaron a preparar la pizza y el sushi que estábamos comiendo. Reíamos contando sobre las aventuras que habíamos tenido cuando éramos unas niñas, sobre los celos que eran inocentes pero que hoy en día ya sabíamos que no eran tan inocentes.

—Esa niña era nueva y quería que se sintiera cómoda—me explico y yo rodee los ojos— pero cuando tú llegaste se asustó.

—No le dije nada, no exageres—ella me miró sonriendo.

—Llegaste y le dijiste que se alejara de mi, que yo era solo tu mejor amiga, gritándole—se soltó a reír y yo bajaba la mirada sonrojada.

—Bueno ya, no es para tanto, pasó en la primaria—se acercó a mí riendo mientras me abrazaba y dejaba besos en mis mejillas.

—Pero así te amo, y mucho—tome sus mejillas para acercar sus labios a los míos y besarlos tan lentamente, demostrándole lo mucho que yo también la amaba. Me tomo de la cintura y apretó suavemente cuando mordí su labio inferior, me separé de ella con la respiración acelerada y mirándome a los ojos me habló.

—Solo pasará si tú quieres que pase—acaricie su mejilla mirando sus ojos y después sus labios.

—Entremos—ella se puso de pie y luego me ayudó, tomo mi mano apretándola un poco para después empezar a caminar hacia el interior de la casa. Subimos las escaleras de maderas sin apresurarnos, ambas estábamos nerviosas y lo podía sentir. Nos adentramos y le sonreí sin mostrar mis dientes, ella entendió y camino de nuevo pero ahora con dirección a la habitación, volvimos a subir las escaleras para después caminar por el pasillo y entrar a la habitación que le pertenecía a ella, cerró la puerta y frente a la cama nos detuvimos, mirándonos frente de frente.

—¿Estás segura?—pregunto acomodando un mechón de mi cabello detrás de mí oído.

—Contigo siempre—pase los brazos por su cuello y la acerque a mi para empezar a besarla, acariciaba su cabello de la nuca, sentí como metía sus manos por debajo de mi suéter y acariciaba lentamente mi abdomen, mordí su labio un poco cuando una sensación me golpeó al sentirla tocarme así. Tomé el inicio de su blusa color negra y la levanté para poder quitársela, levanto los brazos mientras veía cada uno de mis movimientos. Dejé la blusa caer al suelo y admire lo hermoso que se le veía el sujetador negro de encaje que traía puesto, mordí mi labio inferior mientras me acercaba y dirigía mis labios hacia su cuello para dejar un pequeño beso en el.

—Te amo—me dijo al oído antes de que me alejara de ella, tomo el inicio de mi suéter para deshacerse de el y cuando ya estuvo en el suelo, me tomo de la cintura acercándome a ella para besarme más profundo, su lengua paso por mi labio inferior y dejé que invadiera mi boca, nuestras lenguas se enredaron mientras ella llevaba sus manos por toda mi espalda y la acariciaba, subió más llegando el broche de mi sujetador para desabrochar lo, se separó de mi y lo deje caer al suelo. Su mirada cayó a mis pechos y la mire suspirar, me dio media vuelta y dejo que me acostara en la cama— eres tan hermosa, tan perfecta—llevo sus manos al botón de pantalón, lo fue bajando mientras daba pequeños toques a mis piernas. Me dejó con las bragas puestas, fue subiendo mientras daba besos por mis piernas haciendo que cerrara los ojos por la sensación que me hacía experimentar.

—Por favor, quita tu ropa—le suplique cuando llegó a mi cuello para besarlo, necesitaba sentir su piel con la mía.

—Lo que tú le pidas, amor—se alejo de mi para volver a ponerse de pie y empezar a desnudarse, quitando su pantalón, después su sujetador dejándolo caer al suelo, ¿era normal encontrar todo en ella sexy? Porque así lo encontraba, la veía frente a mi con solo sus bragas y ya me sentía húmeda. Me puse de pie y la pegué a mí para poder sentir su suave piel en la mía, acaricie sus brazos mientras llevaba mis labios a su cuello y empezaba a besarlo con tanta hambre, sentía como sus dedos se encajaban en la piel de mi espalda mientras lo hacía y soltaba pequeños gemidos, empezaba amar el sonido de su voz así. Fui hasta sus labios para poder besarlos, los necesitaba tanto de nuevo, lleve mis manos a su bragas y las baje para que cayeran en la alfombra, ella no perdió tiempo y repitió mi acción. Ahora ambas estábamos completamente desnudas mientras nuestros labios y lenguas luchaban para ver quién ganaba esa batalla, volvió a recostar me pero esta vez ella me siguió para no dejar terminar el beso, abrí mis piernas y ella encajo en mi haciendo que nuestras bocas soltaran un gemido por sentir nuestros centros tocarse— te necesito, necesito todo de ti—me hablo sin separar nuestros labios.

Lover (Claemil)Where stories live. Discover now