Capítulo 19

17.3K 1.6K 733
                                    

No ganes el mundo y pierdas tu alma, la sabiduría es mejor que la plata o el oro —Bob Marley.

FRANCESCA

—¿Vas a seguir enojado? —pregunto.

—No estoy enojado.

—Sebastián, desde que me viste en la mañana con Alec no me hablas.

—Te estoy hablando.

—Sabes a lo que me refiero.

—No, no lo sé, supongo que no te conozco como creía.

—No seas injusto.

—¿Injusto yo? —pregunta ofendido.

—Si, tú.

—La única injusta eres tú. ¿Qué es lo que sigue?, ¿también recibo órdenes de él ahora?

—No seas infantil —advierto—.Y no digas "también" porque de mí no recibes órdenes, somos amigos.

—¿Los somos?

—¡Claro Sebastián! —suspiro—. A ti te lo iba a contar, pero pasó anoche, no tuve tiempo.

—¿Te enamoraste en una noche?, que romántico —dice con evidente sarcasmo.

—¿Enamorarme?, bájale tres rayas a tu intensidad, no estoy ni cerca de estar enamorada.

—¡Eso es peor!, traicionaste mi confianza por algo que no es amor.

—No te traicioné, estás exagerando.

—Tienes razón, me pegó como un cobarde, pero el exagerado soy yo.

—En eso no exageras, pero yo hablé con él sobre eso.

—Si, algo me dijo, pero no me pidas que le crea.

—Nunca te lo pediría, tú sólo date la oportunidad de ver sus acciones y juzgar por ti mismo.

—¿Desde cuando sientes algo por él? —suspiro.

—No lo sé, anoche cuando Bruno me dijo que estaba en peligro fui sin pensarlo, hice cosas impulsivas y... volví a matar a un hombre, de hecho fueron tres —susurro recordando a los que les di un tiro en la frente.

Sebastián nota la angustia en mis ojos y me abraza.

—No te culpes por eso, si lo hiciste fue por algo, tú no eres mala, sólo estás metida en esta mierda. Recuerda, si no eres cazador, eres la presa, se le llama sobrevivir.

—Lo hice para salvarlo, Sebastián. No sé que siento por él, sólo sé que me gusta un poco y entendí muchas cosas que hizo. No lo amo, mucho menos lo quiero—aclaro—. Pero quizá siento algo desde hace poco y no lo notaba porque peleábamos todo el tiempo, cuando dejamos de hacerlo me sentí vacía, sé que suena estúpido, pero una parte de mí quería la atención de Alec, no sé cómo explicarlo.

—Ya, tranquila, respetaré tu decisión, pero no la comparto, sé que te va a romper el corazón, las personas como Alec no saben lo que es querer y cuándo lo rompa quiero que vengas a mí, yo voy a estar siempre, en las buenas, en las malas y en las realmente jodidas, somos familia, somos hermanos.

—Te quiero, Sebastián.

—Sabes que yo igual.

Luego de hablar un poco más de cosas sin importancia en el piso de los empleados, me dirijo al mío.

Definitivamente debo poner más ojo en ciertas cosas.

Me acuesto en mi cama y comienzo a jugar y descubrir cosas en mi teléfono cuando este suena anunciando una llamada de Alec.

Ante los ojos de Roma | [Roma #1]Where stories live. Discover now