Capítulo 16

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El deseo de alcanzar las estrellas es ambicioso. El deseo de llegar al corazón es sabio —Maya Angelou.

FRANCESCA

Han pasado tres semanas. Las cosas han marchado relativamente bien, la cercanía con los trillizos es buena, pero asombrosamente debo decir que mi relación con Bruno es totalmente agradable, no quiero decir que nos adoramos, quiero decir que tomamos una confianza como para insultarnos cruelmente y a los segundos reírnos de nuestros propios insultos, ¿quien lo diría?, hace un mes le estaba disparando en la oreja, un mes...

Mi tiempo como Carla Warren se había acabado, ¿que mas quisiera yo que volver?, pero ya estaba olvidada, ahora soy Francesca Prada, me guste o no, ahora tengo a Sebastián, a los trillizos, a Bruno y a Katya...

Me sorprende ver su mejora, con Sebastián vamos a verla casi todos los días, estar con ella en mi tiempo libre es genial. Sebastián en un principio se sentía apenado, pero logré convencerle de que yo visitaba a Katya por ella, no por él, de verdad compartir mis horas con ella es lo mejor, somos tan parecidas, ambas disfrutamos de la simpleza de un juego de mesa, los cuales por cierto, tomé la costumbre de comprar, tengo su habitación repleta de ellos. Elegirla como amiga fue una buena decisión.

Como dije, las cosas han marchado relativamente bien, pequeñas cosas me perturban, ¿una de ellas?, fácil, tiene nombre y apellido.

Florencia Prada, quien junto a su hermana Valentina, no desperdician ocasión para ser unas completas perras. La última vez que las vi notaron que mi camisa no era lo suficientemente colorida y decidieron agregarle una taza con café, ¡Dios!, con mi impulsividad estuve a nada de reventar sus cabezas huecas haciéndolas chocar entre si para ver si algo hacia contacto ahí dentro, por suerte, para ellas... ese día se encontraba Sebastián, quien sin hacer escandalo me sacó de ahí dejando una batalla campal. Ya que Sebastián no era el único ahí, también se encontraban Chiara, Antonella y Fiorella, quienes al ver lo sucedido sorprendentemente se levantaron en mi defensa, no me quiero hacer ilusiones con eso, he sido lo suficientemente observadora para darme cuenta que entre ellas existe cierta tensión desde mucho antes que yo llegara, hasta me atrevería a decir que hay odio entre ellas. No sé lo que pasó para que llegaran hasta ese extremo y la verdad no me importa.

Antonella, Chiara y Fiorella me buscaron después, pero las he evitado, me escondo y voy por otro lugar, trato de topármelas lo menos posible, si bien, me defendieron no confío en ellas, hay algo que no me cuadra...

Bueno, hay muchas cosas que no me cuadran, como el cambio de actitud de Alec. El día que me dejó como estúpida esperándolo en la piscina por una hora completa, me di cuenta que una persona como él nunca cambiaría. Se estaba demorando tanto que fui a ver si le había pasado algo, de camino a la caseta me encontré las toallas en el piso, el muy imbécil no fue capaz ni de pasármelas en las manos, las dejó ahí tiradas. Ya me lo imagino diciendo; recógelas del suelo como la basura que eres...

Me imagino lo estúpida que me debí ver desde las cámaras esperándolo, ¡Dios, una hora!, esa noche se comportó tan bien, bajé la guardia y me dejé llevar, todo iba bien, incluso me topé a Sebastián y me dijo que la salud de Katya estaba mejor.

Sentí tanta rabia que me fui a mi piso sin siquiera tocar sus mugrosas toallas, me di una ducha con agua caliente y me abrigué, aún así estuve casi dos semanas estornudando cada dos minutos. Recuerdo que al día siguiente me preparaba para la batalla campal con él, me preparé para cada insulto, le tenía una respuesta para todo y subí mi nivel de sarcasmo al cien, y él... Él ni me miraba, no recibí ni una burla, ni un insulto, solo vagas palabras para lo justo y necesario.

Ante los ojos de Roma | [Roma #1]Where stories live. Discover now