17. Amanecer

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Despertar con la cara de Adrien frente a ella era algo que solo le pasaba en sueños, por eso no pensó que en ese momento fuera diferente. Tenía los ojos aún entrecerrados mientras observaba como el chico zarandeaba con suavidad su hombro, intentando despertarla.

–Marinette–La llamó su dulce voz.

–¡Qué bonito sueño!– Exclamó, acomodándose mejor en la cama para observarlo –Hacía tanto que no soñaba contigo. Todavía no entiendo cómo puedes ser tan hermoso – Sonrió con gusto –Ahora es cuando intentas besarme... Aunque esta vez me apartaré, tengo novio...

Adrien se tensó a su lado, lo que de alguna manera la confundió. En sus sueños Adrien no se tensaba, actuaba decidido por lo que sentía por ella. Se comportaba más como su amigo Chat Noir.

–Marinette... No estás soñando.

–Eso dices siempre... mmm ¿Dónde está Ti...?

Fue interrumpida por la voz de Alya, que había subido también a la cama y la observaba con cara de pocos amigos.

–Despierta y deja de hacer el ridículo, chica– Dio unas palmadas frente a su rostro en un intento por espabilarla –No estás soñando.

Eso por fin logró que Marinette abriera los ojos por completo. Alya no solía participar en sus sueños con Adrien. Ahí estaba pasando algo raro. Y la situación empeoró más aún cuando se incorporó mejor en la cama y miró hacia abajo, donde Nino, Alix, Mylène, Juleka y Rose lo observaban todo con perplejidad.

–¿Podéis explicarme qué... qué hacéis aquí?– Murmuró de manera tranquila, como si no acabara de hacer uno de los mayores ridículos de su vida.

–Habíamos quedado para ver el amanecer desde lo alto de la Torre Eiffel, Marinette– Explicó Adrien, todavía un poco avergonzado –No has venido ni respondías al teléfono, nos hemos preocupado... Tus padres estaban ocupados en la panadería y nos han dicho que te despertáramos nosotros y entonces Alya sugirió...– Comenzó a contar entrecortadamente –Que yo podría, bueno...

¿En qué momento se le había ocurrido a Alya que él despertara a Marinette?

–Ya os dije que seguramente se había quedado dormida– Dijo Alya encogiéndose de hombros –¿Y sabes qué? Aunque te hayas perdido el mejor amanecer que se haya visto nunca en París, aún no hemos desayunado.

–¡Unos pasteles de tu panadería nos vendrían genial!– Gritó Nino.

–¿Podríais salir un momento de mi habitación, por favor?

–Marinette...– Susurró Adrien.

–Por favor– Dijo con un tono mucho más severo que antes. De inmediato volvió a relajar su expresión –Mis padres os darán dulces.

Una vez que estuvo sola se dio la vuelta y mordió la almohada para evitar soltar un grito de desesperación y empeorar aún más las cosas. Tikki, saliendo de su escondite, se quedó un poco apartada mientras la observaba con algo de resignación.

–¿Por qué no me has avisado, Tikki? ¿Le he confesado a Adrien que soñaba con él besándome? Me quiero morir– Volvió a enterrar el rostro en la almohada.

–Lo siento, yo también estaba dormida... Aparecieron de repente y casi no me dio tiempo a esconderme– Dijo con culpa –Míralo por el lado bueno, ya no hay secretos en tu amistad con Adrien– Sonrió en un intento por mostrar cortesía.

-¡Me quiero morir!– Volvió a exclamar la chica –Recuérdame que nunca más vuelva a quedar para ver el amanecer. ¡Ha sido la peor idea de la historia!

Tikki suspiró y se acomodó nuevamente en la cama mientras su dueña se recuperaba del shock y se dignaba a reunirse con sus amigos. Marinette podía ser especial a veces, pero seguía siendo la mejor portadora que había tenido nunca.

Reto 30 Días - Miraculous LadybugTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon