Capítulo 6

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—¡Vamos Clara!—la animó una vez más Emilia. Veía a Clara correr por le campo y haciendo lo que ella sabía hacer con el balón, iré impresionante como es que movía el balón entre sus pies y hacía que sus rivales se confundieran por los movimientos rápidos, ella amaba ver a Clara hacer eso.

Vio como le dio un cambio de juego a su compañera por la banda derecha y corrió, en el momento que Emilia se paró para celebrar el gol al igual que todos los del colegio, el abanderado marco fuera de lugar— ¡vete a la mierda!—le grito con todas sus fuerzas y todos en la tribuna la apoyaron.

—¿Puedes tranquilizarte?—le pregunto Nia asustada al igual que su amiga Eva, los únicos que se divertían al verla así eran Daniel y Santiago.

—¿Que no viste?—le pregunto apuntando hacia la cancha— Clara estaba habilitada, ¡eso no era fuera de lugar!—volvió a gritar haciendo que Nia rodeará los ojos. Volvieron a mirar el partido amistoso que había realizado el colegio para la temporada que se venía para el equipo femenil.

—¡Gol!—gritaron todos a coro cuando una chica del equipo le había dado un pase bombeado a Clara y está había llegado desde atrás marcando el gol de cabeza.

—¿Eso no te parece fuera de lugar imbécil?—le grito al abanderado enojada, miró a Clara y está reía por sus gritos, le mando un beso y formó un corazón con sus manos dedicándole el gol.

—Basta, son demasiado tiernas—escucho decir a Santiago, se sentó de nuevo en la grada suspirando.

—Me dedico el gol—dijo con tono demasiado empalagoso.

—Si, como siempre lo hace—hablo Nia riendo y los demás la siguieron.

—¿Realmente siempre lo hace?—les pregunto Daniel sonriendo.

—Si, ella tiene la costumbre de meter dos goles en los partidos, un gol es dedicado a su familia y el otro a Emilia y si su familia no puede venir se los dedica a ella—le explico Eva mirando a Emilia que estaba muy atenta al juego.

—Y si no viene Emilia se los dedica solo a su familia—aseguro Daniel y de inmediato los adolescentes lo miraron— ¿que?—pregunto confundido por las miradas.

—Emilia nunca se pierde un partido de Clara—le dijo Santiago riendo— desde que tiene siete años, a esa edad fue su primer partido—le explico— nunca se ha perdido un solo juego de Clara.

—¿Nunca?—pregunto sorprendido.

—Nunca, es una promesa que hicimos, yo no faltare a ningún partido de ella y ella no faltará a ninguna competencia mía—esta vez le explicó Emilia sin dejar de ver el campo.

—¿Te acuerdas de esa vez que estabas enferma de la fiebre y no faltaste?—le pregunto riendo Eva— ella estaba prácticamente muriendo pero estaba en la grada apoyándola.

—Debes de estar muy loca—dijo negando Daniel, él no podía creer.

—Pues no lo estoy, una vez nos peleamos y aún así ella fue a una competencia apoyarme, una promesa es una promesa—le dijo como si fuera lo más obvio de este mundo, Daniel miró a los otros adolescentes y estos solo levantaron los hombros sonriendo. El árbitro hizo sonar su silbato y el partido termino, todos en las gradas se pararon para poder aplaudir al equipo que había ganado tres a cero, con gol de Clara y los otros dos goles con asistencia de ella. Vieron como el director se acercó a Clara, felicitando a su joyita del equipo.

—Felicidades, excelente juego—escucharon como le decía cuando se acercaron a ella.

—Gracias, pero yo no hice el partido sola—le dijo sonriendo sin mostrar sus dientes— mi equipo es el mejor—apunto hacia las chicas que estaban detrás de ella y todos volvieron aplaudir.

Lover (Claemil)Where stories live. Discover now