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La isla Esme había sido una buena opción para que Isabella Swan se escondiera, ningún Cullen había ido a buscarla allí ya que creían que no sería capaz de ir tan lejos o a tal familiar lugar

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La isla Esme había sido una buena opción para que Isabella Swan se escondiera, ningún Cullen había ido a buscarla allí ya que creían que no sería capaz de ir tan lejos o a tal familiar lugar.

Bella pasó allí alrededor de cinco meses, alimentándose de los animales que habitaban en la isla. Tenía planeado volver, sí, pero estaba esperando el mejor momento para hacerlo, y aquel momento parecía ser ese.

Cuando la vampiresa abandonó la isla, sintió que dejaba atrás uno de los momentos en los que había sido completamente feliz. Aquella isla le había dado recuerdos únicos que, por desgracia para ella, se habían manchado cuanto su hermana apareció y soltó todo aquello; Isabella se sentía traicionada por el vampiro al que amaba, Bella nunca se imaginó que Edward sí sería capaz de terminar enredado por los encantos de su hermana. Xanthe siempre había sido así, la gente la amaba nada más conocerla, pero Bella pensó que aquella vez iba a ser diferente, pensaba que Edward no caería tan fácilmente y que su amor por ella era realmente fuerte como para no estropear su relación.

Bella había sentido su mundo desmoronarse en el momento que las palabras hirientes y destructivas escaparon de los labios de la pelinegra, más aún cuando observó con mayor cuidado y notó el escalofriante parecido entre su esposo y la hija híbrida de su hermana. Un sentimiento asesino cruzó su cuerpo y, sin dudar, quiso acercarse a esa niña para acabar con ella. Isabella odiaba a esa cría.

Lo pasó peor cuando se dio cuenta de que todo el drama había sido visto por el clan Volturi y los aliados que habían tardado días en conseguir, ellos habían venido para salvar la vida de Renesmee, no para ser espectadores de la réplica de una mala telenovela. Isabella no aguantó la vergüenza y estalló contra su marido, bajó su escudo y dejó que Edward leyera todos y cada uno de sus pensamientos, los insultos habían volado a la mente del cobrizo. Lástima que la neófita no se había dado cuenta en ese momento de que también dejó que el contrario viese las atrocidades y continuas maldades que la de chocolate cabello le hacía a su hermana cuando eran más jovenes.

Cuando los Volturi se fueron, Bella también vio marchar a Xanthe junto con aquel atractivo vampiro que había acompañado a la niña, la mayor quiso ir detrás de su hermana y acabar con su mísera vida de una vez por todas, pero todavía tenía que guardar un poco las apariencias ante los vampiros presentes que aún estaban allí. Bella salió disparada hacia la residencia de los Cullen y allí esperó a que el resto de la familia llegara.

Carlisle había sido quien tuvo que disculparse con todos los presentes, el pobre vampiro no supo cómo reaccionar en el momento que las verdades habían comenzado a salir a la luz y aquello lo había frustrado. Quería intervenir, más la cantidad de cosas que la joven Xanthe Swan había comenzado a soltar lo habían dejado estático, estático y profundamente decepcionado tanto en Isabella Swan como en su hijo Edward.

Cuando el último vampiro abandonó Forks, el doctor pudo volver a su hogar, aunque hubiera preferido no haberlo hecho. La casa era un completo desastre, los furiosos gritos de Isabella se escuchaban por todo el lugar mientras el cobrizo intentaba calmarla y que hablaran tranquilamente, alegando que su comportamiento no iba a solucionar nada. Bella no se detuvo, siguió berreando y soltando insultos por doquier sin ni siquiera importarle quién pudiera escucharla. Rosalie había salido disparada a avisarle a Esme que sería mejor que no volvieran hasta que el Sol comenzara a caer. La mujer comprendió que la situación debía ser mil veces peor si no querían que la niña volviese de momento.

Edward realmente no tenía excusa para la que había hecho, tampoco tenía pensado pedir perdón hacia su esposa luego de enterarse de todo lo que ella había intentando hacer con los años. El cobrizo ahora se arrepentía de haberla salvado de haber sido arrollada por el vehículo de Tyler Crowley. Aún así intentó dialogar con ella, de forma inútil pero lo intentó.

Isabella Swan abandonó al clan Olímpico dos horas después cuando el Sol amenazaba con ocultarse.

Renesmee tampoco la volvió a ver.

La vampiresa admitía que extrañaba a su hija, pero el simple hecho de saber que una igual y con mayor parecido a su, ahora, ex-esposo la encolerizaba. Bella se negaba a aceptar que tanto la odiosa de Xanthe como ella tenían una hija del mismo hombre.

Un sentimiento de furia se instaló en su pecho cuando pisó Forks, aquel lugar hizo que los recuerdos de la primera vez que había estado en el pueblo luego de mudarse llegaran a su mente como dagas directas al corazón. Bella se sentía asqueada. Aquel lugar la asqueaba.

Obviamente no dudó en dirigirse directo hacía la reserva de los Quileutes, hablaría cuanto antes y se iría cuanto antes. Quería evitar a su hermana, a su padre y los Cullen, no quería verlos a ninguno de ellos.

El familiar bosque lucía tranquilo, calmado y harmonioso; podía decir que aquello sí lo había extrañado. Se notaba que Mayo había traído consigo lluvias y el suelo estaba completamente húmedo y resbaladizo. Bella había comenzado a caminar a través del bosque sin preocupación alguna, estaba esperando la aparición de alguien en particular y su olor haría las cosas aún más sencillas para ella.

Fueron diez minutos más los que tuvo que pasar dando vueltas por los alrededores para que el olor nauseabundo a perro se hiciera presente frente a ella, Isabella arrugó su nariz en señal de desagrado. Hacía varios meses que no olía aquel aroma y, sinceramente, no lo había echado de menos. Bella comenzó a correr entre los árboles en el momento en el que varios gruñidos se comenzaron a escuchar detrás de ella, aquello la había hecho sonreír en grande hacia la nada.

La vampiresa comenzó a saltar de un lado a otro en forma de burla, molestar a los lobos la estaba entreteniendo. Sin embargo, la diversión no le duró mucho, el resbaladizo suelo se encargó de terminar con su (aparentemente) maravilloso pasatiempo. Isabella cayó de boca, con su rostro pegado al suelo. Con molestia intentó levantarse, más la gran pata de un lobo hizo que se cabeza terminara nuevamente enterrada en el sucio suelo.

Bella se movió como pudo, quitando aquella pata de su cabeza. Dándose la vuelta observó un gran animal de llamativo y abundante pelo negro que gruñía hacia ella con máximo desagrado. La vampiresa dejó ver un atisbo de sonrisa cuando el girar la cabeza pudo observar a varios lobos más a su alrededor.

Quitando al negro lobo de encima suya la fémina se colocó frente al grupo.

— Qué bueno verte de nuevo, Sam. Tengo una propuesta para ti.

DESIRES; edward cullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora